DOCUMENTO DE ANÁLISIS DEL “PLAN PATRIOTA”
Y SUS POSIBLES CONSECUENCIAS REGIONALES


Ricardo Soberón Garrido [1]

 

 

 

 

1. Marco Global Incierto

La lucha global contra el Terror y la aplicación del criterio de la Guerra Preventiva en otras partes del mundo, son los nuevos vectores desde los cuales mirar y pensar el escenario andino amazónico con posterioridad al 11 de septiembre. Desde Septiembre 2002,  la publicación de la nueva Doctrina de Seguridad Nacional del Presidente Bush estableció los nuevos criterios de la política internacional proveniente desde los EE.UU.

 

En el plano operativo, en las cercanías de una elección presidencial crítica para sus pretensiones, se imponen diversos límites de despliegue al ejército norteamericano, al estar presentes en Afganistán (12,000), y en Irak (135,000), de forma simultánea. Desde el punto de vista del Pentágono, la situación obliga a nuevas soluciones para afrontar los otros problemas de seguridad regional, como por ejemplo en el “patio trasero” como se conoce a América Latina; el conflicto colombiano, la crisis política venezolana y los diversos grados de inestabilidad en Ecuador, Perú y Bolivia. Ello obliga a la adecuación de los posibles escenarios, a la realidad y los límites que le representan, especialmente para el Comando Sur. Estos serían:

 

(i)                 no intervención militar tradicional en regiones latinoamericanas,

(ii)               no expendio de recursos financieros y militares en gran escala. Se prefiere la participación colectiva de fuerzas de países vecinos y la propia colombiana, con algún grado de ayuda norteamericana.

(iii)              Además, se prefiere el uso de sub contratistas norteamericanos para impulsar dichas políticas[2]. 

 

 

2. Marco Regional de Inestabilidad

El marco regiona les extremadamente complejo y dinámico. En primer lugar se presenta en el marco de la re configuración del Esquema de Seguridad Hemisférica (revisar los trabajos Comisión de Seguridad Hemisférica, OEA), después de salida definitiva de Panamá en el 2000. Luego, vendría el diseño casi simultáneo y la posterior ejecución del Plan Puebla Panamá, ALCA e IRSA conocido como la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA), para atraer los intereses de las grandes corporaciones multinacionales. Con sede desde Miami y otras instalaciones en Corpus Christi Texas), el Comando Sur es la estructura de los EE.UU que se encarga de la seguridad en esta parte del mundo: 1470 personas analizan América Latina. Esta organización castrense tiene un presupuesto de US$ 800 millones. Se basa en: las unidades estacionadas en Guantánamo (Cuba), Roosvelt Roads (SOCSOUTH) y Fuerte Buchanan en Puerto Rico, así como bases de radar y estación de vigilancia Soto Cano y Palmerola (Honduras), así como la instalación militar de Comalapa (El Salvador).

 

En los Andes particularmente, esta capacidad de reacción más que de permanencia, se traduce en sitios de entrenamiento (El Coca o y Fuerte Amazonas en Ecuador para operaciones terrestres y Santa Clotilde en Iquitos, Perú, para entrenamiento en interdicción fluvial). Asimismo, debemos mencionar las instalaciones militares especializadas de Tolequemaida, Tres Esquinas, Arauca, Puerto Leguízamo y Larandia (fluvial) en Colombia.

 

La reciente realización de la Cumbre de Monterrey y Declaración respectiva pretende configurar el nuevo esquema: enfoque multidimensional de la seguridad; presencia de las  viejas y nuevas amenazas (la protesta social, la migración, lo ambiental). Esto se ve acompañado de la preparación de operaciones y ejercicios conjuntos a nivel regional: UNITAS, “Cabañas” en el 2004, entre los más importantes. El objetivo de estos ejercicios es el de dar impulso a las capacidades de las FF.AA de la región (América Latina), para su conversión en fuerza de despliegue rápido, unidades multinacionales, de carácter preventivo: despliegue en Iraq, en Sinaí, en Medio Oriente, en Haití (Multinacional Interim Force) y Timor. Principalmente, participan elementos del ejército de Chile, Uruguay, Argentina, así como determinadas unidades centroamericanas, todos con alguna experiencia en operaciones de mantenimiento de paz en regiones lejanas. Luego, tenemos en una segunda etapa, los elementos de ejércitos de Colombia, Brasil, Ecuador y Perú.

 

Desde 1990, tenemos los trabajos del MEM (mecanismo de evaluación multilateral), para asuntos antidrogas, que pretenden reemplazar la certificación antinarcóticos norteamericana. En ese contexto, se produce el reemplazo del esquema de Panamá, por el de los Forward Operacional Locations (FOLs), que se negocian desde 1999, con Ecuador (Manta), Aruba Curazao y El Salvador. Tales instalaciones se encuentran plenamente operativas y dan mayor cobertura territorial, a nivel regional, para el control de comunicaciones y manejo de inteligencia en tiempo real: control del espacio aéreo de los Andes, de la Amazonía, de la frontera con Brasil, de la salida por el Caribe y el Pacífico hacia los EE.UU.

 

En mayo 2004, han empezado formalmente las negociaciones de TLC (libre comercio), “en paquete”, con Ecuador, Colombia y Perú. Dada la asimetría representada por este tipo de negociación, le imponen una alta dosis de negociación a los EE.UU con los países limítrofes. Sin embargo, en una presentación que hacía el general James Hill a un Comité del Congreso norteamericano, decía: “The security picture in Latin America and the Caribbean has grown more complex over the past year.  Colombia’s considerable progress in the battle against narcoterrorism is offset by negative developments elsewhere in the region, particularly in Haiti, Bolivia, and Venezuela[3].

 

 

3. Marco Local de Incertidumbre, desde y hacia Colombia

La aplicación del Plan Colombia (año 2000) que debe expirar en el 2005 y necesita garantizar una continuidad, la realización de la Iniciativa Regional Andina (2001) en el escenario andino amazónico. Mientras tanto, el proceso de paz conducido por presidente Pastrana (1998/2002) fue visto como una etapa para la recomposición de fuerzas entre ejército colombiano y las FARC (zona de distensión).

 

En Agosto 2002, el Presidente Alvaro Uribe asume el poder e impone la Política de Seguridad Democrática que se basa en recuperación del territorio, aumento de la fuerza pública e involucramiento de sociedad civil en la lucha contra el terrorismo (informantes, soldados campesinos). Asimismo, sus políticas pasan por negociar (¿legitimar?) a los grupos paramilitares representados por las AUC, a través de un proceso (San Antonio de Ralito) de negociación que actualmente se conduce con el auspicio de la OEA (cese al fuego, desmovilización y concentración territorial, ley de alternatividad penal).

 

En el terreno de los 6,300 kilómetros de fronteras, pretende involucrar de distintos modos a países vecinos: primero, a través de la condena a las FARC que no fue aceptada por Brasil y Venezuela, luego la adopción del cierre y monitoreo de fronteras, y la adopción de mecanismos de coordinación y acción conjunta a nivel militar (Memorandums de Entendimiento, medidas de confianza, comunicaciones frecuentes e intercambio de información).

 

Desde el 2000 a la fecha, se han producido una serie de incidentes de carácter militar: uso de territorio vecino, acciones puntuales de las FARC y de AUC en territorio no colombiano, captura de Simón Trinidad en Ecuador, acciones de fumigación con impactos externos, bombardeos selectivos (F. Aérea venezolana). Todo ello ha acarreado aumento de militarización en fronteras, por parte de Brasil, Venezuela, Ecuador, Perú y Panamá. 

 

Aparece la Teoría del Martillo y del Yunque: mientras el ejército colombiano golpeé a las FARC, su principal unidad militar el Bloque Sur y al Secretariado, en las operaciones más alejadas, los países vecinos (principalmente Ecuador, Perú) serán el yunque que “soportarán” cualquier ingreso o infiltración. Se tienen muestras de operaciones militares de ese tipo, como la captura de Nayibe Rojas Valderrama, camarada “Sonia” (febrero 2004), producida en este nuevo marco ofensivo.

 

¿Cuál es la evaluación que se puede hacer? ¿Acaso las FARC están derrotadas  o se trata de un repliegue táctico? Aparentemente, mientras las FF.AA de Colombia demuestran una mejora en su capacidad de tener presencia en el terreno, de conducir operaciones militares más complejas y existe una reducción de los índices de violencia, de acciones[4]. Por su parte las FARC han vuelto a su estrategia de acciones puntuales, atentados, repliegues tácticos, no ofrecer elementos visuales para la confrontación.

 

Esto no puede llevar a pensar en una derrota táctica de una agrupación con 40 años de experiencia en el campo[5]: a manera de tendencia, tenemos  posibilidad que se piense en que la defensa del emporio de la coca/cocaína pueda ser un objetivo que unifique a diversos grupos irregulares.

 

 

4.  ¿Por qué en el Sur?

Se trata de zona tradicional de presencia y asentamiento de las principales unidades de las FARC, en relación a otras partes del país. Hasta allí no llegaban las acciones del ejército colombiano, es una región de reciente colonización e involucramiento social y político con el narcotráfico.

 

Curiosamente, en los mismos departamentos donde se realiza esta contraofensiva militar, se produce la gran parte de la coca que utiliza los traficantes (doble sentido de la operación: anti narcóticos y anti guerrillera). La situación actual de los cultivos de coca en los departamentos donde se realiza el Plan Patriota: departamento de Nariño (17,500 hás), departamento de Guaviare (16,000 hás), departamento de Meta (12,500 hás), departamento de Putumayo (7,500 hás), departamento de Caquetá (7,000). En esos territorios,  en los últimos cuatro años, por lo menos, se ha fumigado intensivamente, tratando de quitarle el incentivo económico/financiero a las FARC en sus zonas de producción.

 

“El narcotráfico se volvió de esta manera dinamizador de las violencias sociales y políticas, delincuenciales, contestatarias y paramilitares, alimentando con su perversa dinamia económica a todos los actores armados indistintamente. Ello evidentemente trajo consigo la descomposición política de algunos sectores de la guerrilla que transitaron de ser un proyecto ideológico a transformarse en grupos depredadores y delincuenciales en el peor sentido de la palabra. Quiero  enfatizar en que de todas maneras, la guerrilla sigue articulada a un proyecto social y político, cuyos medios de acción no son probablemente válidos, y que la respuesta al desafío que plantea la misma no radica en un enfoque policial-coercitivo, sino en un tratamiento holístico en el que las respuestas deben ser moduladas de acuerdo a un diagnóstico multidimensional y no al simplismo histérico de la retórica y propaganda desbordadas”[6].

 

Aquí se materializa la ecuación Terror = Drogas, en América del Sur. Desde julio del año 2002, el Congreso americano permite que fondos y recursos antinarcóticos norteamericanos, en determinadas circunstancias, puedan ser utilizados para combatir a la guerrilla colombiana. Este es un salto cualitativo mayor en el grado de involucramiento norteamericano en la región. También tenemos el caso de los elementos militares estacionados para el entrenamiento en la protección de la estructura petrolera en departamento de Arauca. Adicionalmente, la propuesta republicana del Comando Sur de pasar de 400 a 800 soldados y de 400 a 600 subcontratistas, no fue aprobada pero igual se mantiene un grado de asistencia militar de US$ 110 millones anuales para estos propósitos de cooperación militar.

 

En segundo lugar, el Plan Patriota tiene otro impacto. Constituye una forma de estar cerca y presionar al Gobierno de Chávez en Venezuela en el manejo de su crisis política,  pero también en su capacidad de incidir en asuntos regionales. En momentos que se ha definido la realización del referendo (15 de agosto), éste pone en compás de espera la política de Washington sobre Caracas. En el caso de Cuba y de Venezuela, el 2003 representó la adopción de nuevas medidas, retóricas y prácticas desde Washington. Ello hizo pensar que se trataba de un nuevo capítulo, esta vez, dirigido a terminar definitivamente con el régimen de Castro o con el de Chávez. En este último caso, ya no a través del golpe de estado, pero a través de la desestabilización de las frontera y la utilización de los paramilitares en acciones selectivas. Ahora, ya convocado el referendo, a Washington solamente le queda esperar una derrota política de Chávez y sino, la generación de condiciones adversas desde Colombia: rol de la oposición, coordinación FF.AA, paramilitares. “Relations with Venezuela are probable at an all-time low and -given the deep polarization within that country –show no sign of improvement”[7]

 

En tercer lugar, no debemos dejar de tomar en cuenta la posición institucional de las  FF.AA de Brasil, en relación al posicionamiento y utilización del SIVAM (Sistema de Vigilancia Amazónica) por parte de los países. Mientras políticamente, el presidente Lula lo puso a disposición de las FF.AA de la región, lo cierto es que hay sectores dentro de Brasil que quieren pasar la cuenta a todos los posibles “usuarios” del sistema de monitoreo[8]. Incluso Brasil plantea venderle aviones Supertucano (Embrear) a Colombia y el ministro de Defensa colombiano Andrés Soto, ha expresado su interés.

 

En materia de lucha antinarcóticos regional, estamos frente a una posible re apertura de Programa de Air Bridge Denial (Perú después de agosto 2001), mientras que un programa similar viene funcionando en Colombia de manera bastante efectiva. 

 

A pesar de las coincidencias políticas de régimen de Lula y Washington (macro economía, aunque en temas comerciales se encuentran enfrentados), las FFAA del Brasil no estarían muy dispuestos a aceptar grados mayores de involucramiento militar norteamericano sobre la Amazonía. En definitiva, la zona en la que se ubica el Plan Patriota, constituye una entrada estratégica a los recurso de la Amazonía[9]: gas petróleo, bio diversidad. El control sobre: infraestructura petrolera en localidad de Orito, Putumayo (Colombia) y el Oleoducto Trasandino en Lago Agrio, Sucumbíos (Ecuador).

 

 

5. Naturaleza del Plan Patriota

Referirnos al Plan Patriota, significa que se trata de la operación militar más larga y sofisticada que realizan las FF.AA colombianas en su historia reciente (desde Operación “Conquista” en 1996, desarrollada en los mismos escenarios)[10]. Se impulsará en un territorio con una dimensión de 300,00 kilómetros cuadrados al mando de un solo general Reinaldo Castellanos, quien responde solamente al Comandante general, General Carlos Alberto Ospina.

Comprende principalmente entre 15,000 y 17,000 hombres desplegados por el tiempo de un año, en operaciones militares específicas, comprenden el lapso de un año. Resta evaluar su verdadera capacidad de sentar presencia en terreno o de solamente hacer operaciones precisas. A decir del analista Alfredo Rangel: “El objetivo, al parecer, es capturar o eliminar a miembros del Secretariado de ese grupo guerrillero, destruir la infraestructura logística de su retaguardia estratégica y debilitar de una manera crítica el núcleo militar más duro de las Farc que se encuentra en esa región del sur del país”[11]. La primera operación se realiza en la localidad de Peñas Coloradas en el río Caguán. Una de sus consecuencias es haber producido desplazamiento de población. Desde finales del 2003 el Ejército y la Policía comenzaron a recuperar Cartagena de Chairá. 

Se trata de la preparación y eventual despliegue de unidades especializadas: fuerzas especiales, brigada antinarcóticos, FUDRA (despliegue rápido). Principalmente se desarrolla en los departamentos de Guaviare, Caquetá, Putumayo, Meta y Amazonas, desde el lado colombiano, pero nada puede evitar pensar en un posible desborde de las fronteras, particularmente con Ecuador y Perú, las fronteras más vulnerables geográficamente hablando. Aquí se enfrentan elementos del Frente 14 de las FARC con las  Brigadas Móviles 22, 12 y 9, así como fuerzas especializadas.

 

Se aprovechan las debilidades intrínsecas de FF.AA de Ecuador y Perú (en menor medida Panamá, donde se impulsan los Servicios Marítimo y Aeronáutico). Debilidad política, cercanía con Washington, dependencia presupuestal de militares, adecuación de Libros Blancos de la Defensa. En este sentido se trata de una propuesta política militar que ha sido impuesta desde Washington y Bogotá; esta ha sido aceptada desde Quito y Lima. Si uno observa en retrospectiva, EE.UU ha venido apoyando a las FF.AA del Ecuador en los últimos años: suministro de apoyo de vehículos Hummvee (149 el año pasado), suministro de uniformes, munición, equipos de comunicación y vigilancia.

 

6. Consecuencias
 

  • Las acciones políticas, militares, económicas que ocurren en los países de los Andes amazónicos, deben ser vistos en forma de círculos concéntricos donde convergen partes de escenarios y proyectos locales, nacionales, regionales  y hemisféricos, sucesivamente. Todos los cambios e iniciativas, se entrelazan en alguna parte de este esquema. 

 

  • Durante lo que resta del 2004, la producción de sucesivos hechos de “desborde” de las fronteras, le darán mayor impulso político, académico y operativo, a la tesis de la “regionalización” del conflicto armado. Esta cobrará  mayor peso y vigencia en el tratamiento de la prensa cercana, en las decisiones políticas;

 

  • De forma más pausada se irán configurando dos bloques geopolíticos, a propósito del conflicto armado colombiano: uno, compuesto por Ecuador, Colombia y Perú y el otro, compuesto por Venezuela y Brasil; la nueva propuesta militar colombiana tendrá diferencias, cada vez mayores con las posiciones de estos dos países;

 

  • Se producirá con mayor intensidad, una mezcla de las acciones  que se tomen en el marco de la Guerra contra las Drogas y el Terror en los Andes Amazónicos, sin límites. No serán excluyentes sino absolutamente convergentes;

 

  • Se mantendrá el impulso simultáneo de la agenda comercial económica (Consenso de Washington, ALCA, TLC, estabilidad jurídica) íntimamente relacionada a la agenda de seguridad que e impulsa a través de otros medios.


[1] Abogado peruano, analista internacional en materia de “Seguridad, Drogas  y Amazonía”.  fusa10[at]hotmail.com y rasg642000[at]yahoo.com

[2] War, Profits, and the Vacuum of Law: Privatized Military Firms and International Law, Columbia Journal of Transnational Law, Spring 2004, Peter W. Singer, National Security Fellow, Foreign Policy Studies
[3] HILL James,  before the House Armed Services Committee United States House of Representatives,  24 March 2004

[4] JAWAHAR Vinay, “Turning Point in Colombia. Rapporteur´s Report, Colombia Working Group, June 2004,  Inter American Dialogue.

[5] Recientemente la página web de las FARC señalaba que en el 2003 las FARC sostuvieron 4,447 hechos de combate (12.8 diarios) con las FF.AA colombianas en las que ocasionaron 5,291 soldados, policías y  paramilitares muertos, 4,701 heridos, mientras la guerrilla habría tenido 542 muertos

[6] PAEZ Alexei,  Director de Investigaciones del CENAE, Centro Andino de Estudios Estratégicos, (Presentación Realizada en la Sesión Solemne por el 32 aniversario del Instituto de Altos Estudios Nacionales, IAEN, mayo 2004)

[7] JAWAHAR Vinay, Inter American Dialogue Report.

[8] 21/5: declaraciones de diputado Atila Lins, ex Presidente de la Comisión de Amazonía en Cámara Federal.

[9] América del Sur: 300 millones de personas, 18 millones de kilómetros cuadrados, PIB de US$ 1.1 billones, 25% de la biodiversidad del mundo, 20% del agua dulce. 

[10] Contra narcotraficantes, guerrilla y centros de producción de coca. En ese contexto ,se dieron las marchas de los productores cocaleros en Colombia (raspachines)

[11] RANGEL Alfredo, “La Fricción y el Plan Patriota”, diario El Tiempo, 4 de Junio del 2004

 

 


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