La guerra de la droga es una guerra contra las comunidades
Andria Efthimiou-Mordaunt en Parliament Square, Londres durante la
protesta de “Tomémonos la Democracia” en octubre
“La Guerra de las drogas no es una guerra contra las drogas ¿o si? Nunca
he visto una píldora saltando y diciendo ‘me están haciendo daño’ mientras que
las personas que consumen estas sustancias sí se ven lastimadas de muchas formas
espantosas y con frecuencia innecesarias”, dice Andria Efthimiou-Mordaunt.
Afirma Andria “Tomemos el ejemplo de la comunidad de la que he sido
parte, un comunidad en situación crítica, la comunidad dependiente. Hablemos de
las personas que se inyectan heroína o más bien simplemente de las personas que
se inyectan ya que muchas personas lo que se inyectan es lo que logran
conseguir. En esos casos, el acceso a jeringas limpias es crucial. Al compartir
jeringas con sus compañeros, siempre
existe el riesgo de contraer Hepatitis C y VIH y tantas otras que circulan por
ahí. En el Reino Unido donde existen efectivamente varios servicios de Reducción
de Daños, entre ellos el de ¨’intercambio’/entrega de jeringas, aun así tenemos
un 50% de prevalencia de Hepatitis C en el grupo.”
Otro peligro que surge de comprar drogas en la calle es que no se sabe
exactamente qué es lo que le están vendiendo. “Están cortadas con Dios sabe qué
adulterantes de esos que simplemente matan a la gente. Cuando la droga en la
jeringa estaba muy oscura yo siempre me decía que estaba muy fuerte y tenía que
tener cuidado de no consumir demasiado pero, para un joven que lleva poco tiempo
inyectándose, eso no es obvio.
“Lo que quiero decir es que, para
este grupo, legal equivale a continuar en vida”
Hay riesgos que no tienen nada que ver con las drogas en sí sino con la
ley que determina su disponibilidad
y nuestro argumento es que estos mayores daños se verían reducidos si cambiamos
la legislación.”
Andria Efthimiou-Mordaunt es una mujer vivaz de 50 años que aboga por la
reforma de las políticas de drogas con un énfasis en la Reducción de Daños. Dejó
de inyectarse hace más de 20 años y, desde entonces, ha estado trabajando con
otros usuarios y antiguos usuarios: después de trabajar en centros de
rehabilitación, comenzó y trabajar con VIH
porque mucha de la gente que
amaba tenía que vivir con el virus. “Yo ayudé a establecer e primer grupo de
apoyo de pares en el sur de Londres y, cuando mi compañero de vida murió de
SIDA, yo monté el John Mordaunt Trust. La labor de este Fondo es abogar por el
derecho a la salud y derechos humanos de los usuarios de drogas, en particular
aquellos que viven con estas enfermedades infecciosas”. Aunque parece un trabajo
básicamente centrado en la salud, éste pronto se convirtió en una lucha
política. Es difícil no tener que hacer política con un tema tan supremamente
politizado”.
El modelo suizo de tratar a los adictos a la heroína
“Estamos en tiempos particularmente oscuros ahora”, Efthimiou-Mordaunt
caracteriza así la actual política de drogas del Reino Unido. Pero hay mejores
ejemplos en otros países, uno de ellos es Suiza. Suiza tiene un suministro
legalmente regulado de heroína y las personas dependientes pueden ir a
inyectarse heroína pura dos veces a día y seguir con sus vidas. “Las vidas de
las personas se ven mejoradas y las tasas de criminalidad, de hepatitis C y VIH
disminuyen. Su relación con sus familias mejora, su trabajo mejora, lo que no es
sorprendente”, cuenta esta activista de RR.DD. “Efectivamente, cuando las
personas se ven legalizadas, todo esto mejora pues no están gastando la mitad de
sus vidas rebuscándose la plata y lo que necesitan, lo que es realmente
caótico”.
Efthimiou-Mordaunt explica que sólo 500 de las 350,000 personas censadas
que se inyectan heroína en el Reino Unido reciben prescripciones de heroína pura
el resto reciben metadona. “La Metadona
es un sustituto oral que, según dicen, le impide a uno trabarse , aunque yo no
me di cuenta de esto. Total, ahí está aunque no es lo que la gente quiere de tal
forma que con frecuencia la gente la vende para conseguir lo que realmente busca
que es heroína, no tiene sentido”.
El número de médicos del RU que pueden prescribir heroína debe ser mayor,
Los médicos británicos deben tener licencia especial para estas prescripciones
pero Efthimiou-Mordaunt dice que, aunque los médicos tuviesen la licencia,
muchos no lo harían “Hay mucha presión entre los médicos. Muchos simplemente no
prescriben heroína”.
Portugal: la descriminalización con apoyo sicosocial.
Otro ejemplo que surge en nuestra conversación es el de Portugal. En el
2001, Portugal descriminalizó la posesión personal de todas las drogas: en lugar
de terminar frente a un Tribunal, las personas a las que se les encuentra en
posesión de una droga, se presentan frente a un panel de profesionales legales,
de la salud y trabajadores sociales. La gran mayoría no son penalizados.
“Los resultados han sido
fabulosos: todas estas cosas que entran a ser parte de la cotidianidad de la
gente: crimen y enfermedad, muerte y sobredosis, infecciones y otras disminuyen
porque las personas reciben cuidados y no tienen que pasar su tiempo huyéndole a
la policía y a quien sabe quién más”, explica Efthimiou-Mordaunt.
“No han legalizado pero, desde la
experiencia de los usuarios, han legalizado puesto que, a no ser que alguien
esté vendiendo cantidades, no van a ser penalizados”.
El programa portugués fue parte de una ampliación del Estado de Bienestar
(welfare state), y los resultados se han logrado con un mayor apoyo sicosocial.
Estos son realmente impresionantes: el uso problemático al igual que el
uso inyectado ha disminuido, como también ha disminuido el uso entre el rango de
15-24 años. Las muertes debidas
uso de drogas se han reducido de 80 en el 2001 a 16 en el 2012 y la
proporción de personas detenidas por razones de drogas entre la población
carcelaria se ha reducido de 44% en 1999 a
menos del 21% en 2012. La prevalencia de Hepatitis B y C está a la baja y, lo
que es más impresionante, el número de diagnósticos recientes de VIH entre las
personas que se inyectan ha caído de 1,016 en el 2001 a solamente 56 en el 2012.
Para Efthimiou-Mordaunt, la descriminalización es simplemente un enfoque
más sensato que el del Reino Unido. “Las personas están siendo criminalizadas,
también aquellas que no pertenecen a la comunidad de adictos. Si pensamos en las
miles de personas que fuman yerba: ¿De qué sirve criminalizarlas?
Es estúpido, especialmente cuando se
envía un joven a la cárcel por uno o dos años. ¿Qué sentido tiene?, les han
creado un registro criminal, ¿pero para qué?
A las críticas según las cuales estos programas son demasiado costosos,
Efthimiou-Mordaunt responde: “Efectivamente lo son pero, en el largo plazo, se
ahorra plata en prevención de criminalidad y otros....Pero se necesita la
voluntad para hacerlo”.
¿Dónde compraríamos las drogas legales?
“Si me está pidiendo que sueñe con un mundo imaginario, en él nadie sería
arrestado por posesión de heroína, sea comprada en una farmacia o en cualquier
otro lugar, nunca…..esto es de hecho lo que está sucediendo en Portugal”, dice
Efthimiou-Mordaunt.
“Yo puedo decirle como hubiese querido que fuera cuando estaba adicta a
la heroína”, a decir, haber podido ir a la farmacia, que ésta estuviese
disponible y yo poder contarle al farmaceuta mi situación y que él me hubiese
vendido la cantidad que yo necesitaba….les aseguro que eso me hubiese facilitado
mil veces mi vida.”
Pero añade Andria, “Yo no estoy abogando que sitios como Sainsbury y
otros sin licencia puedan vender de todo. Por el momento, podemos pensar de
forma realista sólo en la legalización del cannabis y marihuana y lo primero que
tenemos que hacer es legalizar inmediatamente sus usos medicinales sin duda
alguna. Me siento apenada de vivir en un país que todavía castiga a sus enfermos
por buscar cánnabis. Eso es tan equivocado”. A mi pregunta sobre los aspectos
prácticos de la disponibilidad, me responde que , además de las farmacias, los
coffee shops como en Holanda son la
forma obvia..
La descriminalización facilitaría las cosas para los usuarios de toda
droga. “Todo el montaje es totalmente idiota, las personas acaban en un círculo
vicioso: los detienen y pueden escoger entre ir a la cárcel o ser estigmatizados
por su comunidad, muchos escogen ir ala cárcel porque es más fácil y allí
consiguen las drogas que necesitan sin ningún problema”, se ríe Andria: “Es
ridículo. Tenemos evidencia de que por lo menos un 50% de las personas escogen
ir a la cárcel, esto es trágico”. En las cárceles obviamente no hay acceso
tampoco a jeringas esterilizadas por lo que cunden las enfermedades
contagiosas.. “Como el cannabis permanece en el torrente sanguíneo y en la orina
más tiempo y como en la cárcel pueden hacer pruebas de drogas al azar, la gente
se pasa a la heroína porque la elimina mucho más rápido, en 2 ó 3 días. De tal
forma, entran como usuarios recreativos de marihuana y salen como usuarios de
heroína, es absurdo”.
“Las drogas pueden ser útiles
cuando se usan de forma apropiada”
Una de las preocupaciones que surgen con frecuencia frente a la
legalización de las drogas es que el número de usuarios aumentaría.
Sin embargo, hay poca evidencia que sustente esto: en Holanda donde la
compra de productos de cánnabis es legal en expendios con licencia, el uso e
cánnabis es el mismo o menor que en los países vecinos y notablemente más bajo
que en los Estados Unidos. El número de personas que se inyectan de hecho ha
disminuido afirma Efthimiou-Mordaunt, lo que se entiende si se tiene en cuenta
que el acto de inyectarse no es muy placentero..
“No visualizo que un gran número de personas comiencen a inyectarse
heroína simplemente porque cambien las leyes. La heroína es muy medicinal. Es
difícil de explicar pero es un gran paso”, nos comenta esta antigua usuaria. “No
es un rito social, la gente no se siente junta por ahí a hacerlo, es decir, sí
pero no como un compartir social, era porque así se daban las circunstancias”.
Andria señala que hay otras formas de limitar el uso.: “Tomemos el
ejemplo del consume de cigarrillos, hemos logrado reducir el número de fumadores
en gran parte mediante sanciones que no criminalizan a la gente pero que si la
incomodan, como por ejemplo tener que fumar afuera. Y enormes campañas
educativas”.
“Hay muchas formas de hacer las
cosas sin tener que castigar a la gente.” “Hubo una época en la que yo consumía
drogas sin que fuse un problema, y otra época en la que estaba como obsesionada,
esta última tiene mucho que ver con aspectos medicinales, era una forma de
automedicación, obvio “.
Es por esto que los siquiatras están relacionados con el tratamiento de
usuarios, dice y añade, “yo argumentaría que deberían recetarle opioides a las
personas cuando de salud mental se trata… No me malinterprete, yo no estoy
diciendo que todo el que se vuelve adicto a la heroína está mentalmente enfermo,
lejos de, pero sí hay evidencia creciente que señala que por lo menos una
tercera parte de la comunidad de personas química dependientes sufre de
desequilibrio mental de tal forma que la droga [que se autosuminstran] cumple el
cometido que cumpliría una fórmula médica psiquiátrica. Así, la persona ha
descubierto su propio remedio”.
Las investigaciones revelan que las sustancias que conocemos como drogas
ilegales pueden ser útiles en el tratamiento de enfermedades mentales: se han
logrado resultados promisorios con ensayos clínicos del uso de MDMA para las
personas que sufren de estrés pos traumático y con la
psilocibina que se encuentra en los
champiñones mágicos para la depresión y la ansiedad, aunque las leyes de drogas
complican la investigación.
“Esta sustancias pueden ser realmente útiles si se usan de forma
apropiada y en particular con personas en las que uno confía o un profesional de
la salud que sepa lo que está haciendo”, dice Efthimiou-Mordaunt, enfatizando
que no serían para todo el mundo, Sin embargo, las historias de terror en las
que alguien que consume LSD se
vuelve esquizofrénico le parecen exageradas. “Por lo general, cuando uno observa
estos casos, se trata de una persona que ya de por sí era vulnerable, consumió
demasiado y terminó en una situación extrema”.
Otro problema con el régimen prohibicionista, según Efthimiou-Mordaunt es
que las personas sólo escuchan que las drogas son malas y no sobre cómo reducir
los daños cuando las utilizan.
“Ahogan la
capacidad de pensar de la gente. Todo lo que se escucha es no tome drogas, pero
uno debe saber porque debe hacer lo que debe hacer o sencillamente no hacerlo”.
A manera de ejemplo menciona la droga GHB [conocida como la droga del violador],
que puede ser letal cuando se mezcla con alcohol.
Pero es un reto hablar de drogas de forma más liberal. “Naturalmente, no
quiero ser muy crítica pues le ha hecho tanto daño a las personas que he querido
pero tampoco quiero ser demasiado liberal porque no se sabe quiénes son las
personas vulnerables”, pondera Andria. En ocasiones esta antigua adicta tiene la
oportunidad de hablar de drogas con jóvenes y sabe que 2 ó 3 de cada 100
personas que la escuchan serán vulnerables. “De tal forma, uno no quiere decir
sí, sólo pruébenlas y ya verán cuales son manejables (alright)” hacienda énfasis
en el hecho de que ella no está abogando por que las drogas se puedan vender en
los supermercados, pero la legalización permitiría regularlas – contrario a lo
que sucede actualmente que es cualquiera puede vender lo que quiera.
“No es que el cambio de legislación vaya a hacer que las cosas sean mil
veces mejores, pero sí contribuirá a reducir estos mayores daños como son el
SIDA, la criminalidad y otros. ¡Y las muertes¡. Ha habido muchas muertes
innecesarias a causa de drogas adulteradas y otras”, dice Efthimiou-Mordaunt.
“Creo que es muy importante decirlo porque nadie está diciendo que ésta es la
panacea a todos los males pero lo que sí creemos es que reducirá los daños y eso
tiene que ser algo positivo”.
‘La excusa’ para la criminalización de las comunidades marginalizadas de
usuarios y productores
Cuando le pregunto a esta activista el porqué del enfoque vigente, me
dice: “Las leyes de drogas son como una excusa para llevar a cabo políticas y
comportamientos racistas. Como es bien sabido, cualquiera que es pobre y
marginalizado de una o cualquier forma es más propenso a ser víctima de la
legislación porque cuando una persona con plata cae por posesión de yerba paga y
de ahí no pasa”.
“Aparentemente, en este país estamos encarcelando más afro descendientes
con las leyes de drogas que incluso en los Estados Unidos, ¡y eso que los
Estados Unidos es bien conocido por estos abusos”! Efthimiou-Mordaunt dice que
se requiere más Investigación sobre las tasas de encarcelamiento, pero una
mirada rápida sobre el número de requisas en el Reino Unido revela que es un
ejemplo de racismo, con frecuencia escudado tras las leyes de drogas..
Hay extensa documentación que revela que los afrodescendientes sufren más
requisas que los blancos. Un estudio del año pasado muestra que, a pesar de
afirmaciones públicas de lo contrario, la policía sigue siendo racista: la tasa
de requisas a los afrodescendientes se duplicó en la primera década del siglo de
4.9 to 10.8 % de la población mientras que, entre la población blanca, sólo paso
de 1.5 a 1.6%.
Al igual que los usuarios y las personas de comunidades criminalizadas,
los productores sufren las consecuencias de las Guerra de las Drogas. “Es
absolutamente claro que los países productores se ven penalizados y culpados por
estos productos que todo el mundo quiere. Los
pequeños productores de Colombia and Afganistán están siendo castigados y lo
único que están haciendo es tratando de conseguir con que alimentar a sus
familias”, dice Efthimiou-Mordaunt. “Y es el principal producto de exportación
de estos países. La ONU entra con sus programas de desarrollo alternativo pero
yo he hablado con personas en Afganistán que venden tomates [en lugar de opio]
pero primero, no se puede ganar los mismo vendiendo tomates y segundo,
todos los sistemas establecidos para gobernar estas situaciones son corruptos
por lo que no siempre sirven”.
En años recientes, han crecido las voces hacienda un llamado para buscar
alternativas a la Guerra de las Drogas.
En particular en América Latina, el continente que ha sufrido durante
décadas la violencia, las violaciones de derechos humanos y daños ambientales a
nombre de la guerra declarada por los Estados Unidos.
Uruguay recientemente legalizó no sólo el consume sino también la
producción y suministro de cannabis y, en el 2011, Bolivia
se retiró de la Convención Única para
proteger la hoja de coca, que la Constitución del 2009 define como “patrimonio
cultural” y “no narcótico” en su estado natural.
Narcodólares en los bancos y el complejo industrial carcelario
“En últimas, reconozcámoslo, todo esto se reduce a la plata. El tránsito
de opio y cocaína a una mayor escala alimenta las guerras paramilitares y tal...
esto lo sabemos desde siempre…lo que no parece incidir en lo más mínimo en las
decisiones de las personas en el poder”. De
acuerdo con Efthimiou-Mordaunt, es acá donde
el activismo pro reforma de las políticas de drogas se vincula con
movimientos más amplios de justicia social como Occupy: “Mucha de l plata en
esos bancos son narco dólares. De tal forma, cuando estamos hablando de
corrupción en el sistema bancario…..Las personas me dicen, Andria ¡si
legalizamos todas las drogas mañana todo el sistema bancario colapsaría! Y yo,
como ud, me digo que tal vez no sería el fin del mundo, tal vez saldríamos
adelante…no, no, esto es muy ingenuo” se ríe.
El hecho de que es la plata de la droga que ha mantenido los bancos a
flote tras la crisis del 2008 es reconocido por muchos , incluso el Director de
la ONUDD.
“Pero cuando se observa globalmente la Guerra de las Drogas, lo que
realmente me impresiona es la cantidad de gente que está condenada a pasar su
vida tras las rejas y a servir de mano de obra barata.
Las Corporaciones se están enriqueciendo con tener esta gente en las cárceles y
con la privatización de las prisiones , es
un escándalo”, dice Efthimiou-Mordaunt..
“Así, me parece que la Guerra de las Drogas es una guerra contra las
comunidades y especialmente es una guerra contra las comunidades pobres and
excluidas y el estatus quo se beneficia enormemente con mantener esta guerra”.
Efthimiou-Mordaunt esboza otra conexión entre el sistema financiero y las
drogas: ambas necesitan ser reguladas. “Observar lo financiero y económico nos
permite deducir que la falta de regulación bancaria nos ha metido en unos líos
enormes; lo mismo sucede con las drogas, el ser humanos simplemente hace los que
cree que le gusta, o debería decir, hace
lo que pueda mientras logre salirse con la suya.
Tras una reflexión, afirma Andria: “Yo creo que el mensaje es que estas
drogas deben ser reguladas porque son
dañinas”.
Traducción libre MMMoreno
©2015 MamaCoca. Favor compartir esta información y ayudarnos a divulgarla
citando a MamaCoca.