[1843 ref a] Julia Buxton: El mercado recreativo- La invención de la jeringa inyectora por el médico escosés el Doctor Alexander Wood en 1843 diversificó y extendió el mercado de consumo de drogas.. La jeringa revoluciono la forma de suministrase los opiáceos y la cocaína. La inyección intramuscular permitió al usuario atravesar la barrera de la sangre al cerebro más rápidamente, generándole así un efecto más inmediato e intenso. Aunque el cuerpo médico fue el mercado principal para la jeringa, también hubo una demanda considerable de parte de los consumidores. Así, por ejemplo, en los años 1890, el catálogo de la Sears Roebuck ofrecía una jeringa y una ampolleta de cocaína para los usuarios avisados de cocaína por un precio de USD$1.50. Los medicamentos patentados, además de la cocaína, el opio, la morfina y la heroína puros se encontraban disponibles a la venta al por menor en Europa y Estados Unidos para ser inhalados, inyectados y fumados. El mercado de pedidos por catálogos también estaba en plena bonanza, con pedidos por correo que garantizaban que no hubiste limitantes geográficas a la expansión del mercado. El comercio del consumo recreativo de drogas sí se vio relativamente ceñido a una elite y como pasatiempo al margen, en tanto que las clases más bajas se fijaban más bien en el alcohol que en los opiáceos, el cánnabis o la cocaína para intoxicarse y relajarse. Aunque el uso de las drogas se siguió enmarcando dentro de los patrones de las necesidades de la medicina, sí hubo experimentación por parte de elites, grupos bohemios, figuras literarias y artísticas y sociedades secretas. Esto convirtió el uso no médico de las drogas en un “significante social” que señalaba el rechazo de los valores sociales convencionales. .” The political economy of narcotics: Production, consumption and global markets, Fernwood Publishing, 2006
[1845 re a] Dominik Wujastyk Cannabis in Traditional Indian Herbal Medicine "La fascinación por el cannabis no es nueva. En Paris a mediados del s.xix, al moda del cánnabis floreció alrededor de Jacqes-JosephMoreau de Tours quien llevó a cabo una serie de experimento medicinales y la dirigió un grupo y práctica experimental que se llamba el 'Club des Haschischins'". ( 1845) (pre-publication draft) Final paper published in: Ayurveda at the crossroads of care and cure. Proceedings of the Indo-European Seminar on Ayurvedaheld at Arrábida, Portugal, in November 2001 edited by AnaSalema (Lisbon: Universidade Nova de Lisboa, 2002), pp.45–73.
[1850__ref a] Serge Brochu· et Chantal Perras "El mercado de estupefacientes en una sociedad mundializada" -Le marché des stupéfiants dans une société mondialisée: "3. La mundialización del comercio de sustancias psicoactivas. Las sustancias psicoactivas no siempre han sido ilegales. De hecho, sus ilegalidades van bien pronto a celebrar un centenario. Acá se desarrolla el ejemplo del opio con el fin de ilustrar la trayectoria que lleva a su represión. El Medio Oriente se identifica como el centro histórico del cultivo de amapola. Así, se han encontrado rastros de uso antiguo en Egipto (jeroglíficos) y en Grecia (las especies Nepentes fueron reconocidas en el Imperio Otomán y las Indias. […] No es sino tardíamente que Occidente se involucra en el comercio de esta sustancia. Efectivamente, no es sino hasta mediados del s. XVIII que los británicos comienzan a interesarse en la instauración de un monopolio de Estado del opio en las Indias Orientales. Inglaterra se involucra en ese momento en el comercio de opio sus suministradores son principalmente la India, Turquía y Persia. Los compradores son Europa, sus colonias, Malasia y sobretodo China.
3.1 El opio en el siglo XIX un mercado en fuerte expansión. […] Durante el transcurso del siglo XIX, l opio, para los ingleses, no era más que una mercancía.. Su comercio es no obstante un asunto floreciente para los británicos. En 1800, China, el principal mercado de Inglaterra, importaba unas 100 toneladas de opio. En 1825, esta cifra se había triplicado, a pesar de las leyes oficiales chinas de prohibición. Este comercio estaba controlado por empresas privadas tales que Jardine, Matheson and Co.. Los administradores británicos de La India y las autoridades chinas tenían razones de sobra para estar inquietos, y con mayor razón considerando que los españoles, por vía de Manila, aumentaban la complejidad de la situación implicándose más y más en este tráfico. En 1833-1834 se produce un giro importante da en la situación mundial a raíz de un cambio en la política oficial británica. Es el fin del monopolio británico a nombre de la libre competencia « El Imperio británico sentó las bases del comercio de opio en el siglo XIX vendiéndole a la China el opio producido en la India a cambio de té y seda , y se libró a las guerras del opio para defender su derecho a este comercio » . Rivista di Criminologia, Vittimologia e Sicurezza – Vol. III - N. 3, Vol. IV –N. 1 –[Settembre 2009-Aprile 2010 ] ">
[1858 ref a] En Sandro Calvani, “La Coca pasado y presente mitos y realidades”, Javier Mendoza Pizarro: La verdadera historia del descubrimiento de la cocaína. "De la misma manera como el mundo andino tiene una rica mitología relacionada con la hoja de coca que se expresa en leyendas y tradiciones sobre su origen, su uso y sus atributos, el mundo occidental ha elaborado su propia mitología relacionada con el producto de su creación: la cocaína. […] ‘Enrico Pizzi es el Adán que ha probado primero el fruto prohibido del árbol de la coca’. Sin embargo, la historia sucedió de una manera más complicada. A mediados del siglo XIX, s estableció en La Paz un farmacéutico italiano llamado Enrico Pizzi, quien se hizo cargo de la Farmacia y Droguería Boliviana, que llegó a convertirse en una de las farmacias más importantes de la cuidad durante esa época. El ejemplar de la Gaceta Oficial de La Paz, publicado el 30 de junio de 1858, registra un artículo titulado “cocaína: nueva base orgánico-vegetal”, en el cual el farmacéutico anuncia que ha logrado aislar el principio activo fundamental de la hoja de coca . Siguiendo simpáticamente la denominación propuesta por los químicos modernos para los principios inmediatos de las plantas, llamó a esta nueva sustancia cocaína, diminutivo de coca, vegetal del cual se obtuvo. […] Luego pasa a describir minuciosamente a sustancia: “la cocaína es el principio activo y salificable de la coca. Se presenta en una masa amorfa, porosa, compuesta de microscópicos cristales cúbicos semitransparentes. En estado de pureza es totalmente blanca, inalterable al aire y sus propiedades organolépticas recuerdan su origen”. […] Hasta describe las dos clásicas combinaciones salinas: “el sulfato de cocaína cristaliza en agujas bancas, sedosas, muy frágiles y el clorhidrato en láminas superficialmente cubicas, transparentes….”. […] Pizzi, como varios extranjeros de esa época que habían observado los efectos de la utilización de la coca, consideraba que las hojas tenían virtudes terapéuticas importantes. En su artículo cita algunas de ellas y manifiesta que su recién descubierta cocaína, podría ser de incalculable ventaja para el país y para la humanidad doliente.” Ediciones Aurora, 2007
[1859] "En 1859, Nieman descubrió el principio activo de las hojas de coca, al cual le dió el nombre de cocaína, a pesar de que, de hecho, el descubrimiento de este alcaloide debe ser atributido a Gardeke quien lo habia aislado en 1855 bajo el nombre de Erythroxyline". [Mariani Coca and its therapeutic application (p. 29) , 1890]
Collapsible item 7 La subida y caída de la coca y la cocaína 1860
[1860-1950 ref a] Paul Gootenberg "La subida y caída de la coca y la cocaína 1860-1950/"The Rise and Demise of Coca and Cocaine 1860-1950".Este trabajo enfoca la coca y la cocaína esencialmente como mercancías a la exportación en lugar de drogas amenazantes. Esta perspectiva de mercancía tiene perfectamente sentido para el periodo de referencia, 1860-1950, desde los años en los que la hoja de coca andina llegó a los mercados mundiales hasta los inicios del actual circuito ilícito de cocaína. Durante el siglo que transcurrió ambas eran consideradas como artículos de comercio legítimos e incluso progresistas. El enfocar la coca y la cocaína como bienes — en lugar de sustancias singularmente espirituales o parias— puede asimismo temperar algunos de los pensamientos (y políticas) más apasionados que suscitan hoy en día estos productos andinos.
[...]Persiste una pregunta abierta de por qué la coca no pudo, a semejanza del tabaco o el chocolates, llegar a ser uno de los codiciados y rentables estimulantes coloniales de Europa. […] Con la bonanza de mediados de los años 1880, los Jardines Reales de Kew, que ya había hecho cultivos semejantes con la quinina y el caucho amazónico, comenzó un programa intensivo de investigación de la coca y experimentos botánicos coloniales en la India, Ceylán y otros lugares (de la misma forma que lo hicieron los holandeses, franceses e incluso los alemanes en in Camerún).
[…] La conexión germana-andina: Los intereses alemanes y el puerto de Hamburgo dominaban el campo. Merck disfrutó la experiencia, mejores conexiones andinas y prestigio del producto, aunque en cantidades modestas (menos de un kilo al año) antes de 1884. Después de su adopción quirúrgica, la producción se incrementó rápidamente a más de 500 kilos anuales en 1890, 1,500 en 1898, y más de 2,400 kilos para 1902. Merck fabricaba una cuarta parte de la cocaína mundial y durante una década era la línea de productos más rentable de la empresa.
[...] El punto de quiebre para la Merck fue 1884-86 (v.gr., e comienzo de la anestesia y otros usos medicales) cuando los precios y producción se quintuplicaron e incrementaron por 25 veces, respectivamente. El repunte generó una ‘crisis’ internacional, alarmante y sujeta a gran discusión, en el suministro de la coca. La estrategia de Merck fue motivar (y probablemente envió agentes a Lima con este fin) a los abastecedores peruanos de “cocaína cruda” , una pasta de sulfato de cocaína semi procesada en la selva (con una pureza de 80- 90%). Ésta se enviaba mucho más fácil y eficientemente que la hoja seca, y era procesada en cocaína de calidad médica en Alemania para las red de distribución global de la Merck. Esto también coincidía con las preferencias medicas-culturales alemanas por una cocaína científica “pura”. Para 1900, casi todas las importaciones alemanas —más de 6,000 kilos anuales en el momento cumbre en 1903-5, con un valor de casi 100,000£ —llegaban en esta formato, suplantando la hoja de coca. El éxito alemán con la promoción de cocaína cruda fue otra de las razones de peso por las que los demás proyectos coloniales rivales (británico, holandés, o la misión estadounidense Rusby de la coca para Parke-Davis) se vieron prácticamente abandonadas para los años 1890. La cocaína cruda también fue demasiado exitosa: con una producción mundial por encima de las 15 toneladas métricas para comienzos de inicios de los años 1900, los mercados medicinales se saturaron (también había una producción nacional modesta en Inglaterra, Francia, Italia, Suiza y Rusia). Merck pronto se diversificó en muchas otras líneas de producción. A medida que caían los beneficio y los prospectos, las empresas alemanas rápidamente formaron un ‘sindicato’ de la cocaína (1905--) con compras monopsonisticas, acuerdos entre carteles sobre precios y fuerte vínculos organizativos con el Estado alemán. Para 1910, la red europea de la cocaína ya no estaba condicionada por el mercado..
[…]Sin embargo, los desarrollos comerciales- —que hacían del Perú el abastecedor monopólico mundial de coca y cocaína para 1900, se alineaba a las pautas y conexiones alemanas (y algunas tendencias estadounidenses en asuntos de coca). [...]Para 1892, las ganancias de cocaína cruda sobrepasaban los ingresos del Perú por concepto de la hoja de coca misma.
[...] Hacia 1901 (según los Cónsules alemanes), el mayor zenit de la cocaína legal peruana, el pico de la producción total fue de 10,700 kilos de cocaína cruda, para la que se requerían unas 160 toneladas métricas de hoja de coca. Perú todavía exportaba 610 toneladas de hoja de coca (más de la mitad de esa coca de Trujillo a los Estados Unidos) de un estimativo adivinado de 2,100 toneladas que producía a nivel nacional. [...Juntas, la coca y la cocaína fueron por un corto periodo el quinto renglón de exportaciones del Perú y dieron alas al imaginario de desarrollo de las elites liberales de la nación. El éxito peruano en este campo, bajo la guía de los alemanes, seguramente fue a costa de la competencia boliviana, el único otro productor comercial de coca conocido. Para 1900, Bolivia no había logrado industrializar ninguna de sus Yungas zonas cocaleras productivas (que en los años 1880 habían exportado a Francia y los Estados Unidos) y las exportaciones bolivianas de coca para usos comerciales modernos en el hemisferio norte se habían ido desvaneciendo.
[...]El interés norteamericano en la coca y la cocaína creció después de1860 (explosivamente después de 1884) pero, en contraste con la cocaína científica alemana, este interés tenía un marcado prejuicio cultural y económico-político hacia la hoja de coca. Para 1900, los americanos eran los mayores y más ávidos consumidores e impulsores de ambas sustancias —bienes aparentemente ‘domesticados’ y bien americanos (all-American). Para 1910, sin embargo, el modo de pensar y las políticas estadounidenses tuvieron un giro dramático en contra de tanto la coca como la cocaína, y los Estados Unidos comenzó su larga campaña global para proscribir ambos bienes. En el largo plazo, las actitudes estadounidenses hacia la coca deben ser vistas bajo la óptica más amplia de una expansión informal (núcleo-periferia) de su influencia en la Regio Andina.
[...]La fascinación norteamericana con la hoja de coca, despertada por la curiosidad europea, asumió unos tintes netamente estadounidenses. Para los años 1870 los profesionales de la salud, farmaceutas, empresarios y mercachifles americanos estaban activamente descubriendo la coca. Pronto se convirtió en uno de los aditivos más utilizados en las medicinas en remedios y tónicos hierbateros (patent remedies) populares, prescritos para una amplia variedad de condiciones y enfermedades, reales e imaginarias. La mayoría se relacionaba con la “neurastenia,” la condición americana “cansancio nervioso”” vinculada con el rápido ritmo de modernización y urbanización. De tal forma, la coca comenzó como un ungüento para los ‘trabajadores cerebrales’ aunque, para os años 1880, su uso se estaba extendiendo a través (o hacia abajo) del espectro social (y racial), incluso productos ‘condimentados’ con cocaína pura en su lugar. Las empresas de drogas pioneras americanas, tales como Parke-Davis de Detroit se especializaban en medicamentos de coca.
[...]Para comienzos de los años 1900, los Estados Unidos importaba 600-1,000 toneladas métrica de coca anualmente, básicamente para este mercado popular. Para mediados de los años 1890, las empresas principales, entre ella, Parke-Davis, Schlieffelin, Mallinkrodt, y Merck de Nueva Jersey —competían vigorosamente con los abastecedores alemanes. Para 1900, refinaba 5-6 toneladas métricas de cocaína, ´s o menos una tercera parte del suministro mundial.; el consumo total de los Estados Unidos (v.g. incluso las importaciones europeas) tuvo un pico de unas 9 toneladas en 1903, o sea dos terceras partes del uso global de unas 15 toneladas.
[…] Incluso las políticas tarifarias jugaron sus papel: unas tarifas altas sobre la cocaína, con una entrada libre para la coca herbal, favorecía ampliamente la producción doméstica de cocaína a partir de las hoja importada del Perú. Los procesadores peruanos de cocaína eran conscientes de estas preferencias arancelarias (bias). [...] Para 1900, la opinión médica y gubernamental dominante comenzó a volverse en contra de la coca/cocaína licita (junto con el alcohol y los narcóticos) y la expansión del uso ilícito por ‘maniacos’ (“fiends”) , personas 'racializadas', o por las clases marginales. Para 1915, los Estados Unidos llevaba solitariamente su cruzada mundial anti-cocainismo proyectando, para comenzar, a Alemania como el imperio del mal, de las drogas. Los controles estadounidenses sobre la coca/cocaína, erigidos legalmente entre 1906-1922, tuvieron muchos efectos paradójicos; algunos de los cuales todavía subsisten hoy en día, tales como la prohibición de la inocua hoja de coca. A medida que se regulaba y reducía la demanda de cocaína y se introducía un intricado sistema de controles a la coca, fue resultando una intricada cooperación de alto nivel entre las empresas farmacéuticas estatales para definir el comercio –y los intereses estadounidense a favor o en contra. Efectivamente, para los años 1920, solo dos firmas de Nueva Jersey (la nacionalizada Merck y el socio de la Coca-Cola, Maywood Chemical Works) negociaban con coca y cocaína, y el negocio asumió un carácter monopólico. Por otra, la legislación estadounidense sistematizó (para fines de control) la inclinación americana, que databa de tiempo atrás, a importar la hoja. Esto tuvo como resultado un cadena de coca cartelizada y bajo y control gubernamental, no muy distinta de la cadena centralizada de cocaína de Europa.
[...]1910-50 representa los años de declive de la cocaína entre su pico licito y su pos prohibición global de 1950 (mercado en la fuente y final). De una producción superior a las 15 toneladas o más en 1905, el uso total pasó a la mitad de esto para 1930; para 1950, las ONU fijó las necesidades medicinales mundiales en menos 4 toneladas métricas. Tres factores impulsaron esta caída constante: una reducción de sus usos médicos (anestesia) por los sustitutos y la opinión medical; leyes y campañas anti-cocaína por los Estados y organizaciones internacionales (los esfuerzos centrados ante todo en narcóticos); y el retiro del mercado y la diversificación de los productores y cultivadores de coca vulnerables. La cocaína ilícita todavía no contaba mucho tras un surgimiento pasajero (del superávit de las existencia farmacéuticas) entre la época de su adolescencia hasta comienzos a de los años 1920. Los Estados Unidos, el principal mercado de consumo, comenzó a aplicar restricciones nacionales con la Pure Food and Drugs Act de 1906 seguido por una proscripción federal (con el Harrison Act de 1914) y un sistema completo de controles a las importaciones para 1922. Con menos éxito, también impulsaron controles globales a la cocaína en la Convecciones (de opiáceos) de La Haya de 1912-14 y las sucesivas convenciones anti-narcóticos de la Liga de las Naciones en Ginebra comenzando en 1924-25.
[...]En lugar de desaparecer, la cocaína se dividió en un trio de cadenas mercantiles producto de una construcción política y geográficamente definida. La primera fue la inesperada cadena de Europa, la colonial mercantilista holandesa de java, que para 1915 rápidamente desplazó a los productores peruanos. La segunda fue la promovida por el Estado japonés y el obscuro circuito panasiático lanzada en los años 1920-30 en respuesta a los mandatos de la Liga e imperativos industriales. La tercera cadena era el superviviente nexo andino-estadunidense: por el lado estadunidense, controles a las drogas (bajo el FBN de Harry Anslinger- la Oficina Federal de Narcóticos del Departamento del Tesoro) y, del lado peruano, dividiéndose en circuitos de coca y cocaína y esperanzas nacionalistas de rescate. Este enquistamiento del mercado no es inesperado para el caso de una mercancía ya tan altamente politizada y en declive. El mercado global de coca y cocaína construido en el periodo anterior dejó de existir.
[...]La Bonanza Colonial Holandesa 1905-1930: La velocidad con la que los holandeses llegaron a dominar los comercios de la coca y la cocaína sorprendió al mundo, especialmente a los peruano quienes en 1900 todavía consideraban tener un derecho natural por su legado (Inca) al mercado global de la coca. En 1904 javanesa (ahora Indonesia) de Holanda exportaba sólo 26 toneladas de hoja de coca; esto se disparó a 800 toneladas en 1912, a un suministro masivo de 1,700 toneladas en 1920 hasta un mercado mundial sobresaturado. Los holandeses construyeron un régimen de cocaína particularmente productivo e integrado. No obstante, éste también fue desmantelado por un decreto con la misma velocidad con la que ascendió.
[...] Para 1911, ellos captaban un cuarta parte de mercado mundial que circulaba por Ámsterdam en una industria de la cocaína totalmente integrada. La Segunda Guerra Mundial impulsó aún más la dependencia europea de este corredor de la coca. La coca industrial holandesa de alta pureza también llegaba a Japón, Bélgica, Francia e incluso los Estados Unidos que, en los años 1920 impresionada con su calidad invariable, la New Jersey Merck adquirió su propia plantación javanesa que perduró hasta bien entrados los años 1930. Existen entonces tres ‘núcleos’ mundiales de cocaína: Darmstadt, el norte de Nueva Jersey y Ámsterdam, ésta última –la Nederlandsch Cocainefabrieck (NCF)- posicionada como la mayor productora. Juntas, redujeron dramáticamente las perspectivas peruanas de la coca (eliminada de los mercados europeos entre 1908-15) y cocaína cruda (limitada ahora al emproblemado sector alemán). Los valores de las exportaciones peruanas de coca/cocaína se redujeron en un 95% para los años 1920. Los peruanos observaron esto desarrollos impotentes, sin el tiempo, el capital ni los conocimientos técnicos con que responder.
[…]Paradójicamente, la red holandesa descendió casi con la misma velocidad con la que subió. Para 1920, la coca de Java podía básicamente satisfacer completamente la demanda mundial de cocaína de 12 toneladas.; los precios de cayeron y los beneficios subieron y bajaron a lo largo de los años 1920. La NCF incluso se metió a producir Novocaína, el sustituto sintético de la cocaína. Surgieron los controles de precios para manejar el superávit. Con la ayuda de la Liga de las Naciones misma (interesada ante todo en fórmulas de control de drogas), en 1924, ocho empresas constituyeron formalmente un nuevo sindicato europeo de la cocaína (nada que ver con los ‘carteles’ colombianos): “La Convención Europea de Productores de Cocaína”. Incluía a la NCF y a los tres principales fabricantes alemanes (solo los fabricantes domésticos franceses, ingleses, alemanes y rusos se mantuvieron al margen). Inicialmente, esto significaba compras más dirigidas de Java pero igualmente unas cogotas de cocaína en decrecimiento gradual. También se formó una ‘Asociación Nacional Holandesa de Productores de Coca’, que pronto comenzó a trabajar para reducir sus números y diversificarse hacia cultivos alternativos. A finales de los años 1920, la producción holandesa se redujo sistemáticamente. Entre 1929-31, los Países Bajos, en unas movidas políticas contradictorias, optó por cumplir a la letra los controles del acuerdo Manufacturero de Ginebra de la Liga sobre las exportaciones de coca-cocaína (a pesar de desacuerdos con las estrategias anti-drogas de los Estado Unidos y con un favoritismo fiscal para los cultivadores coloniales de opio). Con un mercado local pequeñito, la producción de la NCF se marchitó a 250- 300 kilos anuales. La invasión japonesa de la isla de Java en la Segunda Guerra Mundial perturbó mortalmente el corredor y la subsiguiente ocupación de Java por los Estados Unidos conllevaron a la destrucción obligatoria de las plantaciones de coca que quedaban en la isla. Había sido un breve pero espectacular matrimonio político entre un Estado colonialista, la industria y las plantaciones. (Y un aviso hoy de que la coca puede fácilmente escapársele a los países andinos hacia otros parajes tropicales si se aplica la suficiente presión.)
[…]La cocaína imperial japonesa: La red japonesa de cocaína de los años 1920 y 1930 es aún menos conocida y puede haber sido inspirada por el dramático ejemplo holandés, y una serie de cruces intrigantes. Para los años 1930, Japón era uno de los principales productores y abastecedores de cocaína a Asia del este y del sur, aunque las estadísticas (y licitud) de este comercio autorizado por el Estado era un asunto misterioso y controvertido..[...] Japón —que no sufría de un pánico de drogas doméstico— no compartía los novedosos ideales occidentales de demarcar las sustancias “ilícitas” de las “licitas” (y luego, naturalmente, se retiró de la Liga).
[…]A partir de 1920-1945 hizo su aparición una red asiática de coca-cocaína cada vez más autónoma. [...]Para 1920, Japón mismo producía más de 4,000 libras de cocaína, que luego se duplicó a 8,000 libras para 1922. [….] En 1934, sabemos que el distrito Kagi de Taiwán mantenía unas 694 acres de cultivo intensivo de coca (por Taiwan Shoyaku y Hoshi); los registros de lotes iniciales en Jima en Iowa y en Okinawa ya no figuran. Una 300,000 libras de hoja de Formosa se cosechaban anualmente a finales de los años 1930. Las importaciones peruanas fueron oficialmente descontinuadas en 1938 (de hecho, Perú nacionalizó el Tulumayo japonés …). Para la Segunda Guerra Mundial, toda la industria farmacéutica, autosuficiente en el Japón imperial, pasó bajo la jurisdicción gubernamental de guerra. En ese sentido, si la cocaína era en verdad comercializada para fines no medicales en la Asia ocupada —y la evidencia se refiere principalmente a los opiáceos— la responsabilidad recaía sobre el Estado. En todo caso, la coca taiwanesa fue demolida por la Guerra y la totalidad de la industria farmacéutica reorganizada (sin cocaína) bajo la ocupación estadunidense del Japón en 1945 (sus anteriores prácticas fueron justamente uno de los cargos explícitos por parte de los tribunales de Estados Unidos) Así terminan abruptamente dos décadas de una esfera autónoma de la coca. [...]La política de coca-cocaína peruana después de 1910, .... también está relacionada con los desarrollos en la otra punta de la cadena. El creciente anti-cocainismo llegó al Perú en un gran viraje alrededor de los años 1905-25. Llegó por el camino de la ciencia, la política, y los mercados. En la ciencia médica la idea de la cocaína como un narcótico venenoso o adictivo se convirtió paradójicamente en Perú en un creciente sentimiento anti-coca en una visión de la coca como señal de retraso y nociva para el desarrollo. Esto, combinado con el prejuicio con la mayoría indígena del país, alimentó los nuevos movimientos higienistas anti-coca en los años 1930s. La cocaína, paradójicamente, seguía siendo considerada una mercancia occidental sin abusadores locales.
[...] Entretanto en los años 1930, surgió un contra movimiento vociferante liderado por el Dr. Carlos Enrique Paz Soldán—para nacionalizar y modernizar la totalidad de la industria de la coca/cocaína en una gran monopolio estatal, en franca resistencia a las crecientes interferencias globales que buscaban limitar la cocaína. Una de las figuran más destacadas del campo medico peruano, Paz Soldán, estaba consternado por la caída de gracia de la cocaína al igual que con el creciente uso de la coca entre los indígenas. La idea, que logró suscitar cierto apoyo, era que Perú enfrentara al mundo como el único exportador autorizado de esta mercancia requerida por la medicina. Finalmente, el mercado externo y las presiones políticas llevaron a un discurso esquizofrénico y cada vez más estatista sobre la coca y la cocaína. La segmentación de estas dos mercancías surtió unos efectos bastante peculiares.
[…] 1904-1933: Los Estados Unidos todavía (con la excepción del modesto depósito de Hamburgo que perduró hasta el alba de la Segunda Guerra Mundial) manejaba el extremo de la cadena en este hemisferio, estableciendo cada vez más mayores controles sobre la coca y la cocaína. Las principales características de la red de cocaína estadounidense eran: la especialización en cadenas de coca (y jarabes de-cocainizados); monopolios de procesamiento de cocaína asistidos por el Estado; una total (y básicamente operacional) prohibición en el mercado doméstico; y la intensificación de sus campañas globales contra la coca y cocaína, que seguín siendo licitas en otros lares. Las prohibiciones solo rindieron sus frutos después de las Segunda Guerra Mundial con la destrucción de las tres cadenas existentes (holandesa, japonesa, alemana) y con la entrada de Perú en la esfera de Los Aliados.
[....] Merck de Nueva Jersey y el cercano Maywood Chemical: En lugar de reglamentar miles de farmaceutas, dentistas o galenos a nivel minoristas, lo que hizo los Estados Unidos fue pellizcar la cocaína por lo alto. Para 1920, estas dos empresas se habían convertido en intermediarais cercanas de la emergente burocracia anti-drogas federal (FBN) intercambiando inteligencia y favores y asegurándose de que, al puerto de Nueva York, sólo entraran los voluminosos envíos supervisados de hoja de coca. Cada detalle del proceso de destilación —de la ‘Mercancía No. 5’ (el extracto secreto decocainizado de la Coca- Cola fabricado por Maywood Chemical de la hoja de Trujillo) y la cocaína medicinal de alta pureza fabricada por la Merck eran religiosamente reguladas por el FBN.
[....]Para la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos consumía dos veces más coca en forma de bebidas (más de 200,000 kilos anuales) que la que se estaba utilizando para fabricar la cocaína medicinal residual (menos de 1,000 kilos al año). Para mediados de los años 1920, una Merck diversificada, el monopolio estadounidense de cocaína, comenzó a importar la hoja a partir de sus propias plantaciones (en Tjitembong, Java), creando así efectivamente su propia cadena mercantil desde la coca hasta la cocaína, autoabastecida y autogobernada por su propio Estado. Merck sólo miró hacia el Perú durante y después de la Guerra; para mediados de 1950, desistieron de fabricar cocaína y sencillamente compraban y distribuían el residuo de cocaína de la Coca-Cola de Maywood. En efecto, toda la cocaína legal americana resulto siendo un subproducto del imperio de la Coca –Cola.
[...]La política de cocaína estadounidense era en parte una atracción secundaria de su más generalizada ‘diplomacia anti-narcótica’, donde los Estados Unidos (con unos cuantos intereses coloniales) comenzaron a ser la fuerza principal tras el montaje y expansión de un sistema mundial de prohibiciones a la cocaína, a través de las Convenciones de Ginebra de la Liga de las Naciones. Los primeros blancos fueron los alemanes, luego los japoneses y, finalmente los errantes Perú y Bolivia. Hasta cierto punto, esta campaña lentamente cumplió su cometido, al reducir las esferas ‘legítimas’ de la cocaína después de 1920; también tuvo su fracaso pues incitó la expansiva red tras las sombras de los japoneses,.[....] En los años 1920 y 1930, en parte para ejercer presión sobre Perú y en parte en respaldo de la Coca-Cola, las autoridades estadounidenses empezaron a tomar un serio interés en la coca y cocaína peruanas. Su mayor logro fue el establecimiento de una red de inteligencia de drogas de la FBN en Perú con la colaboración de los ejecutivos y contactos de las empresas Maywood y Coca-Cola. Lentamente se fueron filtrando en Perú más y más nociones de control de drogas norteamericanas, aunque los peruanos y aún más los bolivianos se resistieron a las estrategias anti-coca.
[…]La Segunda Guerra Mundial fue el punto de quiebre definitivo. Durante la guerra misma —significativa para las cadenas de valor de las mercancías— los Estados Unidos bloqueó la participación peruana en las producciones japonesas y alemanas mientras Java (ocupada por Japón) despareció del panorama. Perú entro en la mira de los Estados Unidos justo cuando se estaban estableciendo lazos entre los dos Estados bajo aquella política de 'Buenos Vecinos' (Good-Neighbor); lazos que se fueron intensificaban a lo largo del conflicto y, posteriormente, con el advenimiento de la Guerra Fría. La cocaína con las misma óptica estratégica que se acordaba en tienpos de guerra a la distincción entr comercios ‘lícitos’ y ‘contrabandos’; solo que ahora, todas las facetas de la cadena, eran vigilados por los estadunidenses con la colaboración los peruanos. […]A medida que se iba asumiend el consenso contra la coca en las nuevas agencias de inspiración estadounidense de las Naciones Unidas --cuyo ejemplo clásico es la bien conocida Comisión de 1947 de las Naciones Unidas de Investigación del Problema de la Hoja de Coca’-- , Perú corrió dramáticamente en 1947-49 a prohibir la fabricación de cocaína e incluso a comenzar en el papel a regular el arbusto de coca indígena, bajo los auspicios del nuevo monopolio nacional de la coca. De tal forma, en 1950, una cadena mercantil nacida un siglo antes, terminó –por lo menos en su fase de mercadeo lícito.
[...]Esta forma que tuvo los Estados Unidos de ver al Perú no se refería a las dos cadenas globales separadas de la coca sino era má sbien un reflejo de los cambios dramáticos que se operaron durante la Segunda Guerra Mundial. El último amplio conteo mundial de la coca/cocaína se registró a mediados de los años 1930 cuando la Liga de las Naciones (a instigación del Departamento de Estado) intentó evaluar la entonces globalizada producción final de todas las ‘drogas narcóticas’ legales. [...]El sueño era construir un régimen internacional global alrededor de toda la ‘manufactura’ de drogas —manejando desde estas alturas la extinción gradual de la cocaína medicinal antes de erradicar los campos de coca en la otra punta de la cadena en los Andes, Java y Taiwán. Esto nunca se dio: la dislocación y destrucción de estas cadenas mercantiles durante la guerra, y el surgimiento de una nueva cadena ilícita en la década siguiente, dieron a traste con los sueños de poner fin a la cocaína.
[….]Así fueron las cadenas mercantiles desarrolladas y transitadas por la coca y la cocaína licitas, durante su crecimiento y caída en calidad de droga global moderna entre 1860 and 1950. Éstas no eran solamente mercados de abastecimiento y demanda interconectados, sino canales institucionalizados para el flujo de la ciencia y la medicina, de ideas políticas e influencias, e intentos variados por monopolizar y contralar las drogas. Se veían segmentados por los gustos culturales cambiantes por la coca-cocaína y por los giros entre las esferas coloniales y neo coloniales. Esta cadenas reflejaban niveles y formas variadas de poder (con frecuencia núcleo-periferia) al igual que la diversidad de actores y relaciones desiguales involucrados en el cultivo, procesamiento, mercadeo, regulación y uso y mal uso de estas sustancias. En el largo plazo, esta cadenas mercantiles (y las tensiones a su interior y entre ellas) contribuyeron de múltiples formas a construir la ‘legitimidad’ inicial del siglo xix de la coca y la cocaína; y su contrario, su progresiva criminalización a lo largo el siglo xx.
[....] En cierta forma, desde 1950, las cadenas mercantiles de la coca y la cocaína han llegado a ser fenómenos estimulados en parte por los mercados. Y muchas de estas cadenas reflejan de hecho, como lo sugieren algunos cínicos, la venganza de la periferia de la coca. Esta era está constituida por registros policiales transnacional secretos y leyendas sobre las drogas (las más recientes son las producciones de Hollywood 'Traffic' y 'Blow'). Después de 1950, la cocaína andina, proscrita por la autoridades en todos lados, se escapa a todas las regulaciones estatales y edifica sus propios espacios y cadenas, involucrando una elenco de actores ahora criminalizados. Es obvio (salvo para el estilo de personas políticamente ciegas como son los agentes de la DEA) que fue la prohibición gubernamental e internacional la que empujó la cocaína de una forma tan radical hacia los mercados ‘libres’ e ilícitos. Un dato interesante en la trama de la historia es que, una vez ilegalizada, los circuitos ilícitos de la cocaína de la Guerra Fría básicamente volvieron a sus espacios geográficos originales en la Amazonia oriental y a sus antiguos lazos con los Estados Unidos. Una clave es que la ‘pasta básica’ de cocaína de la selva seguía siendo básicamente el sulfato de ‘cocaína cruda’ de Kitz de los años 1890. Ahora reenviados a refinadores externos criminales en Colombia en lugar de a la Merck en Darmstadt. Algunos de los especialistas experimentados de la industria de Huánuco se volvieron pioneros en cocaína ilícita, cosa que antes casi no había existido. A través de los recién liberados (desclasificados) archivos de la DEA/FBN se puede hacer el seguimiento de estos acontecimientos a partir de 1950, cuando la cocaína deja de ser legal. Entre 1950-1960 la cocaína luego sigue un canino culebrero. Perú y Bolivia, se vieron marcadas por una creciente lucha entre los agentes de drogas estadounidenses y los cultivadores y empresarios andinos en proceso de formación; por las rutas pioneras de transbordo y contrabando y su regularización a través de Chile, Cuba, Panamá y México; y por las claras señales de que existía un gusto e incipiente mercado para la cocaína en La Habana y Nueva York. Entre 1950 y 1970 se construyó una cultura subterránea y una cadena de cocaína ilícita; y esto mucho antes del diluvio de los años 1970. Esta cadena histórica se visibilizó a través de registros de inteligencia y por medio de las crecientes cantidades de ‘perico’ peruano decomisados en las fronteras de los Estados Unidos comenzando en los años 1950. Su razón de ser fueron las propias políticas represivas de los Estados Unidos". Preliminary Paper Conference on “Latin America and Global Trade” Social Science History Institute, Stanford University November 16-17 2001