M A M A    C O C A

ALCALDES E INGOBERNABILIDAD


Un fantasma recorre Colombia: el fantasma de la ingobernabilidad. En un informe de la policía bajo el título “Violencia Política contra las AdministracionesRegionales”, entregado al presidente Pastrana esta semana, se indica quela guerrilla busca el reemplazo de los alcaldes municipales “por un mandatopopular liderado por las Juntas de Acción Comunal y la organización insurgente”.Por su parte, la inteligencia del Ejército intercepta órdenes de mandos guerrillerospara la renuncia de más burgomaestres. Inspectores, jueces, fiscales, diputados y concejales de 25 de los 32 departamentos de Colombia están en las mismascondiciones, según algunas fuentes. Los paramilitares, que amenazaban a muchosalcaldes y ofrecieron matar a quienes renunciasen a sus cargos, cambiaron de opinión para defender el orden. Contrariando el criterio oficial, losalcaldes de Carmen de Viboral y Sonsón, en el departamento de Antioquia, adelantaron un diálogo humanitario directo con un frente de las FARC.

Frente al caos, que algunos críticos desde la radio atribuyen a los díasque aún faltan para que se posesione el nuevo gobierno, el Defensor del Pueblopidió la declaratoria del estado de conmoción interior, prevista en la Constituciónde 1991. La conmoción, implantada desde ahora, prepararía el advenimientodel remedio radical, el estado de sitio, antigua figura jurídica que tuvoaplicación permanente por más de 30 años, a cuyo amparo los gobiernos delFrente Nacional violaron los derechos humanos sin recurrir a una dictadura militar directa. Para los epígonos del nuevo gobierno la conmoción es insuficiente,se requiere de una medida más drástica y su referente recordatorio es elestado de sitio, establecido en la Constitución de 1886.

Sin embargo, sobrevino el parto de los montes. Pastrana no decretó tal medida.En lugar de la conmoción, el Consejo de ministros decidió ofrecer 2 millonesde dólares por cada uno de los miembros del secretariado de las FARC y crearun nuevo bloque de búsqueda. No se nombran alcaldes militares pero se encargaal DAS (policía política) las funciones administrativas que abandonen losalcaldes ( ¡! ). Cinco estrategias fueron adoptadas: de seguridad, política,internacional, de medios y cultural. A la de seguridad acudió presto el directorde la USAID, Andrew Natsios, junto con la embajadora Ann Patterson, paraofrecer chalecos, carros  blindados, celulares, a los funcionarios bajo amenaza.La de medios anuncia presiones sobre los dueños y directores para la autocensura de prensa en relación con las informaciones acerca del orden público y laguerrilla. En cuanto a la cultural, se la dejan al alcalde de Bogotá, AntanasMockus, quien adelanta una campaña anti insurgente para escamotear los gravesproblemas sociales y ambientales de la capital del país.

¿Mediación o Intervención?

¿Qué hay detrás de toda esta tormenta de medios, de informes y clamores?Desde luego que una situación de crisis real, que no apareció de la naday para la cual se anuncia la misma medicina de siempre: represión, militarización,más palo, recorte de libertades y más neoliberalismo. El nuevo presidentegestionó en Estados Unidos  recursos económicos y militares, no tanto parafortalecer la lucha antidrogas sino para garantizar el apoyo de Bush a la“defensa de la democracia”. La mediación de la ONU como forma de restableceralguna medida de diálogo con los movimientos guerrilleros no es clara entanto propuesta de paz del gobierno Uribe. Tras la inclusión de las FARCcomo organización terrorista por la Unión Europea y el desconocimiento alGrupo de Países Amigos (grupo ad hoc, integrado por Cuba, Venezuela, México,España, Francia Suecia, Bélgica, Suiza, Italia y Canadá), no abundan losmediadores para el conflicto interno colombiano. Se habla de que la mediación de la ONU obedecería más bien al interés de los Estados Unidos de jugar enla creación de un escenario de negociación en el que ellos tengan un poderdecisorio. Además, la plataforma de gobierno del presidente Uribe habla dela posibilidad de invitar “cascos azules”, acompañados de soldados colombianos,para garantizar la neutralidad de las comunidades locales que se enfrentena la guerrilla, lo que algunos asocian a la idea de recuperar la gobernabilidaden algunas regiones del país.

El Rostro de la Verdadera Crisis

Si la crisis muestra el poder de la insurgencia en vastas regiones de Colombia  no es menos indicativa del drama que confrontan los gobernantes locales y regionales. En otras palabras, la ingobernabilidad real tiene otras causas. Es la crisis económica y social que se manifiesta en el inmenso desempleo, el fracaso de la política oficial de reducción del gasto social, el recortede las transferencias cuyo volumen modificó una norma constitucional impuestael año anterior por el FMI y aprobada por el Parlamento, la aplicación delas leyes 617 y 715 para despidos de empleados públicos y nuevo régimen paralos maestros, la deuda pública que tiene en la quiebra a un creciente númerode municipios, pequeños pero también metropolitanos, y a departamentos enteros.Los bancos, que han registrado este año ganancias del 61% según los informes oficiales, son los verdaderos gobernantes de muchos departamentos y municipios. Por las manos de los mandatarios locales no pasa un solo peso. La Corporación financiera Las Villas, del holding Sarmiento Angulo, que controla cerca de las dos terceras partes del sistema financiero colombiano, es la dueña realdel departamento del Cauca, gobernado por vez primera en la historia delpaís por un indígena. Puedo asegurar que no es el único caso ¿Se insinúaasí el futuro ordenamiento territorial, calcado de la estructura del monopoliodel capital financiero en connivencia con los macro proyectos del Banco Mundial?

Las renuncias de los alcaldes tienen otros alcances y traducen la crisisdel Estado oligárquico colombiano cuya solución tiene que aportarla el pueblocolombiano y no se vislumbra en las intenciones del gobierno que tomará sucargo el próximo 7 de agosto.

Razón de más para reafirmar nuestra posición: no hay solución militar niintervención militar yanqui que resuelva esta crisis. Por eso no nombranalcaldes militares, como antes. Ni decretan estados de conmoción, como solíaser la costumbre del régimen bipartidista. De un gobernante a otro se pasanla responsabilidad de las medidas de dictadura integral (perdón, guerra integral)con las que piensan enfrentar el caos. Pastrana no solo rompió los procesosde paz en El Caguán, con las FARC, y en La Habana, con el ELN, sino que decretó la guerra integral, la que, junto con el Plan Colombia, deja en herenciaa Uribe Vélez.

Podría haber alternativas: moratoria de la deuda externa, diálogos regionales,acuerdos humanitarios, apertura democrática y una actitud más realista parareemprender el duro camino de la solución política con cambios a favor delpueblo y la democratización del país.

Jaime Caycedo
Secretario General del Partido Comunista Colombiano


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