El consumo de la dosis personal fue despenalizado en 1994, más tarde la ley 745 prohibió su uso en sitios públicos. Sin embargo, el aumento de la drogadicción en Colombia abrió de nuevo la polémica.

Expertos consideran que la iniciativa gubernamental es buena, pero advierten que también es necesario tratar el tema como un problema de salud pública.

Posiciones encontradas en los diferentes sectores de la sociedad suscitó la iniciativa del Gobierno Nacional de penalizar el porte y consumo de la dosis personal de sustancias alucinógenas.

El presidente Álvaro Uribe Vélez explicó durante un Consejo Comunal en Pereira, que es necesario penalizar dicho consumo para bajar el alto índice de menores de edad drogadictos que utilizan la libertad que da la Ley al respecto como una excusa.

A su turno, el ministro del Interior, Fernando Londoño, dijo que la multiplicación del consumo de estupefacientes en Colombia es un hecho real, evidente y dramático.

Para Londoño la inclusión de la norma en la Reforma Constitucional es necesaria, "aquí seguimos trabajando con el modelo general, simplista y torpe de que producimos droga para envenenar a la gente de otros países. Eso no es cierto, estamos produciendo droga para envenenar a nuestros niños, a nuestros jóvenes y para destruir la sociedad colombiana".

Según el director de Consejería para la Vida Sagrada de la Alcaldía de Bogotá, sacerdote Alirio López, es necesario penalizar el consumo de alucinógenos en Colombia "si queremos tener una sociedad comprometida con la cultura ciudadana. Por eso es necesario desintoxicar la sociedad".

Reveló que en un sondeo que realizó con 250 personas en las últimas horas, el 95% estuvo de acuerdo con la iniciativa gubernamental, mientras que el 5% restante indicó que en algunos casos es necesaria la dosis personal para tratar algunas enfermedades.

Según López, en los últimos 8 años, con la despenalización del porte y consumo de la dosis personal, se disparó el uso de sustancias psicotrópicas en aproximadamente un 67%.

Citó como ejemplo las reuniones que sostenía con grupos de 15 menores de edad de ambos sexos, antes de la despenalización, en las que a la pregunta de cuántos de ellos consumían drogas sólo 1 ó 2, lo que equivale a un 13%, respondían afirmativamente. "Ultimamente he repetido el mismo ejercicio varias ocasiones y me he encontrado que 12 de los 15 jóvenes de cada grupo -un 80%- contestan estar usando dichas sustancias y en la mayoría de los casos el 100% revela haber probado algún tipo de droga ilícita".

De igual manera, un estudio realizado el año pasado por el Programa Presidencial de Prevención de la Drogadicción, Rumbos, estableció que el incremento más tangible de consumidores de alucinógenos en los últimos doce años en Colombia se ha presentado en las mujeres.

Mientras que en 1989 por cada diez hombres adictos había una mujer, en la actualidad por cada dos hombres consumidores hay una mujer.

Al respecto el padre López asegura que Rumbos se quedó corto en su apreciación.

"Mi contacto con drogadictos me permitió comprobar que el número de hombres y mujeres consumidores de alucinógenos es similar".

Algunos analistas, por su parte, consideran que cualquier decisión que se tome no puede separarse de la prevención educativa.

El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Germán Valdez, aseguró que "una conducta o es buena o es mala, no puede ser mala a partir de un determinado volumen y por eso, respetando mucho la otra posición expresada por la Corte Constitucional, me inclino por considerar que es un planteamiento que merece ser estudiado nuevamente en el país de acuerdo con el procedimiento legal correspondiente".

Valdez se mostró partidario de que se continúe con el proceso educativo y pidió fortalecer el formativo porque, según él, si este último fuera sólido ni siquiera era necesario discutir la conveniencia o no de la dosis personal, "ya que existiría un desestímulo total para cualquier índice de consumo".


Las cifras

En Colombia los jóvenes inician el consumo de sustancias psicoactivas entre los 13 y 15 años de edad con el alcohol como la sustancia de mayor consumo, revela el más reciente estudio del programa presidencial de prevención de la drogadicción, Rumbos.

El informe que fue preparado el año pasado, y según fuentes oficiales continúa manteniendo su vigencia, aclara que el 88% de los jóvenes colombianos nunca han consumido heroína, cocaína, marihuana o éxtasis. Mientras que el alcohol y el cigarrillo son las sustancias más usadas por los estudiantes.

Las cifras del organismo señalan a Medellín como la ciudad en que más se consumen marihuana y cocaína, seguida por Manizales, Armenia, Pereira, Bogotá y Cali.

En contraste, las ciudades donde menos se consumen estas sustancias psicotrópicas son Santa Marta, Riohacha, Sincelejo y Barranquilla.


Las reacciones

-Eduardo Cifuentes, defensor del Pueblo: "El remedio que propone el Presidente es desacertado en su integridad. El problema del consumo, ya sea permanente, habitual u ocasional debe tratarse con políticas educativas y de salud pública".

-Carlos Gaviria Díaz, senador y ponente de la despenalización: "La iniciativa del Gobierno me parece completamente regresiva. En este momento en todos los países las políticas con respecto al consumo de drogas se mueve en otra dirección, no de la represión sino de la prevención, de políticas de salud, públicas, educativas y por tanto regresar hacia allá es completamente contraproducente".

-José Gregorio Hernández, ex magistrado de la Corte Constitucional: "Comparto la propuesta presidencial puesto que se trata de buscar, mediante la sanción, que se desestimule el altísimo consumo de estupefacientes y sustancias sicotrópicas que tenemos hoy muy extendido en el territorio nacional".

-Rodrigo Rivera, senador: "Lo que deberían hacer es preguntarles a los colombianos en el referendo si ellos creen que debemos cruzarnos de brazos frente al incremento extremo del consumo de drogas o si debemos darle instrumentos al Estado para castigar el consumo de drogas".


El recorrido legal

-Mayo 18 de 1994: una sentencia de la Corte Constitucional deja sin vigencia los castigos a los ciudadanos que porten o consuman dosis personales de estupefacientes (Ley 30 de 1986).

-Mayo 19 de 1994: el presidente César Gaviria anuncia que impulsará un proyecto de ley de iniciativa popular que permita realizar un referendo para hacer una reforma constitucional y así restringir el uso de sustancias sicotrópicas.

-Mayo 31 de 1994: César Gaviria sanciona una ley de participación ciudadana para recurrir al referendo y expide el Decreto 1108 con el que quedó prohibido el consumo de drogas en sitios públicos.

-Enero de 1995: el proyecto de ley no prosperó en el Congreso de la República.

-Diciembre 12 de 2000: aprueban en primer debate un proyecto de ley que establece contravenciones a quienes sean hallados culpables de consumir en público o afectando los derechos de terceros o de familiares la dosis personal.

-Mayo de 2002: Es sancionada la Ley 745 que señala que cuando se consuman drogas, aún la dosis personal, en sitios públicos o en presencia de menores de edad se castigará ese comportamiento.