SECRETARIO:
Ha sido aprobado Presidenta, la proposición con
que termina, con el voto negativo de los Honorables Representantes, Barreras
Montealegre Roy Leonardo, Galvez Mejía Carlos Arturo, Giraldo Jorge Homero,
Legro Segura River Franklin, Luna Sánchez David, Pedraza Ortega Telésforo,
Piedrahita Cárdenas Carlos Arturo, Rivera Florez Guillermo Abel, Silva Amín
Zamir Eduardo.
Ha sido aprobada la
proposición con que termina el informe de ponencia.
La presidencia concede el
uso de la palabra al H.R. Carlos Arturo Galvez Mejía.
Muchas gracias señora
Presidenta. Para dejar constancia que yo voté esta proposición de archivo del
proyecto (…)
Cassette No. 9. Continúa
con el uso de la palabra el H.R. Carlos Arturo Galvez Mejía (…)
En aras de que en este
Congreso, se vienen haciendo una serie de proyectos que están apuntando a tratar
de mejorar una serie de situaciones en la vida de las personas, cuando la
problemática de fondo no les toca, en aras de que el Gobierno Nacional dentro de
un salud pública, un problema de salud mental, porque estamos viviendo además
del problema de la droga, que la droga como consumo permanente en los jóvenes
viene unida a una serie de situaciones de desarrollo humano, que por las
condiciones de vulnerabilidad que ellos tienen en ese desarrollo penoso, no ha
habido acompañamiento para separar una serie de situaciones emocionales que
terminan ellos refugiándose en situaciones dolorosas de cigarrillo, alcohol, y
por último la droga, terminan arrojándose a un problema de salud mental y
problema de salud público del que el Gobierno no ha podido en ningún momento de
programas preventivos, serios hacerle frente a la aceptación.
Señora Presidenta, y
compañeros, señor Ponente, la droga hoy es un monstruo, un cáncer al que todos
tenemos que enfrentar y tenemos que educar los niños y a los jóvenes que hay una
montaña de droga y que tienen que pasar por ella sin que les haga daño, pero no
nos hemos devuelto a hacer ese seguimiento clínico y histórico de la
situación de los individuos, hoy drogadictos, enfermos mentales que han caído
allí, pero que si queremos castigarlos o penalizarlos cuando en esa parte
educativa o formativa, no se quiere hacer.
Yo no digo que si
este proyecto se aprueba, en Cámara, o en Senado, les voy a decir que es
mejor que busquen un brujo, para que traten de encontrarle remedio al problema
de la salud mental frente a la salud pública y a los drogadictos, pero estamos
dando la puñalada por donde no es.
Señora Presidenta,
cuatro enfermedades, creo que son cinco, el sida, el cáncer, la droga y la
enfermedad mental no tiene cura y al enfermo mental o drogadicto le quedan
cuatro espacios; primero un programa que no lo tenemos; le queda un hospital, le
queda la cárcel o un cementerio. Y el problema que estamos manejando acá es,
querer crear una serie de situaciones castigadoras, penar una situación donde
hoy no tenemos la gente que esté formada para hacer prevención ante una serie de
situaciones de desarrollo humano, que están dejando que las gentes caigan
frente a una cantidad de cosas, inclusive de necesidades insatisfechas por falta
de trabajo, por falta de apoyo, por falta de oportunidades terminan en estas
circunstancias, que es tan incoherente que nosotros patrocinamos el alcohol, con
el alcohol estamos patrocinando la educación, patrocinamos las fiestas,
patrocinamos todo y terminamos creando cosas que yo creo que son incoherentes
cuando me parece que esa es una forma más bien, una forma bien tímida de
enfrentar el problema de otra manera.
Yo no estuve en ese debate,
con el tema de aumento de penas para los violadores sexuales, cuando nunca nos
han educado en educación sexual, la educación la hemos aprendido en la calle, la
educación la hemos logrado es a partir de una información inadecuada que está
terminando en esa área destruyendo cantidad de parejas, porque todo problema de
vida sexual se resuelve es en una cama, si todo está resuelto todo funciona.
Pero les voy a decir, si
este proyecto se aprueba en Plenaria, ah sicólogos que van a necesitar, médicos
y siquiatras para que valoren ese paciente porque los jueces tendrán que
remitirlos allá y les voy a decir, el resultado será un diagnóstico con una
patología inclusive con patologías de tipo esquizofrénico y serán inocentes y
por lo tanto no podrán penalizarse. Entonces yo no le veo sentido a que se
apruebe un proyecto de ley donde se pretende recuperar el problema de la salud
mental castigando la gente en una cárcel, las cárceles no rehabilitan,
penalizarla cómo?.
Claro aquí hablan de una
penalización que lo van a meter al programa, falso porque los únicos que tienen
programas en este momento que con las uñas están trabajando y ojala de pronto si
eso se da, que los patrocinen y los acompañen todas las comunidades evangélicas,
pobrecitos que con las uñas están por ahí pidiendo limosna, valiéndose de la
caridad pública, buscando recursos o con un paciente que paga, tratando de
subsidiar al que no paga. El Gobierno no tiene programas para esto, entonces que
yo creo que las cosas no pueden ser al revés, penalizando situaciones en la vida
humana frente a la conducta que por desarrollos malsanos se hayan creado, tienen
que caer a este cáncer de la droga, a este monstruo, entonces ya después venga
lo castigamos y claro tiene que ir a un centro de rehabilitación, tiene que
someterse a unos programas, tiene que participar de esto y de lo otro.
Eso lo tenemos, pero vaya
el rollo tan largo, el camino tan tortuoso que tenemos para que una persona vaya
a estos programas; yo manejo muchos enfermos mentales en la calle y en este
momento tenemos un paciente con estas características, agresivo, no controla
esfínteres, que se desnuda, que de noche desviste a todas las personas que están
en la cama, que lo tienen que sacar porque no duerme, que lo recoge la policía,
que lo lleva el cuerpo de bomberos y desde aquí estoy llamando a un hospital en
el Municipio de Chinchiná para que lo atiendan y lo atiende un médico y dice que
el paciente está en condiciones optimas; entonces que él no necesita estar en un
hospital mental.
Yo no entiendo cómo una
persona que esta que yo les describo, me digan en un hospital que no tiene que
ir a una clínica siquiátrica para que lo tengan en reposo o lo estabilicen;
estamos muy mal, en este momento todos los programas de salud mental y la
atención están en los hospitales de tercer nivel, los pueblos, las provincias,
las situaciones que están lejos, las regiones lejos de cualquier capital
terminan votando el paciente a la calle; porque ni la familia tiene plata y
tampoco los que están tienen responsabilidad con la salud en este sentido, los
hacen a un lado. En otras palabras, estoy muy triste pero quiero que lo oigan
los colombianos, son los pacientes gallos de la parte médica.
Entonces yo le hago un
llamado doctor Nicolás Uribe, el proyecto está bien concebido y el afán de usted
y de todos cuando tenemos problemas de este tipo, es tratar de buscarle
soluciones a ver si este cáncer, acaba y terminamos con una situación tan grave
que tantas vidas se han acabado a partir de este flagelo que estamos tratando de
combatir, pero creo que en este momento la puñalada se está dando por donde no
es. Yo creo que hay que empezar educando al niño, ir a la escuela, ir al
colegio, ir a la universidad; nosotros no tenemos sicoterapeutas,
psicopedagogos, no hay sicólogos que los estamos reclamando; que ahí viene un
proyecto de salud mental que yo traigo, espero que todos los apoyen y que de
pronto sea una alternativa o una sugerencia a este proyecto que creo que no es
un canto a la bandera, porque esa no es la solución; hay que atacar el mercado,
hay que tratar de perseguir todos los que la traen y la están comercializando,
por ahí es el camino y el otro camino, es paralelo a eso, tratar de dar
oportunidades interesantes, educativas, afectivas, estar con la familia, crear
escuelas de padre, tener trabajadores sociales de desarrollo familiar, de
economía del hogar en todos los barrios de Colombia, populares, haciendo
trabajos interesantes con ellos que nos ayuden a aislar a estos muchachos de
estas situaciones que nos están dando.
Estuve en este momento
visitando algunos barrios en Bogotá, inmensos, y encuentro que los barrios donde
más problemática hay, uno no encuentra programas interesantes que de tipo
creativo canalicen aquellas energías que los muchachos tienen frente a esa
situación de tiempo libre que no tiene quien se las oriente, pero la sociedad de
consumo misma nos está llevando a que un muchacho hoy, sino mete basuco y sino
fuma cigarrillo, no es el muchacho que está al tono de todos los jóvenes que hoy
participan en cualquier tipo de actividad.
La propaganda, colocan un
caballo con una cajetilla de marlboro y un tipo montado encima de él, ese es el
jinete; pero yo soy más hombre si fumo marlboro y soy más guapo en el colegio si
de pronto puedo ir a la fiesta y meterme un basuco o un cigarrillo. Entonces la
cosa no es cohibiendo, no es castigando, la cosa es educando, la situación es
invitando a que haya un trabajo de más humanización frente a una situación
dolorosa que estamos viviendo, pero que no la hemos podido enfrentar.
Señora Presidenta, yo
le agradezco mi intervención y también pedirle disculpas por el llamado que le
hice frente a un poco de ira que me dio, porque yo pedí la palabra una hora
antes para esto y me tengo que ir ya a una cita; pero dejo claro que no voto el
proyecto, porque por razones éticas no es procedente por respeto a los mismos
pacientes, por respeto a la situación de falta de oportunidades que en el país
se está dando, que la educación a pesar de los esfuerzos que se están dando para
llevarlos a todas partes, necesita de una materia prima más importante, hay
cantidad de profesionales que en el área social y en el área de la salud mental
están inutilizados en el país y creo que deben ser los instrumentos
interesantes para estar allí, haciéndole frente a un problema por el cual hoy
pretendemos acabarlo de la manera más inadecuada.
Pero ah jueces los
que tendrán que volverse con todas esas decisiones frente a cómo penalizar
esto, porque no podrán darle respuesta a un problema del cual inclusive ellos
desconocen y tendrán que darle la palabra a los profesionales de la salud,
que sé que les van a decir que están equivocados. Muchas gracias, señora
Presidenta.