Joep Oomen
Coordinador de
HACIA UNA POLÍTICA DE DROGAS JUSTA Y EFICAZ
Estimados compañeras y compañeros reunidos en el seminario internacional
sobre cultivos de coca, marihuana y amapola,
Muchas gracias por darnos la oportunidad de estar con Ustedes aunque sea en
espíritu y explicarles algo sobre nuestro trabajo en el continente europeo.
ENCOD es una plataforma europea de ciudadanos preocupados y afectados por la
actual política de drogas, que están organizados en centros de salud, de
investigación, en ONGs de cooperación, asociaciones de consumidores, de
familiares, asícomo también tiendas y empresas, como las que venden semillas
de marihuana u otros productos relacionados con esa planta, “coffeeshops”
holandeses donde la venta de marihuana al consumo personal está tolerada por
las autoridades, y finalmente grupos de activistas por una globalización de
la justicia social.
ENCOD nace de un trabajo conjunto con asociaciones campesinas y ONGs de los
tres países andinos, una campaña a favor de la despenalización de la hoja de
coca que realizamos entre 1994 y 1998, entre otros en colaboración con Doña
Omayra Morales del Guaviare, cuya muerte el año pasado nos dolió mucho.
A partir del 1998 comenzamos a ejercer una campaña permanente de
información, de abogacía, de planteamiento político, y de mobilización del
público europeo sobre la necesidad de adoptar políticas de drogas más
eficaces, más humanas, más
realistas en sus metas, en sus objetivos y, sobre todo, más participativas
con la población que es el caso ahora.
Voy a describirles cuáles han sido nuestras experiencias a nivel europeo, de
llegar a las salas de decisión política, de tratar de forzarnos en abrir el
debate oficial entre funcionarios y políticos, y de hacer crecer nuestra voz
ante el público europeo también.
Como
bien se sabe, todos los países del mundo están obligados a seguir las
políticas de drogas basadas en las tres convenciones de
Si la base de estas convenciones es política, nuestra conclusión es que se
necesita empezar a enfocarlas en términos políticos, es decir reclamar la
participación de la población afectada por la política de drogas en la
discusión sobre la base legal para ejercer estas políticas.
A partir de nuestras experiencias con las asociaciones de campesinos
productores de coca, sabíamos que ninguna estrategia constructiva para
reducir la dependencia del cultivo ilícito puede progresar sin incluir a los
actores mismos, a la población involucrada, directamente en el diseño y
elaboración de estas estrategias. Bueno, fue exactamente el mismo
aprendizaje que hicimos con respecto a los programas para reducir la demanda
de drogas. Las medidas restrictivas que han tomado en los países
consumidores hasta ahora han
sido medidas contrarias a los intereses de la población de consumidores
involucrada y han hecho más difícil una solución duradera.
Entre consumidores, productores y distribuidores de sustancias actualmente
ilegales somos una población de por lo menos 200 millones de personas en el
mundo. Todos nos encontramos bajo constante peligro de ser arruinados,
detenidos o algunos hasta torturados y asesinados, por el solo hecho de
pertener a un circuito que no debría provocar tantos daños como ahora si
estuviera regulado en un marco legal.
Donde se deciden las cosas a nivel internacional, en las reuniones anuales
de
Mientras tanto, para los ciudadanos involucrados, tanto los que luchan
contra las drogas, como los policías, pero también los médicos, los que
hacen los tratamientos etc., como también los productores y los
consumidores, están recibiendo muy pocos beneficios y les afecta la mayor
parte de los daños.
Y esto explica por qué la política de drogas es tan difícil de cambiar,
porque al nivel más alto, donde hay que cambiar, donde hay que empezar a
pensar en nuevas alternativas, casi no sienten los daños que tienen las
drogas, en cambio sienten más que todo los beneficios.
Representantes de ENCOD y otras organizaciones no-gubernamentales en los
últimos años hemos ido a los foros internacionales donde se discute el rumbo
de la política antidrogas, tales como las reuniones anuales de
Nuestras experiencias han sido como las de romper un muro con un martillo
pequeño. Cuestionar la base internacional de la política de drogas, la
prohibición, al nivel de los que deciden estas políticas, parece ser como
blasfemar en la iglesia. Sentimos como si se hubiera impuesto una religión
que no tolera discusión ni cuestionamiento, y empezamos a aprender que hay
muchos intereses detrás; muchos intereses de la industria farmacéutica, que
no quiere la competencia con otros productos; intereses de la industria de
seguridad y control, tanto público como privado, que necesita justificar su
presencia; y los intereses geopolíticos, sobre todo de Estados Unidos.
Es importante saber que cuando hace 100 años el gobierno de los Estados
Unidos asumió como objetivo principal que se prohibiera la producción, el
comercio y el consumo de ciertas sustancias en todo el planeta, su
motivación poco o nada tenía que ver con la salud pública. El interés
verdadero era el de romper los imperios coloniales europeos, basados, entre
otros, en el comercio de sustancias derivadas de la hoja de coca, el opio y
el canabis. Después de la segunda guerra mundial los EEUU utilizaron su
posición de superpotencia para imponer la prohibición de las drogas al mundo
eterno, y los europeos tuvieron que aceptar a regañadientes. Desde entonces
comenzó el dilema del cuál parece tan difícil salir ahora.
Muchas veces hemos visitado autoridades de gobiernos europeos o de
Finalmente el año pasado algo comenzó a suceder. Después de un trabajo de
lobby muy intenso sobre el Parlamento Europeo, obtuvimos la aprobación de
una un informe elaborado por un joven italiano eurodiputado, que se llama
Giusto Catania. Este informe plantea un cambio fundamental en la política de
drogas europea. Plantea que la política actual de drogas hasta ahora ha sido
un fracaso, que debe hacerse una evaluación muy clara y muy profunda de los
resultados de esta política, que la reducción de daños debe ser la base de
la política de drogas y no debe ser una táctica complementaria, que hay que
ir pensando en nuevas medidas innovadoras para salir de este dilema; por
ejemplo mejorar la investigación sobre el uso benéfico que se puede hacer
con las plantas, como la marihuana o el cáñamo,
la coca y el opio. Para todo el texto del informe ver nuestro witio
web, www.encod.org o
http://action.encod.org
Las autoridades de
Y está claro para las autoridades lo que los ciudadanos europeos
involucrados esperamos de ellas en este tema: que empiecen a plantear la
modificación de las Convenciones Internacionales de drogas, o sea, de la
prohibición universal. Por ahora parece difícil aún, pero creemos que no es
imposible obtener dentro del seno de
Pero para ello falta también
mobilizar el público. Por ello ENCOD también está trabajnod a nivel del
público en general. Con mensajes simples y atractivos, esperamos obtener más
apoyo desde la sociedad para nuestros planteamientos.
Nuestro objetivo es construir, durante los próximos dos años y medio, una
coalición fuerte y amplia de actores convencidos de que la guerra a las
drogas debe terminar. Esta coalición, compuesta de autoridades locales,
parlamentarios, expertos académicos, empresas, organizaciones de ciudadanos
y otros, estará presente en Viena, en la reunión de 2008, para hacer una
solicitud de cambio legítima, que será extremadamente difícil ignorar.
La campaña parte de la siguiente demanda a
Creemos que el reclamo para el fin a la prohibición de las plantas pondrá en
marcha toda una serie de procesos dirigidos a las verdaderas causas de la
problemática de tanto la oferta como la demanda de las drogas, es decir la
pobreza, la injusticia social y la desigualdad entre los seres humanos a
nivel global, nacional y local. En este sentido esperamos que nuestro
reclamo coincidirá con los planteamientos que hará el nuevo gobierno
boliviano cuando asiste a la próxima reunión de
Quisieramos invitarles de formar con nosotros y otras agrupaciones en todo
el mundo (como REFORMA en Latinoamérica) una coalición global de ciudadanos
por una política de drogas justa y eficaz; Nuestro objetivo común sería de
mostrar a las autoridades que los ciudadanos nos podemos reunir para
proponer unas medidas eficaces para reducir el daño relacionado con este
terma; Que las autoridades han mostrado ser incapaces de hacer lo necesario
para evitar el sufrimiento de millones de personas, y que la guerra a la
naturaleza debe terminar.
La proxima gran oportunidad que se acerca es el año 2008, cuando en una
reunión de
Construir una masa crítica significa en primer lugar superar las
dificultades que paralizan nuestro propio movimiento. En este momento
tenemos en Europa los recursos humanos en activistas, expertos,
especialistas en trabajos especiales como Internet, comunicación,
investigación etc. Pero nos faltan los recursos financieros. Sin embargo,
estamos explorando formas de superar este problema y creemos que es posible
construir el movimiento desde abajo, también creando nuestros propios
recursos financieros. Ello además es más conveniente, porque seremos más
independientes.
Muchas gracias, mucho éxito en el seminario y un fuerte abrazo, ojalá nos
veamos en el 2008.
Joep Oomen
ENCOD - Amberes
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