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Hoja de hechos

Efectos de las fumigaciones aéreas en los municipios del Valle del Guamués y San Miguel, Putumayo

Diciembre 2000 – Febrero 2001

– fact sheet–

Bernardo Pérez Salazar

Antecedentes

Según el Summary of Counternarcotics Operations in Putumayo, December 19, 2000-January 28, 2001 preparado por la Embajada de EE.UU. en Colombia para el representante Curt Weldon, durante el lapso referido por el informe se fumigó por aspersión aérea una extensión  del orden de las 24,000 hectáreas en el Putumayo, la zona donde se concentra la mayor cantidad cultivos de coca en el mundo. Ver Figura 1.

De acuerdo con el informe de la Embajada, los estimativos acerca del área con cultivos de coca en el Putumayo varían, pero podrían llegar al orden de las 90.000 hectáreas. La fumigación área se inició el 22 de diciembre y a la fecha de corte del informe  – enero 28 – se habían asperjado un total de 22,332 hectáreas en el suroccidente del Putumayo y 1,791 hectáreas en el sur del Departamento. En la edición del 18 de Febrero la Revista Cambio reportó la fumigación de un área de 28.328 hectáreas en 44 días. Esa extensión  representa el  90% del área de cultivos ilícitos localizados  en los municipios de San Miguel (18,850 has.) y Valle del Guamués (12,852 has.) según reportes de la Dirección de Antinarcóticos de la Policía Nacional 1999. En comparación con la tendencia observada en años anteriores, el operativo es el más eficiente realizado hasta ahora por la Policía Nacional: en 44 días se asperjó un área equivalente a cerca del 55% del área fumigada en todo el año 1999 (Ver Figura 2).

El informe de la Embajada también reporta a enero 28 la presencia de aproximadamente 3,000 hombres del Ejercito Nacional en el Putumayo, incluyendo integrantes del Primer y Segundo Batallón de la Brigada Antinarcóticos. Según esa fuente, las tropas terrestres apoyaron la erradicación por aspersión aérea y adelantaron actividades de interdicción de laboratorios. Hasta el 28 de enero se mencionan 40 objetivos atacados en el Putumayo, incluyendo laboratorios para la manufactura de pasta de coca y cristalización de clorhidrato de cocaína, así como depósitos de armas. También se reportaron cinco incidentes, tres con la guerrilla de las FARC, uno con paramilitares y uno sin esclarecer, los cuales dejaron 2 bajas al Ejercito Nacional, 11 a las FARC, uno a los paramilitares y un avión contratado por la Embajada averiado por una granada propulsada.
 

En relación con las especificaciones técnicas seguidas en el operativo de aspersión realizada por la Policía Nacional, no hay otra información que la contenida en documento Informe de actividades y funciones de auditoría ambiental con fecha Noviembre de 1999, elaborado por la Dirección Nacional de Estupefacientes del Ministerio de Justicia y Derecho. Se desconoce la proporción de mezcla asperjada por las avionetas, pero Elsa Nivia de RAPALMIRA infiere de manera preliminar que el Roundup Ultra está en el 58,5% de la misma[1]. De ser así, deduce que la concentración del ingrediente activo glifosato en la mezcla  asperjada es del orden del 26 %. Luego de señalar que la concentración normal recomendada por el fabricante es del orden del 1 %, Nivia concluye: “Por tanto, las conclusiones basadas en resultados de estudios realizados en “condiciones normales recomendadas de uso” no tienen base científica, porque en Colombia se está aplicando el glifosato sobre los cultivos ilícitos y todo lo que lo circunde, por vía aérea en una concentración 26 veces mayor”

A continuación se hace un breve análisis de los indicios que se han logrado compilar acerca de los efectos ocasionados por esta operación sobre las comunidades asentadas en los municipios de Valle del Guamués y San Miguel. Cabe señalar que este esfuerzo se beneficiaría de la información que las autoridades competentes suministren acerca de las áreas efectivamente asperjadas, según los registros del sistema SATLOC utilizado para tal fin. En vista de la ausencia de una auditoria técnica independiente durante este operativo, también será de interés conocer los reportes  generados por el sistema que haya operado la Policía Nacional  para controlar el contenido y proporción de mezcla de plaguicida utilizada. Igualmente será de mucha utilidad conocer los resultados de las investigaciones acerca de las quejas por daños causados por la fumigación aérea  que tramita la misma Policía Nacional.

Las quejas por daños ocasionados por la fumigación aérea en Valle del Guamués y San Miguel

La caracterización del área asperjada como zona de cultivos ilícitos  “industriales” – es decir, de cultivos de coca mayores de 5 hectáreas – oscurece la situación de ocupación humana del territorio sometido al operativo de fumigación aérea. La población rural de los municipios de San Miguel (15,250 hab. en 1999  según DASALUD) y el Valle del Guamués (25,300 hab. en 1999) se encuentra concentrada en un área aproximada de 1000 Km.2 donde predominan agrosistemas de pancoger, coca y ganadería. De manera preliminar se estima una densidad promedio mayor a 40 habitantes por Km2 en la zona afectada por las fumigaciones aéreas en estos dos municipios.

Quejas por daños a la salud

De 170 veredas conformadas en San Miguel y Valle del Guamués, 110 (65%) presentaron ante las Personerías de esos municipios quejas por daños ocasionados por la fumigación aérea. Durante los meses de enero y febrero de 2001 se recibieron en ambos municipios un total de 1443 quejas interpuestas por cabezas de familia,  de las cuales 1164 (80%) manifestaron que uno o varios de sus miembros fueron  afectados por síntomas de daños a la salud que atribuían a las fumigaciones. La Figura 3 ilustra el consolidado de la frecuencia de los síntomas o manifestaciones referidas en las quejas conocidas por las Personerías de estos dos municipios. 
El valor de los datos  presentados en la Figura 3, suministrados directamente por las cabezas de familia afectadas por la aspersión aérea, es fácilmente cuestionable debido a que se confunden síntomas – brote de piel, fiebre y dolor de cabeza­ –,  con diagnósticos tales como “alergia, gripa y aborto”. Las autoridades responsables de las fumigaciones suelen descalificar las quejas formuladas por deficiencias como esta. Además desestiman las quejas  como respuestas “orquestadas y aleccionadas” por las organizaciones de narcotraficantes y de alzados en armas, dado 1) que la Ley 30 de 1986 define como delito el cultivo de materias primas para la elaboración de estupefacientes, y 2) durante tres lustros se ha evidenciado la progresiva integración de economías de guerra controladas por grupos alzados en armas  torno al cultivo, producción y distribución  de drogas ilícitas[2].

Sin embargo la comparación del comportamiento durante los meses de enero y febrero de 2000 y 2001 de las causas de consulta por urgencias  asociadas con los síntomas reportados por las quejas en los registros del Hospital Sagrado Corazón de Jesús de La Hormiga, señala que durante el mes de enero del 2001 efectivamente hubo incrementos relativos en las causas de consulta por síntomas frecuentemente relacionados con intoxicaciones agudas:

Tabla 1: Comparación de causas  de consulta por urgencias  para los meses
de enero – febrero  años 2000 y 2001 en el Hospital  Sagrado Corazón de la Hormiga
 
Causas de consulta
Enero 2000
Enero 
2001
Febrero 2000
Febrero
2001
No
Orden
freq
No
Orden
freq
Tend
No
Orden
freq
No
Orden
freq
tend
Otras celulitis  y abscesos de la  piel 
-
-
-
-
17
4
10
8
Síntomas generales de pirexia de origen desconocido (Fiebre)
4
10
2
24
1
18
4
15
Infecciones agudas de vías respiratorias
5
9
6
7
4
13
5
13
Infección intestinal mal definida Diarrea 
9
7
1
34
 
5
12
2
24
 
Trastornos gástricos funcionales sin especificación
-
-
3
16
8
9
13
6
Dolor abdominal 
-
-
8
7
-
-
8
11
Efectos tóxicos otras sustancias no medicinales
8
7
4
11
6
10
16
4

Fuente: DASALUD Putumayo: Sección Epidemiología, 2001

Daños al patrimonio productivo

La información consolidada de las quejas de daños a cultivos y animales es tan susceptible de ser descalificada por las autoridades responsables de la aplicación de la política antidrogas  como lo es la presentada anteriormente en relación con daños a la salud.  La Tabla 2 relaciona la información declarada por los quejosos acerca del tema, en este caso, únicamente para el municipio del Valle del Guamués. Es probable que la extensión y el número de animales afectados que reportan los quejosos hayan sido exagerados intencionalmente a fin de obtener ventajas ante la expectativa del pago de compensaciones por daños por parte del Gobierno colombiano.

Llama la atención que los quejosos hayan suministrado información acerca del área de coca afectada, puesto que como ha sucedido en áreas fumigadas en el Caquetá, es probable que la Policía Antinarcóticos utilice estas quejas para iniciar investigación a las personas que las han presentado por tener plantaciones de coca o no haber denunciado a quienes las tenían. Sin embargo la comparación del área declarada de cultivos ilícitos dañados con 1) el total de población afectada  y 2) los demás cultivos y animales dañados o afectados puede servir para construir un índice de daño innecesario para establecer la magnitud del daño ocasionado al patrimonio productivo de las familias asentadas en la zona asperjada.

En la Figura 4 se presenta una aproximación de la distribución y magnitud del índice de daño innecesario – IDI – en el municipio del Valle de Guamués, calculado con base en la siguiente formula, la cual sin duda puede afinarse en un futuro para ponderar diferencias entre peces y ganado afectados, por ejemplo, y sustituir la poco convencional relación de unidades utilizada en la definición del término DAI :

IDI = [( 1 / dci) * ( 1 / dai) * (pa)]

donde:
    dci = Has. de cultivos ilícitos dañados / total Has. de cultivos dañados
    dai = Has. de cultivos ilícitos dañados / total animales afectados
    pa  = población afectada por daños / población total

Conclusiones

En la Tabla 3 se presentan indicadores acerca de las veredas que aparecen más afectadas por daños innecesarios de acuerdo con los resultados  del IDI  propuesto.

Tabla 3: Indicadores de veredas  clasificadas como afectadas por daños
altos e injustificados  con base en el  IDI - Valle del Guamués
 
Vereda
Total Habit.1
Hab.
Afect2
% hab.
Afect.
total
No.
Quejas
Salud3
Has
ilícit
19994
Has
daños
coca5
Has  daños
cult.6
No. Anim.
Afect7
Valor 
IDI
Observaciones
     IDI   Injustificado
Providencia
139
115
83
8
N.D.
9
244
3,293
8,331
 
El Retiro
97
33
34
4
N.D
6
41
4,950
8,103
 
Sta. Rosa Guamués
193
119
62
21
N.D.
9
186
5,400
7,549
Reserva Indígena
San Andrés
444
61
14
8
959
1
108
288
4,300
 
El Varadero
276
126
46
32
N.D.
20
254
8,3952
2,434
 
Sta Teresa
193
87
45
22
N.D.
20
223
5,592
1,665
 
Loro 8
76
55
72
9
N.D.
15
82
3,838
1,015
 
IDI   Alto
Jardín
134
74
55
13
350
22
282
1,910
612
 
Miravalle
748
137
18
19
N.D.
35
183
18,938
520
 
La Betania
116
189
163
20
N.D.
20
295
448
518
 
Los Guaduales
414
78
19
13
N.D.
6
154
582
472
 
El Placer
1014
131
13
13
N.D.
33
428
9,121
469
 
La Sultana
499
96
19
21
N.D
14
106
3,464
361
Reserva Indígena
Las Vegas
413
52
13
43
N.D.
35
406
7,603
328
 

Fuentes: 1. DASALUD – Sección Epidemiología Proyección Población 2000    2. Inspección Policía Municipal Valle del Guamués: Consolidado general de pérdidas por la fumigación hasta el día 21 de feb. 2001    3. Personería Valle del Guamués y DASALUD Sección Epidemiología    4. Policía Nacional – Dirección Antinarcóticos Estadísticas de plantaciones ilícitas en Putumayo 1999    5. Inspección Policía Municipal Valle del Guamués: Consolidado general de pérdidas por la fumigación hasta el día 21 de feb. 2001    6. Ibíd.    7. Ibíd..

La Figura 5 sobrepone la clasificación IDI de las veredas analizadas con la  localización de plantaciones reportadas por la Policía Antinarcóticos en el Valle del Guamués en 1999. La información así presentada sugiere múltiples ideas de hipótesis, que pueden ser útiles para orientar esfuerzos posteriores dirigidos a evaluar el impacto de las fumigaciones aéreas en el Suroccidente putumayense. La inconsistencia resaltada en la Tabla 3, señala la necesidad de verificar en campo la información suministrada por los quejosos afectados por daños atribuidos a la fumigación de plantaciones de coca.

No obstante, no es preciso aguardar los resultados de una evaluación de esa naturaleza para recomendar precaución a las autoridades responsables de la fumigación aérea. La presunción que se están utilizando concentraciones 26 veces mayores a las recomendaciones normales del fabricante en las mezclas de aspersión aérea asociada a las evidencias de daños por intoxicación aguda y afectación seria del patrimonio productivo lícito de las comunidades afectadas así lo aconseja.

Mocoa, Marzo 2001

[artículo "Cultivos ilícitos..."]


[1] En un artículo recientemente circulado,  Las fumigaciones aéreas sobre cultivos ilícitos sí son peligrosas – Algunas aproximaciones,  Nivia señala: “Considerando que el avión de 300 galones (1137 litros) deposita 40 L/ha de la mezcla con una descarga efectiva de 23.4 L/ha de Roundup Ultra, equivale a una descarga de 10.3 L/ha de glifosato en forma de sal IPA. Esto significa que el Roundup Ultra se aplica al 58.5% en la mezcla y el glifosato al 26%, y no al 1% recomendado.”
[2]   Las autoridades encargadas de la política antinarcóticos reconocen con renuencia que la expansión inusitada de los cultivos ilícitos en zonas de colonización en Colombia – justo donde los grupos alzados en armas siempre han tenido ventajas para ejercer el dominio de la población y el territorio – es consecuencia de las deficiencias en el manejo de las causas estructurales que propiciaron la colonización con base en cultivos ilícitos en esos territorios. Por eso, respaldan una política con la cual pretende controlar la fortaleza financiera y militar que han obtenido estos grupos durante los últimos 10-15 años en estas zonas, como si su presencia fuera la causa principal y no un efecto perverso del manejo persistentemente equivocado tanto del problema agrario colombiano como el de los cultivos ilícitos.

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