TRUCE AND POLITICAL NEGOTIATION AGAINST THE BARBARISM OF WAR

Bogotá, October 4, 2001

Considering the serious events of the past few days in Colombia and which attempt aginast expectations for peace and reconciliation of the Colombian people, we wish to MANIFEST our assesment and stance to the national and international community:

1.   Consideramos que el modelo de dialogar y negociar en medio de la guerra entró en crisis, por ello recibimos con optimismo las “Recomendaciones de la Comisión de Personalidades a la Mesa de Diálogo y Negociación”, que muestran al país que es posible redimensionar, corregir y relanzar el proceso de paz, mediante una tregua bilateral para la paz, con el fin de generar confianza y frutos verificables en la negociación política.

2.   Nos pronunciamos a favor de la prolongación de la zona de distensión con las FARC, esperando con urgencia compromisos eficaces en la recuperación del proceso de paz, en la perspectiva de un cese al fuego y de hostilidades.

3.     Reclamamos el reinicio inmediato de los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional, que se cumpla lo ya pactado y se acuerde igualmente una tregua bilateral para la paz.

4.   Condenamos los  asesinatos, secuestros, desapariciones y otras violaciones a los derechos humanos cometidas por los agentes del estado, los grupos paramilitares y las guerrillas, tales como las muertes de CONSUELO ARAUJONOGUERA, la hermana YOLANDA CERON, el dirigente popular MANUEL RUIZ, los parlamentarios JAIRO ROJAS y OCTAVIO SARMIENTO BORJES. Se hace necesaria una política seria en materia de derechos humanos por parte del Estado, que entre otras medidas,  derogue la ley de seguridad y enfrente eficaz y decididamente a los grupos paramilitares. Así mismo, demandamos del Estado y demás actores armados su compromiso con el respeto al derecho humanitario. Por lo tanto, exigimos que a la mayor brevedad se pacte un Acuerdo Global de Derechos Humanos y de Derecho Internacional Humanitario, como lo reclamamos las Naciones Unidas, la comunidad internacional y la sociedad colombiana.

5.   Rechazamos las agresiones contra miembros de la comunidad internacional y todo acto que vulnere los bienes y personas al servicio de la atención humanitaria

6.   Convocamos a todos los sectores del país a un gran acuerdo en defensa de la negociación y la paz, e invitamos a las FARC y al Gobierno Nacional a acoger de manera inmediata y pública el documento-propuesta de la ‘Comisión de Notables’ como medio para dar nuevo aliento y profundizar el proceso de paz y para asegurar el respeto al Derecho Humanitario mientras se adelantan las conversaciones.

7.   Demandamos y reiteramos el reconocimiento de la participación amplia y decisoria de la sociedad civil en las definiciones del proceso de paz, la perspectiva de un pacto nacional de paz y el funcionamiento pleno del Consejo Nacional de Paz, que se amplíen los criterios y mecanismos de participación real de las organizaciones sociales, otras fuerzas políticas e iniciativas de paz y derechos humanos.
 

8.    Pedimos que los hechos del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, que condenamos, no se utilicen para tergiversar la naturaleza del conflicto armado en Colombia. El conflicto colombiano tiene sus raíces sociales y políticas propias y para resolverlo los colombianos y colombianas debemos ejercer la autodeterminación  y la soberanía para construir la paz con justicia social.

9.   Rechazamos el comunicado del 30 de septiembre de los grupos paramilitares que califica el informe de la Comisión de Personalidades como “la carta de los Notables de las FARC” y vincula el nombre de Jorge Rojas, coordinador de la convergencia “Paz Colombia”, como otro de los partidarios de “entregar la institucionalidad nacional” a esa organización guerrillera,  lo que pone en riesgo sus vidas y los derechos y garantías de participación que tenemos los colombianos y colombianas para intervenir en la construcción democrática de la paz.

10.  Hacemos un llamado:

Al Estado para que se comprometa con una política de paz, basada en el respeto a los derechos humanos.

A las guerrillas para que cesen las prácticas contrarias al Derecho Humanitario y asuman con seriedad un proceso de paz.

A la ciudadanía en general, para que reaccione reflexivamente frente a los discursos de quienes se ilusionan y pretenden ilusionar a los demás con la vía de una victoria militar, hoy todos y todas debemos afirmarnos en la convicción de que  el conflicto colombiano solo es posible superarlo por la vía del diálogo y la negociación; lo contrario es persistir en el camino de autodestrucción del país.

A los candidatos y candidatas presidenciales para que, con responsabilidad histórica, contribuyan en la construcción de la paz y no aticen la guerra por razones o cálculos electorales, y se comprometan con una política permanente de Estado para la Paz.

A los propietarios, directores y periodistas de todos los medios de comunicación a reflexionar sobre su aporte a la paz. Sin duda los medios de comunicación prestan un gran servicio a la nación si en momentos de dolor y confusión, invitan positivamente a la reconciliación nacional y a la transformación de las causas que alimentan las distintas formas de violencia.

A la comunidad internacional para que promueva la solución política negociada del conflicto interno armado en nuestro país, con exclusión de la intervención militar.  Así, la paz en Colombia contribuirá a la estabilización de la región y a la paz internacional.

A los miembros del Congreso de la República, para que con responsabilidad histórica aporten a la construcción de la paz, para que las voces que abogan por ella sean escuchadas en el seno del Congreso Nacional y cumplan el mandato del constituyente primario legislando a favor de la vida, la democracia, la justicia social y la dignidad nacional.

INVITAMOS a todos aquellos –ciudadanos y ciudadanas, dirigentes políticos, organizaciones sociales, movimientos de paz y derechos humanos- que estén de acuerdo con este pronunciamiento a adherirse al mismo

Convocamos a todas las personas y movimientos sociales y políticos a iniciar una campaña en demanda de la tregua y en consecuencia, organizar  acciones internacionales, nacionales y regionales para exigirla y a favor de la salida negociada.

Abajo firmantes: