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Los niños colombianos empiezan a tomar alcohol a los 10 años

La primera encuesta específica sobre consumo de alcohol en escolares encontró que nueve de cada diez han consumido licor; el 70 por ciento son bebedores activos.

Los colombianos empiezan a consumir alcohol desde los 10 años

Pese a que hay acuerdo general sobre la urgencia de controlar el consumo de alcohol entre los jóvenes, en los últimos años este hábito no solo ha aumentado entre niños y adolescentes, sino que se redujo la edad en la cual los colombianos empiezan a tomar.

Este es uno de los hallazgos de la primera encuesta que se hace en el país entre estudiantes menores de edad, para establecer las dimensiones del consumo de licor en ese sector de la población.

La Corporación Nuevos Rumbos, encabezada por los investigadores Augusto Pérez Gómez, PhD, y Orlando Escoppetta, entrevistó a 9.276 alumnos de colegios públicos y privados de Barranquilla, Bogotá, Bucaramanga, Cali, Florencia, Medellín, Tunja, Puerto Boyacá y Sabanalarga.

Los resultados del estudio, que acaban de ser publicados en el libro 'Consumo de alcohol en menores de 18 años en Colombia, 2008', son preocupantes.

Estos no solo evidencian el hecho de que niños y adolescentes ven normal y aceptable tomar trago para celebrar, socializar, vencer la timidez, lograr aceptación, conquistar a alguien y pasarla bien, sino que para siete de cada 10 de ellos es fácil o muy fácil conseguirlo.

Pese a que el país cuenta con normas que prohíben la venta de alcohol a los niños, estos lo adquieren sin mayores problemas en tiendas, licorerías y supermercados; de acuerdo con el informe son las casas de los amigos, y sus propios hogares, los principales sitios de consumo.

Un dato que sorprendió a los investigadores fue la edad en la que se está empezando a tomar. Un estudio similar, llevado a cabo en el 2002, indicaba que, en promedio, los primeros contactos con el licor se daban hacia los 12 años.

El nuevo informe señala que los niños se inician en este hábito a los 10 años y las niñas a los 11 años. De hecho, el 13 por ciento de ellos y el 8 por ciento de ellas empezaron antes de los 10 años.

Valga decir que si bien la mitad de los encuestados coincidieron en que está mal que la gente de su edad tome, el 90 por ciento aceptó haber bebido en algún momento; el 70 por ciento de ellos, según el estudio, pueden considerarse bebedores activos.

Los investigadores concluyeron también que el 23 por ciento de los niños y los adolescentes entrevistados muestran una tendencia al consumo problemático, en otras palabras que ingieren licor todos los meses, todas las semanas e incluso un porcentaje (4 por ciento) toma varias veces a la semana.


¿Y los papás?

El estudio llama particularmente la atención sobre el hecho de que la ingesta de trago a estas edades es significativo en fiestas familiares, delante de los padres o en presencia de otros miembros del hogar.

Juan David Escobar, de 16 años, cuenta que empezó a beber a los 10 años, "me tomaba los cunchos que quedaban de las fiestas y las comidas que hacían mis papás; lo hacía con mi hermano, que es dos años mayor que yo; claro que él se ajuició y yo seguí, me tomaba un traguito cuando volvía del colegio".

Según Juan David, cuando tenía 13 años se emborrachaba casi todos los fines de semana con sus amigos, "comprábamos aguardiente en tiendas y a veces pedíamos domicilios. Cuando mis papás empezaron a regañarme y a castigarme porque perdí el año, y me pusieron horarios y me frenaron las salidas, ya era como tarde... Yo compraba cerveza, llevaba aguardiente al colegio, hasta que me expulsaron. Ahí mis papás me pusieron en tratamiento".

Los investigadores aseguran que casos como este indican una manifiesta responsabilidad de los papás, por acción o por omisión, frente al consumo de sus hijos.

La misma reflexión cabe con respecto a los maestros, pues el 15 por ciento de los encuestados aseguraron también haber tomado alcohol dentro del colegio; el 8 por ciento de ellos afirmaron haber bebido durante varios días seguidos.

 Alcohol daña el cerebro y genera adicciones

Augusto Pérez, autoridad latinoamericana en el estudio de adicciones, advierte que las restricciones del consumo de alcohol en menores de edad no son un asunto moral ni religioso ni de buenas costumbres, "contrario a lo que se creía hace 50 años (que el alcohol era inofensivo para los niños, salvo si lo tomaban en grandes cantidades o con demasiada frecuencia) hoy existen evidencia de que no es necesario beber demasiado o muy seguido para afectar el organismo".

El sistema nervioso de los niños y de los adolescentes está en desarrollo, "no hay duda de que la ingesta de alcohol interfiere con ese proceso", dice Pérez.

El experto asegura que estudios independientes hechos en algunas universidades de Estados Unidos han mostrado que los adolescentes que se embriagan con alguna frecuencia (una vez al mes o más) presentan en la adultez problemas de memoria y de aprendizaje, además de dificultades para lograr ciertas abstracciones como leer un mapa, algo que casi todo el mundo puede hacer.

El psiquiatra Rodrigo Córdoba afirma, además, que entre más temprano se empieza a tomar licor, mayores son las probabilidades de tener problemas de alcoholismo antes de llegar a la adultez.

De igual modo, quienes empiezan a beber en forma temprana tienen entre cuatro y cinco veces más probabilidades de terminar consumiendo sustancias ilegales.

A esto se añaden, sostiene Pérez, las dificultades para abordar estas conductas: "La mayoría de los tratamientos, cuando se ofrecen, tienen una eficacia baja, lo cual pone a los papás en situaciones desesperadas; además, los adolescentes rara vez tienen conciencia de lo que le está sucediendo a su cuerpo; es por eso que no son particularmente cooperativos".

 Hay que hacer cumplir las normas con todo rigor

Carlos Ignacio Cuervo, viceministro de Salud, calificó de preocupantes estas cifras que, comparadas con las arrojadas por estudios anteriores, indican que el consumo de licor está creciendo entre los adolescentes.

Aseguró que hay una gran irresponsabilidad entre quienes tienen a cargo a menores de edad que beben, "además estamos siendo laxos en la venta de licores a los niños, pese a que existen normas que la prohíben; es necesario y urgente hablar del tema con los comerciantes y ejercer controles más estrictos".

Cuervo afirmó que el Ministerio de la Protección Social hará un análisis de las normas ya existentes para establecer qué les falta y determinar las causas por las cuales hay un incumplimiento general de ellas.

De acuerdo con el Viceministro, esta cartera convocará a congresistas para analizar el tema y estudiar un borrador de proyecto de ley mediante el cual se buscará controlar el consumo en menores.

Carolina Piñeros, directora ejecutiva de Red PaPaz (asociación que reúne a directivos de colegios y padres de familia), opina que urgen campañas amplias de prevención para toda la ciudadanía, además de aplicar las sanciones a quien incumpla la restricción natural de distribución y tolerancia del consumo de trago en niños y adolescentes.


CARLOS F. FERNÁNDEZ
SONIA PERILLA S.

REDACCIÓN SALUD

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