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Factores Internos y Externos de la Guerra civil en Latino America


Rosa Lopez Oceguera,
Ana Lucia Gomez Mejia[1]
Uppsala, Mayo 29 – 2001

1. Introduction

Mientras la mayoría de la literatura sobre paz y resolución de conflictos se centra en los factores internos de los conflictos intraestatales y considera los factores externos únicamente como la intervención de una tercera parte, considerando la exacerbación si es negativa o su resolución cuando es positiva, este ensayo plantea que por razones históricas y estructurales en Latinoamérica los conflictos son una característica permanente de la intervención extranjera.

A través del análisis comparado de las dinámicas de la guerra civil en los países de El Salvador, Guatemala y Colombia se argumentara que aunque los factores internos tienen preeminencia en la consideración de los recursos de violencia, los factores de estatalidad no operan en el vacío y que la combinación e interacción de las condiciones regionales y sistémicas, así como las acciones tomadas por el poder hegemónico en la región cumplen un rol significativo.

Ambos aspectos, condiciones y acciones, derivadas de la aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional que los Estados Unidos instauro en el contexto de la guerra civil y que opero como legitimizacion ideológica de la expansión global de los intereses de los Estados Unidos ha cumplido un rol determinante.

En el hemisferio occidental, la doctrina tomo una expresión muy concreta en una serie de políticas diseñadas para asegurar la tradicional área de influencia de los Estados Unidos en un sistema internacional bipolar. De acuerdo a la conceptualizacion de la seguridad regional de los Estados Unidos, el rol de los ejércitos latinoamericanos estaban para garantizar la estabilidad interna, lo que se traducía en preservar principalmente estrategias de contrainsurgencia para responder a los retos impuestos por los movimientos guerrilleros. Los resultados fueron el aumento de la polarización y la desestabilización de aquellas sociedades, como en el caso de las violentas y prolongadas guerras en El Salvador, Guatemala y en Colombia, el mas viejo conflicto armado de la región.

La teoría de Edward Azar sobre conflictos sociales prolongados que a un nivel intermedio provee un puente entre los modelos genéricos de la tradición de resolución de conflictos, políticas especificas y explicaciones históricas de conflictos particulares, establece los lazos necesarios entre las causas internas y externas de la guerra civil. Aunque desarrollado durante los setenta y ochenta esta aproximación teórica ofrece una visión contemporánea en el análisis de conflictos y ayuda a situar en el contexto social de las condiciones internacionales.

Retomando el énfasis de Azar que los recursos de las guerras civiles radican predominantemente en el Estado y el reconocimiento del rol que cumplen, lo que el autor denomina lazos internacionales, este ensayo desarrollara el argumento que las políticas de contrainsurgencia establecidas para neutralizar los movimientos guerrilleros en los países latinoamericanos desde 1960 y en el marco de la Doctrina de Seguridad Nacional proclamada por los Estados Unidos en el contexto de la guerra fria, permitieron al Estado imponer condiciones internas de terror indiscriminado dirigidas a la población civil con las consecuencias inmediatas de miles de muertos, desplazamiento masivo y abusos de los derechos humanos y con resultados imprevistos en los niveles societales, contribuyendo a una mayor fragmentación de unas ya altamente polarizadas situaciones internas.

Los tres estudios de caso de conflictos fueron seleccionados con el criterio de que:






En la sección 2 presentaremos las condiciones en los niveles sistémicos y regionales. En la sección 3 se dará una breve descripción de los tres casos de estudio. Sección 4 resumirá las características comunes y las principales diferencias en la correlación entre los factores internos y externos en las dinámicas de los conflictos en los casos. Sección 5 concluye.

El propósito del presente ensayo es promover la discusión acerca de la interacción de los factores causales internos y externos en vista de sus implicaciones para la teoría de resolución de conflictos y su practica, considerando que este campo no solamente concierne a los síntomas de la destrucción producidos por el conflicto sino también las causas.

2. El rol de los niveles de condiciones sistémicas y regionales.

Los Estados Unidos han emergió desde la segunda guerra mundial con la economía mas fuerte y como el único poder nuclear. El final de la guerra ha dividido al resto de los países desarrollados, entre los victoriosos y derrotados, en una terrible situación económica, creando las condiciones necesarias para el nuevo rol de los Estados Unidos como país hegemónico con una economía mundial capitalista, a partir del cual la conferencia de Bretón Woods en Julio de 1944 formulo las bases. En esta conferencia, El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial fueron fundadas como instituciones multilaterales diseñadas para regular los cambios económicos bajo el control y guía de los Estados Unidos. El dólar se convirtió en la moneda mas importante internacionalmente y así se convirtió en un pilar crucial del sistema global financiero de la postguerra.

Pero el nuevo orden internacional bajo la hegemonía de los Estados Unidos requería de una política extranjera intervencionista. El apoyo domestico para dicha política involucraba la creación de un enemigo permanente. Las aspiraciones de la Unión Soviética de delimitar una área de influencia en Europa oriental, reconocida como una preocupación legitima en la Conferencia de Yalta en 1945, fue presentada como una prueba del expansionismo de los comunistas soviéticos de manera que justificara una activa postura militar y un involucramiento en los asuntos mundiales.

Bajo el manto de la amenaza a la seguridad nacional estigmatizada bajo la expansión de comunismo, los Estados Unidos reorganizaron su defensa y aparato de seguridad, elaborando al mismo tiempo una concepción geoestratégica y política conocida como la Doctrina de Seguridad Nacional. En Agosto 30 de 1948, el gobierno de los Estados Unidos instituyo su primer borrador militar de tiempo de paz. Unos meses después se conformo la mayor alianza de fuerza militar al convertirse en el signatario del tratado de la organización del Atlántico Norte (NATO), que representaba el reconocimiento institucional de la gran división en Europa que caracterizo la guerra fría.

Sin embargo, el compromiso de los Estados Unidos en Europa fue posible únicamente porque su propia esfera de influencia en el hemisferio occidental había sido asegurado a través de un sistema regional que también implicaba un alto grado de institucionalización, empezando por el Tratado de Rio de 1947 y la creación de la organización de los Estados Americanos (OEA) en 1948. En 1951 el congreso de los Estados Unidos aprobó el Acta de Asistencia de Defensa Militar que creaba nuevos lazos entre Washington y las fuerzas armadas latinoamericanas y los Estados Unidos retomaron el entrenamiento de los oficiales latinoamericanos en la Escuela de las Americas en la zona del canal de Panamá.

El marco organizacional de la Guerra fría efectivamente unió la región latinoamericana a la coalición anticomunista bajo el liderazgo de los Estado Unidos, pero no en una posición equitativa, como en el caso de los aliados de E. U de la Europa occidental.

Bajo un sistema militar mucho menos estructurado de “seguridad colectiva”, el rol de las fuerzas armadas latinoamericanas fue secundario y subordinado. Temprano en los años de 1960, cuando la crisis social elevo el espectro de la revolución izquierdista en varios países y en el contexto de la “Alianza para el Progreso” anunciado por la administración Kennedy, el énfasis del programa de asistencia militar de E.U cambio de la “defensa hemisférica” a la “seguridad interna”.

La Doctrina de Seguridad Nacional proporciono una nueva legitimación para la vieja practica del intervensionismo de los Estados Unidos en Latino América. La referencia a la amenaza comunista le dio a los Estados Unidos la oportunidad de intervenir en los asuntos internos de los países latinoamericanos para sostener las fuerzas políticas y económicas que representaron los intereses de E. U localmente, los cuales en el contexto regional significo la intervención en contra de toda forma de cambio político, económico y social que pudiera afectar el status quo.

Un caso es Guatemala, donde el experimento democrático del gobierno elegido popularmente de Jacobo Arbenz, se oriento a crear una sociedad moderna capitalista que entro en conflicto con los intereses anacronistas de la oligarquía hacendataria, los de la United Fruit Company, la International Railways of Central America y la provechosa compañia Electrical bond and Share, todos bases del monopolio de los Estados Unidos.

La amenaza directa a los intereses corporativos de los E. U fue inaceptable. Apuntado a un embarque de armas Checas como una razón anticomunista, la administración Eisenhower ataco.

El Secretario de Estado John Foster Dulles y su hermano, director de la CIA Allan Foster, estuvieron a cargo de la operación. El presidente Arbenz fue derrocado en Julio de 1954 en una toma militar orquestada por la CIA, y un nuevo régimen fue instalado bajo el Coronel Carlos Castillo Armas, con el apoyo y asistencia de los Estados Unidos.

Después de la revolucion Cubana, los Estados Unidos financio cambios en las fuerzas armadas locales en toda Latinoamérica. A través de programas de despacho de militares extranjeros, asistencia, educación y entrenamiento militar, los Estados Unidos entrenaron, equiparon y profesionalizaron las fuerzas militares y de seguridad, siempre aumentando su tamaño, su poder coercitivo y su rol como dirigentes de Estado. La concepción de la función de sus combatientes cambio también y la defensa en contra de la agresión externa se convirtió en contrainsurgencia, seguridad nacional y la supresión de los desacuerdos internos.

Las estrategias de contrainsurgencia fueron dirigidas en Latino América a la neutralización de lo que se denomino la primera ola de los movimientos guerrilleros que trataron de replicar el éxito de la revolución Cubana, aunque las guerrillas que combatieron en Nicaragua bajo el liderazgo de Sandino durante 1920 y 1930, y la guerrilla colombiana con sus antecedentes en la guerra campesina de 1930, comenzaron una guerra de baja intensidad en contra del Estado en 1958. Como una estrategia de Guerra, la contrainsurgencia consistía en destruir las bases de población que sostenían a la guerrilla.

Aunque en teoría esto podía ser logrado por una variedad de procedimientos incluyendo las protestas de los campesinos por los agravios cometidos en las áreas que la guerrilla operaba, ofreciendo una vía para el cambio, las aplicaciones practicas de los métodos de contrainsurgencia, sin embargo implicaban aumentar una guerra indiscriminada contra la población desarmada basada en la tortura, masacres y el entrenamiento y armamento de fuerzas paramilitares, generando un circulo sin fin de violencia y dejando perdurables heridas y traumas en toda la sociedad.

La primacía de los instrumentos militares y los métodos para tratar los problemas sociales y económicos reforzaron la siempre presente tendencia en Latinoamérica de conducción de regímenes militares, sintomáticos de la caída del Estado a través de la manipulación de las contradicciones de las instituciones políticas. En un contexto nacional polarizado y la exclusión represiva de las demandas populares a través de los aparatos militares y de seguridad se logro la profundización y escalamiento del conflicto.

3. Los conflictos en El Salvador, Guatemala y Colombia

El Salvador

El Salvador es la mas pequeña republica en Centro América. Cinco millones de personas atiborran el país con una densidad demográfica mas alta que en la India.

Nueve de cada diez personas viven en el centro y occidente, con grandes propiedades, haciendas, plantaciones de café y algodón de exportación, que reclutan población de trabajadores la mayoría analfabeta. Dos tercios de la población vive precariamente con impuestos irregulares y un tercio sobrevive en extrema pobreza. Casi el 60 % de la tierra pertenece al 2% de los Salvadoreños, una pequeña oligarquía de terratenientes e industriales sostenidos por los militares.[2]

Durante 1960 y bajo la Alianza para el Progreso, la inversión de Estados Unidos aumento de un valor de 19.4 a 45 millones de dólares. Pero esto también incluyo equipos de consejeros militares estadounidenses. Para proveer la estabilidad y la seguridad interna que permitiría el desarrollo económico, Los Estados Unidos iniciaron programas de ayuda militar y de policía para “profesionalizar” las fuerzas armadas y mejorar su habilidad para combatir las guerrillas izquierdistas cubanas, aunque no existía ningún movimiento guerrillero. Los Estados Unidos reorganizaron la Escuela de Policía, entrenaron y equiparon unidades antimotines en la Policía Nacional y en la guardia Nacional. La Oficina de Seguridad publica de la Agencia Internacional para el desarrollo estableció una oficina central de records policiales en El Salvador, e instalo un sistema teletipo que conectaba los países centroamericanos. La red incluía la detección de entradas de “guerrilleros sospechosos”.[3]

En 1979 una profunda crisis política precipito El Salvador en un conflicto violento que duro doce años y costo 70.000 personas muertas la mayoría de ellos civiles, mas de un millón de Salvadoreños desplazados de sus hogares, además de otras violaciones a los derechos humanos y sumarios de arresto, tortura, robo, escuadrones de la muerte y desalojos.

La mayoría de los muertos fueron victimas de las fuerzas gubernamentales o irregulares asociadas a ellos. Los Estados Unidos entro en el juego geopolítico del zero-sum de la revivida Guerra fría y decidió dibujar una línea en El Salvador para reencauchar la revolución en Centro América.[4]

La ayuda militar aumento, se despacharon consejeros y acusaciones de involucramiento de poderes comunistas. Washington insistió en un rendimiento incondicional a los disidentes armados que buscaban acceso al poder y constantemente rechazo la pacificación de otros actores internacionales.

Durante 1980 el conflicto armado continuaba, pero era evidente que no era posible una victoria militar por ninguna de las partes en confrontación. En 1987 una iniciativa de paz que involucraba los cinco presidentes centroamericanos, el Secretario y generales de las Naciones Unidas y la OEA – con la participación de los Estados Unidos abrió el largo camino a las negociaciones. La transición de la guerra a la paz fue agonizantemente lenta hasta la culminación del cese al fuego en Octubre de 1992.

Guatemala

Guatemala es el país mas grande y poblado de Centro América, con un 60% de la población indígena. No obstante la historia de Guatemala esta llena de gobiernos militares y aun dictaduras militares, que comenzaron con una revuelta en 1960 de jóvenes oficiales militares[5] y especialmente después de 1963, cuando un fuerte movimiento guerrillero fue organizado, el dominio de los militares tomo dimensiones complejas. De acuerdo al modelo de contrainsurgencia, la armada adquirió poderes, funciones y privilegios que trascendieron la guerra contra la guerrillas. Al mismo tiempo, el anticomunismo exacerbado como resultado de la propaganda contrarrevolucionaria de la CIA de 1954.

Escuadrones de la muerte unidos al ejercito o a las fuerzas de seguridad, que primero aparecieron en 1960, proliferaron, escalando el terror para desaparecer bajo el manto de la exterminación de comunistas. Todos estos factores hicieron del conflicto de Guatemala el mas violento de los tres casos revisados con mas de 200.000 personas muertas en la mas larga guerra de la región.

Durante los años de desangre del conflicto – 1979 a 1983 – el espacio para la actividad política fue completamente cerrado y las opciones moderadas desaparecieron del espectro político. Fuerzas progresivas, que fueron enmarcadas como subversivas por los militares que dirigían la estrategia de contrainsurgencia fueron obligadas a retirarse totalmente o aliarse con aquellos que habían tomado las armas como la única forma posible de expresión política. A través del periodo, la estrategia de contrainsurgencia felicito el tácito y abierto apoyo de la elite conservadora en el país, en particular, los grandes terratenientes. Para 1982, la alianza de las fuerzas guerrilleras y fuerzas de izquierda y populares formaron la Unidad Nacional Revolucionaria de Guatemala (URNG). Para mediados de 1980, el URNG había conseguido un gran apoyo de la sociedad guatemalteca, incluyendo muchos sacerdotes católicos, como tambien una simpatia extranjera.

Como en el caso del El Salvador, la Guerra civil en Guatemala alcanzo un punto muerto hacia el final de 1980. La ofensiva lanzada por las fuerzas armadas en 1988 fallo en la aniquilación de los insurgentes y la guerra de desgaste siguió indefinidamente. En este contexto, las negociaciones encontraron un espacio y los cinco presidentes de Centro América junto con las Naciones Unidas pudieron desempeñar un rol. Una proceso de paz lento empezo y culmino con la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno de Guatemala y la URNG en Diciembre de 1996.

Colombia

La historia de la ultima mitad de siglo en Colombia ha sido de continua violencia. Durante 1940 y 1950 la violencia fue canalizada a través de la confrontación entre los partidos conservadores y liberales, ambos representantes de los intereses de la oligarquía y de aquellos que han dominado la escena política desde la independencia. El asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitan en 1948 desato una rebelión popular en la capital que se expandió al campo. Los terratenientes organizaron guerrillas campesinas que involucraron las fuerzas conservadoras del Estado en acciones de golpear y escapar. Asesinos contratados fueron parte de la respuesta conservadora a las guerrillas liberales.

Criminalidad y violencia sin sentido se mezclo con violencia política y social. El partido comunista organizo la resistencia campesina en ciertas áreas, que tomaron primero la forma de autodefensa, pero gradualmente se convirtieron en fuerzas guerrilleras.[6]

Despues de un breve interludio de arbitramento military (1953-1957) un pacto entre dos de las facciones enfrentadas de la misma clase dirigente se alcanzo a travez de la figura del estado bipartisano, alternando Conservadores y Liberales no solamente en la presidencia sino tambien en el resto de los puestos administrativos en todos los niveles.

Durante los sesentas y setentas, la influencia de las operaciones y programas de contrainsurgencia promovidos por los Estados Unidos y la legislación de conmocion interior declarada durante el gobierno de Julio Cesar Turbay Ayala, contribuyo a la autonomizacion y al otorgamiento de facultades especiales para controlar el orden publico en manos de los militares. Al mismo tiempo la organización de grupos paramilitares tuvo lugar en varias regions del pais[7] y otros grupos guerrilleros como el M-19 surgieron.

En consecuencia, la represión en contra de las movilizaciones campesinas que demandaban seguridad y soluciones económicas fueron confundidas con subversión, dándole una justificación a las guerrillas para expandirse mas allá de los territorios controlados. De otra parte, esta expansión aumento la escalada de persecución a los lideres políticos del partido comunista.

Otro factor de agravamiento del conflicto ha sido el narcotráfico que durante los ochentas tuvo fuertes efectos de corrupción en muchos sectores de la sociedad, incluyendo elites políticas, fuerzas de seguridad, guerrillas y paramilitares. Su impacto cambio las bases ideológicas y las acciones de estos grupos y fue utilizado como el principal recurso para alcanzar el poder, concentrar la tierra y expandir el terror.

Sin embargo, el liderazgo contra el narcotrafico implementado por agencies internacionales como la DEA y la CIA, también se ha corrompido. La realización de alianzas, negociaciones y pactos con sectores del paramilitarismo y narcotraficantes para capturar lideres de otras facciones, en lugar de resolver el problema ha complejizado y extendido las redes de narcotráfico y de enriquecimiento ilícito.

Una mayor polarización del conflicto y un factor que ha aumentado su internacionalización, es el nuevo giro que la guerra antinarcóticos de los Estados Unidos ha tenido a raíz del Plan Colombia, con su énfasis en el componente militar, la cual representa una nueva versión de la estrategia de contrainsurgencia liderada por E.U. De otra parte, los gobiernos europeos apoyan la inversión social y la sustitución manual de cultivos ilícitos como estrategia alternativa contra las fumigaciones y sus impactos sobre el medio ambiente y la población.

Por ultimo, la ausencia de una política clara de paz durante la actual administración del Presidente Pastrana en combinación con los impactos militares del denominado Plan Colombia, ha escalado la violencia y entorpecido los diálogos con las FARC y el ELN, agravando la situación de conflicto del país.

4. Similitudes y diferencias en la correlación de factores internos y externos.

Como muestra el análisis de los tres casos, un numero de elementos comunes se expresa en la correlación de los factores internos y externos así como las dinámicas que adquiere la Guerra civil en Latino América.

En todos los casos, las raíces del conflicto son socioeconómicas y las condiciones políticas que prevalecen en estas sociedades evidencian Estados incapaces de atender las necesidades y demandas de amplios sectores de la población de manera pacifica, dado que el mismo orden político esta fundamentado en intereses estrechos de la oligarquía en alianza y control de los Estados Unidos. En este sentido el proceso de modernización económica ha sido imposible de reformar a pesar de los reiterados esfuerzos en cada gobierno.

En los tres paises revisados, aunque se ha alcanzado algún nivel de industrialización, la economía depende principalmente de la exportación de productos agrícolas o minerales, o ambos como en el caso colombiano.

A pesar de que en todos los casos el problema de la tierra ha sido un factor central en la generación de las guerras civiles, una reforma agraria no ha sido el eje prioritario de la agenda negociadora del Estado.

En los conflictos de el Salvador y Guatemala, el rol histórico de las fuerzas armadas como dirigentes del Estado en nombre de la oligarquía constituye un factor interno en la polarización y fragmentación de aquellas sociedades, puesto que la respuesta a cualquier movilización política que proclama el cambio ha sido la represión y la brutalidad, creando círculos interminables de escalamiento de la violencia.

La primacía de los instrumentos militares y de seguridad en el contexto ideológico y estratégico de la confrontación de la guerra fría, formulado en el marco de la Doctrina de Seguridad Nacional e implementado como estrategia de contrainsurgencia para enfrentar los retos impuestos por las guerrillas al Estado, constituye un factor externo para su exacerbación y la misma degradación del comportamiento de los grupos armados.

Aunque en Colombia no ha existido una historia significativa de dirigencia militar, las políticas de seguridad nacional implementadas formal o informalmente, según el modelo de contrainsurgencia, ha aumentado la participación de los militares en los procesos de toma de decisiones de las acciones gubernativas y también representan un factor agravador del conflicto.

Todos los casos muestran la formación de grupos paramilitares como parte de la estrategia de contrainsurgencia. En los casos de el Salvador y Guatemala, aquellos grupos tienen un lazo directo con las fuerzas armadas y de seguridad del Estado o fueron integrados como miembros activos de estas fuerzas, convirtiéndolos en instrumentos del terrorismo de Estado en contra de la población civil. En el caso colombiano los grupos paramilitares han estado integrados no solo por miembros del ejercito y La Policía sino también por civiles y han alcanzado un gran nivel de autonomía respecto al aparato ejecutivo, legislativo y judicial, en otras palabras constituyen fuerzas cada vez mas difíciles de controlar por el Estado.

El caso colombiano posee complejidades a raíz del trafico de drogas, un factor no presente en los otros conflictos analizados. La política antinarcóticos de los Estados Unidos, especialmente aquella bajo el denominado Plan Colombia, ha adicionado un factor de agravamiento dado el predominio de su enfoque militarista.

En ninguno de los casos de El Salvador y Guatemala la solución vino de una victoria militar, lo que enfatiza el hecho que ninguna solución militar es posible para la resolución, cuando las demandas políticas y sociales son tan grandes, los resentimientos históricos también, la autoridad y legitimidad del Estado es tan débil y fragmentada y la violencia esta arraigada en las comunidades locales.

En el caso de Colombia la solución militar también es improbable, aumenta el conflicto y la degradación del comportamiento de los actores armados.

5. Conclusiones

El final de la Guerra fría afecto radicalmente la estructura del sistema internacional y la mayoría de los arreglos regionales de seguridad a través del mundo con excepción de América, donde el poder hegemónico durante la guerra fría se convirtió en el único superpoder en el nivel global.

Los mecanismos e instrumentos creados en el hemisferio para el propósito de contener el comunismo todavía están presentes y en uso mas de una década después de la caída del muro del Berlín en 1989. Únicamente que el raciocinio es diferente. En la actualidad las estrategias de contrainsurgencia no pueden seguir siendo justificadas bajo la amenaza comunista, así que se explican y dirigen hacia la lucha antidrogas y el terrorismo como en Colombia en la actualidad.

Se ha convertido en lugar común mirar los acuerdos del conflicto armado en El Salvador y Guatemala como un fenómeno post guerra fría, hecho posible por el colapso de la Unión Soviética y la sustitución de la dimensión ideológica este - oeste de seguridad en conflictos internos.

Mientras esto es verdad, necesita de algunas qualificaciones. La Primera, es esencial entender que con la caída de la Unión Soviética lo que fue removido fue la posibilidad de construir un proyecto revolucionario alternativo con las mínimas aspiraciones para sobrevivir, dada la implacable hostilidad de los Estados Unidos, hecha evidente con la guerra sucia en contra de Nicaragua.

Segundo, dimensiones ideológicas y de seguridad desaparecieron y otros actores internacionales fueron capaces de encontrar un espacio en la consecución de la paz porque en las nuevas condiciones del nivel del sistema los procesos de paz, en ambos países no cambiaron de manera significativa la forma política, económica y social de las estructuras internas y obviamente no alteraron las bases de la hegemonía regional de los Estados Unidos.

Tercero, las soluciones políticas a las guerras civiles en el Salvador y Guatemala estuvieron en línea con las nuevas proyecciones de la política extranjera de los Estados Unidos durante la post guerra fría, sin abandonar los instrumentos militares – como fue observado en la invasión de Panamá y la Guerra del golfo- que hicieron parte de la extensión de la democracia representativa y las economías de libre Mercado, principales pilares del involucramiento de los Estados Unidos en los asuntos mundiales.

El conflicto colombiano sin resolver después de mas de una década después del final de la Guerra fría, también ha sido afectado por los cambios sistémicos. Por una parte, la guerrilla quedo aislada del apoyo externo, pero ha sido capaz de encontrar recursos internos para sostener la guerra a partir del secuestro, extorsión y el cobro del gramaje al narcotráfico.

De otra parte, después de muchos años de violencia el esfuerzo armado encuentra el progresivo rechazo de muchos sectores de la sociedad. La presión internacional aumenta y la situación de derechos humanos continua deteriorándose de manera que puede ser calificada de grave, masiva y sistemática. Como el Ministro de Defensa advirtió los principales violadores de los Derechos Humanos son los miembros de los grupos paramilitares.

El reporte de La Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos del año 2000 critico la baja prioridad que el gobierno colombiano ha dado a las recomendaciones a este respecto y señalo que no era un problema de ausencia de leyes, programas y mecanismos o instituciones sino la falta de usarlos y así una ausencia de decisiones tangibles, acciones y resultados[8], subrayando la falta de voluntad política y las ambigüedades del proceso de negociación del gobierno colombiano.

Una mayor polarización internacional fue generada alrededor de la implementación del Plan Colombia, el cual ha involucrado diferentes aproximaciones entre los Estados Unidos que le ha dado una orientación militar al proceso, mientras la comunidad europea considera que la paz requiere que se ponga atención a las condiciones humanitarias y socioeconómicas.

En la Post Guerra fría, los factores externos todavía cumplen un rol importante en el conflicto y su resolución.

Bibliografia

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Azar Edward The Management of Protacted social Conflict; Theory and cases, Aldershot; Dartmount, 1990.

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Gomez Mejia Ana Lucia Conflicto Territorial y transformaciones del paramilitarismo, Centro Interdisciplinario de Estudios Regionales –CIDER- Universidad de Los Andes, Tesis de Maestria 1997.

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Pearce Jenny Colombia; Inside the labyrinth London; Latin America Bureau 1990.

Report of the United Nations High Commisioner for Human Rights of the Office in Colombia (1 January – 31 December) Bogota, March 2001.

Whittaker J. David Conflict and reconciliation in the Contemporary world. London Routledge, 1999.

[1] Uppsala University, Departamento de Paz e Investigacion de Conflictos

[2] David J. Whittaker, Conflict and Reconciliation in the Contemporary World, London; Routledge, 1999, p 10.
[3] Cynthia Arnson, El Salvador; A Revolution confronts the United States, Washington, D.C and Ámsterdam; Institute for Policy Studies-Transnational Institute, 1982, p.29.
[4] Debe recordarse que los Estados Unidos percibian el mundo al final de 1970 como uno en el cual la Union sovietica estaba obteniendo importantes ganancias politicas. La caida del Sha de Iran, el triunfo del movimiento New Jewel en la pequeña isla de Granada, la Victoria de los sandinistas en Nicaragua y la intervención de la Union Sovietica en Afganistan, presentaron a los Estados Unidos un escenario de perdida de hegemonía en términos globales y mas retador en lugares considerados como su esfera de influencia.
[5] Los sentimientos nacionalistas de los jóvenes oficiales fueron particularmente exasperantes que el gobierno habia permitido usar el territorio nacional por los Estados Unidos para el entrenamiento de las fuerzas de invasion en la Bahia de cochinos.
[6] For a further description of the different stages of Colombia political violence, see Jenny Pearce Colombia: Inside the labyrinth, London: Latin America Bureau (Research and action, 1990)
[7] For a more detailed description of the complexities of the paramilitarism in Colombia, see Ana Lucia Gomez Mejia Conflicto Territorial y Transformaciones del Paramilitarismo, Tesis de Maestria, Centro Interdisciplinario de Estudios regionales – CIDER- Universidad de Los Andes, 1999, Bogota.
[8] Reporte de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos en Colombia (1 January-31 December 2000), Bogota, March 2001.

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