LOS CULTIVOS ILICITOS Y LAS GUERRAS DEL IMPERIO


Ibán de Rementería

 

El consumo y la provisión de drogas es uno de los procesos de globalización social, cultural, económica, política y militar más profundo en su cubrimiento y avanzado en su desarrollo del momento presente, nada está más globalizado que el mundo de las drogas. Este proceso de globalización del consumo y de la provisión de drogas se ha hecho en contra de la voluntad de todos los estados, individual y colectivamente considerados, el nuevo Imperio [1] se ha constituido como tal por medio de esta guerra contra las drogas. La primera característica de un imperio es la sujeción a una sola ley, la segunda es la permanente situación de guerra, en sus límites internos – Afganistán o Colombia – y en los externos – Irak, Irán, Corea del Norte o China continental. 

También sabemos que la guerra contra las drogas se da en las calles de Nueva York. o Los Angeles y en las cárceles de los Estados Unidos de América – donde está la cuarta parte de todos los presos del planeta, allí la mitad por drogas – o en las callejuelas de Bangkok donde los pequeños traficantes son exterminados por la policía en aras de la salud pública. Asimismo, la  hegemonía del Imperio detentada por Estados Unidos de América debe soportar las veleidades de sus aliados como la renuencia de Alemania y Francia y la mayor parte de América Latina a legitimar la invasión de Irak o las pretensiones en Canadá e Inglaterra de despenalizar el consumo de drogas.

De la misma manera que en la antigüedad clásica greco romana la arete o virtud  fue establecido como el gran propósito colectivo de la sociedad y la cultura, así como en la Edad Media lo fue la sotería o salvación y en los tiempos modernos lo ha sido la libertad; en nuestra época contemporánea - luego de la segunda guerra mundial -  las grandes movilizaciones para el control social y político han sido la guerra contra el Comunismo Internacional que tenía como propósito la libertad, derrumbados los enemigos de la libertad, luego la preponderancia la ha tenido la guerra contra la droga  cuyo propósito es la salud pública y, finalmente, desde el 11 de septiembre del 2001 la preeminencia ha sido asumida por la guerra contra el terrorismo que tiene como propósito colectivo y global la seguridad. Ahora, se afirma que la guerra contra la droga es más acuciante ya que sólo así se puede interceptar la principal fuente de financiación al terrorismo.

Las Naciones Unidas a adecuado su sistema institucional  creando una instancia única que se ocupa a la vez de crimen organizado, drogas y terrorismo: el United Nations Office on Drugs and Crime (UNODC) que incluye el Terrorist Prevention  Branch, división encargada de dar asistencia técnica legal a los estados para combatir al terrorismo.                                 

La evolución de la globalización de las drogas y sus guerras son analizadas aquí en dos  aspectos relativos a la esfera del consumo y distribución de drogas, así como a tres aspectos relacionados a la esfera de la provisión de drogas,  es decir, su producción y distribución. 

 

1. La Esfera del Consumo de Drogas

1.1.       La reducción del daño en el consumo de drogas

Por otra parte, de manera paradojal, desde la esfera de la demanda de drogas en la Unión Europea, Canadá, Australia y Nueva Zelandia se van instalando e imponiendo el paradigma de la reducción del daño para el análisis del asunto drogas y para guiar las prácticas sanitarias de su tratamiento en sustitución del paradigma de la sociedad libre de drogas. Los ministros del Interior de Gran Bretaña y Justicia del Canadá han planteado de manera clara la necesidad de descriminalizar el consumo de la marihuana en sus respectivos países.

 

1.2.     La despenalización del consumo y del pequeño tráfico

Los usos terapéuticos y médicos de la marihuana están prohibidos por las convenciones internacionales, sin embargo su reconocida propiedad ansiolítica, así como otras propiedades terapéuticas más controversias, han hecho que la ciudadanía haya demandado mediante consultas populares por su uso paliativo de ansiedades y otros trastornos de la salud mental nueve estados de la Unión Americana: Hawai, Alaska, Washington, Oregon, California, Colorado, Nevada, Maine y Maryland  tienen leyes que permiten el uso médico de la marihuana. Próximamente los estados de Arizona, Nevada y Ohio harán consultas populares sobre el uso médico de la marihuana. No hace mucho el estado de Nevada votó el uso recreativo de la marihuana, el cual se perdió 60% a 40%. Además, recientemente el Gobernador republicano de Nueva York,  Robert Ehrlich, ha reducido la sanción por consumo de marihuana para quienes la emplean por razones médicas a una multa de US$ 100, antes las penas mínimas eran de un año de prisión o US$ 1.000 de multa. En casi todos los estados de Europa el uso médico de la marihuana está permitido, así mismo el de la heroína.

Por lo anterior el Gobierno de los Estados Unidos de América le ha pedido al Congreso que apruebe el uso de un billón de US$ (mil millones) para financiar campañas publicitarias en los medios de comunicación en contra de las consultas populares y los candidatos que quieren despenalizar el consumo de cualquier droga, así sea el uso médico de la marihuana.

El Gobierno de Canadá al terminar el mes de mayo presentó al Parlamento de Ottawa un proyecto de ley sobre drogas que despenaliza el consumo de marihuana, una medida que ha causado tremendo revuelo y críticas en los Estados Unidos. De ser aprobada la ley, la posesión de entre 15 y 30 gramos de marihuana dejará de ser un delito y será penalizada con multas de entre $70 y $250. Si la cantidad aprehendida es superior a los 30 gramos, el caso será tratado como un delito, mientras que la imposición de las mayores penas corresponderán a aquellos que cultiven marihuana con fines “comerciales”.

Una  encuesta reciente indicaba que 83% de los canadienses eran partidarios de cambiar la actual legislación sobre el uso de la marihuana, de ellos sólo el 56% la había usado alguna vez,  para el 43% debe permitirse el uso médico, el 20% es partidario de descriminalizar su uso y el 20% de legalizarlo, sólo un 14% es partidario de mantener la actual legislación, las buenas razones políticas de este cambio son claras.

Para el gobierno de EUA, la ley abrirá la puerta para el aumento del consumo y la legalización de las drogas ''duras''. El embajador en Ottawa, Paul Cellucci, advirtió que la aprobación de esa ley puede afectar gravemente el comercio bilateral entre ambos países. El primer ministro canadiense, Jean Chrétien declaró: "No tenemos miedo de ocuparnos de temas controvertidos", al anunciar la presentación de un proyecto de ley que "despenaliza la posesión de pequeñas cantidades de marihuana",  siguiendo los consejos de su ministro de Justicia, Martin Cauchon, así como las recomendaciones de un comité del Senado que abogó por la legalización total del cannabis, tanto el consumo como la producción y la venta. Al optar por la despenalización de la posesión de marihuana el Gobierno quiere sobre todo "evitar, por ejemplo, que los jóvenes carguen con antecedentes penales toda su vida por nada". Cada año unos 20.000 canadienses son detenidos por posesión de marihuana, lo que desborda los tribunales y centra una parte importante de los esfuerzos policiales. Un total de 600.000 personas tiene en la actualidad antecedentes penales por esta razón, lo que les perjudica seriamente en el mercado laboral.

La Suprema Corte de los Estado Unidos ya ha hecho manifiesta su preocupación por la gran cantidad de presos que hay en las cárceles de la Unión, allí están la mitad de todos los presos del mundo y los EUA comparte con Rusia el dudoso récord de tener él más alto número de presos por habitante. En EUA la mitad de los más de dos millones de presos lo está por delitos relacionados con infracciones a las leyes de drogas.

El principio de oportunidad de la acción penal es la institución jurídica mediante la cual en los Países Bajos si bien está penalizado en consumo de marihuana y su pequeño expendio - microtráfico - este se puede realizar en alguno lugares adecuado para ello  - bares - por que la fiscalía que  en representación de toda la sociedad tiene la titularidad de la acción penal se abstiene de perseguir esas conductas por considerar que no hacerlo es más beneficioso para la sociedad que perseguirlas.

En los hechos en la mayor parte de las grandes ciudades se han establecido "zonas rosas" donde el microexpendio de drogas prohibidas y psicofármacos controlados es tolerado por las autoridades competentes y no intervenido por las fuerzas del orden, tal ha sido la queja de la JIFE en su informe anual de 1998.

 

2. La Esfera de la Producción de Drogas

 

2.1.  Delocalización de cultivos ilícitos

Como estaba previsto en la década del 2000 se está produciendo una nueva delocalización [2] de los cultivos ilícitos y de su procesamiento posterior desde Colombia a Bolivia y Perú, de la misma manera que durante la década de los 90 los cultivos ilícitos de la región andino amazónica se habían movido en sentido inverso, ahora con la aparición de nuevos cultivos en las zonas fronterizas conflictivas de Ecuador y Venezuela con Colombia, donde éstos antes no existían, esta nueva delocalización es debida al recrudecimiento de la guerra interna impuesta por el endurecimiento del Plan Colombia aplicado por el gobierno del Presidente Uribe Velez.

Por otra parte, el derrumbe del régimen talibán de Afganistán ante la invasión estadounidense y británica, que fue el único gobierno del mundo que había logrado reducir a un 10% la producción nacional de drogas ilícitas, ha hecho que este país militarmente controlado por las fuerzas de ocupación estadounidense y británica haya vuelto a poner en el mercado una sobre producción de amapola y heroína a muy bajo precio. Hoy este país produce una 3.600 toneladas de heroína con lo cual abastece el 75% de la demanda mundial

Es significativa la persistencia de la cooperación internacional multilateral en negarse a reconocer que los cultivos ilícitos son la respuesta económica racional a la crisis agrícola de los países del Tercer Mundo a causa de las políticas agrícolas de los países desarrollados.

Esta situación ha llegado a ser patética en el último informe  anual de la JIFE [3] - correspondiente a 2002 - que está dedicado al tema de los cultivos ilícitos y al desarrollo alternativo, jamás menciona el problema de los mercados agrícolas para la producción alternativa a la ilícita. Tampoco hay un sólo párrafo en dicho informe sobre el problema de los subsidios agrícolas de los países desarrollados como causa de la crisis de la agricultura del Tercer Mundo y de su conversión - eficiente - a la producción de sustancias psicoactivas. Es de destacarse que en varios informes anteriores de la JIFE este problema se reconocía y se hacían algunas recomendaciones para abordarlo.

Este hecho por el cual los campesinos y agricultores del Tercer Mundo se ven subordindos a plantar coca, opio y marihuana, ya que no pueden competir ni en los mercados locales, nacionales o internacionales con cultivos lícitos, lo cual venimos denunciando desde 1992 [4], a vuelto a ser puesto en el debate  por la organización ecologista "Worldwatch Institute", con su libro "Signos Vitales 2003", presentado recientemente en Washington,  el director de la investigación, Michael Renner, afirmó:

"Los subsidios agrícolas están desmantelando el sistema productivo en los países pobres". Agrego qué: "En México, en Colombia, los agricultores cada vez más se vuelcan al cultivo de drogas, debido a que los países pobres enfrentan una combinación de altos subsidios en los países ricos que les hace imposible competir, y barreras comerciales como altos aranceles que les hace imposible exportar". "Signos Vitales 2003" indica que en México, "muchos agricultores están empezando a plantar opio o marihuana porque su maíz y otros cultivos (lícitos) no pueden competir con los alimentos importados, que son más baratos".

En cuanto al impacto de la guerra de las drogas en el medio ambiente el informe "Signos Vitales 2003" dice:

"Algunos de los más terribles costos de la producción y el control de las drogas recaen sobre el medio ambiente, ya que los agricultores - de Bolivia, Colombia y Perú con la coca, así como con el opio en el Sudeste Asiático - queman o talan montes, bosques y selvas para poder plantar las drogas ilícitas, después los que procesan la sustancia arrojan en el lugar componentes tóxicos, y las autoridades arrojan herbicidas como parte de campañas de erradicación que mata el cultivo ilegal y también todo lo que haya alrededor”.

Se afirma que los cultivos ilícitos están disminuyendo en la región andino amazónica en particular los de coca y amapola, independientemente de su delocalización de un lugar a otro, - según sean las circunstancias políticas y sociales, por violencia o guerra, y económicas, comerciales y financieras debido a los precios relativos de productos e insumos agrícolas, mercados ilícitos, tasa de cambio, etc. Aquello puede ser cierto, pero también es cierto que está aumentando la producción de marihuana y el uso de psicofármacos en los lugares de consumo.

Además, en la región andino amazónica es identificable que existe una capacidad productiva de hoja coca, en términos de hectáreas  instaladas,  que permite afirmar que el potencial de producción triplica la capacidad de demanda y consumo del mercado, donde un tercio de sus productos sea cual fuere el grado de elaboración – hoja de coca, base bruta, base lavada, clorhidrato puro, clorhidrato cortado, etc. -  es capturado por las autoridades, otro tercio es consumido en el mercado y un tercio permanece en el monte sin ser conducido ni cosechado como reserva para responder a cualquier contingencia  - por ejemplo fumigaciones - o de manera presta a una demanda emergente en el mercado – son las “oportunidades”.

El perfeccionamiento de los mercados ilícitos y de las producciones asociadas a ellos necesariamente tienen que hacer disminuir el área de reservas, que comienzan a ser inversiones improductivas porque la seguridad del negocio ilícito ya no las requiere de gran extensión.  Un indicio claro de la estabilidad y seguridad en los mercados ilícitos son los buenos precios de la hoja de coca y baja oscilación de los mismos en la región andino amazónica durante los últimos cinco años. 

 

2.2. Bolivianización del movimiento campesino

La tradicional lucha social de los productores cocaleros por defender sus intereses y representar sus derechos se ha recrudecido en Bolivia, a partir del espectacular avance político del  MAS  - Movimiento al Socialismo, basado principalmente en la plataforma cocalera de los agricultores del Chapare - conseguido en las pasada elecciones presidenciales. La delocalización de los cultivos de coca desde Bolivia hacia Colombia en la década de los 90 le hizo perder a ese país su principal fuente de divisas y ha puesto en colapso a la economía nacional con las consecuencias sociales de grave deterioro de la calidad de vida de la mayoría de la población y de frustración ante las promesas del sinceramiento y racionalidad de la nueva economía.  Esta situación de Bolivia ha sido claramente expuesta por el economista  estadounidense Jeffrey Sachs [5].

Asimismo la vuelta a la democracia y el bajo perfil de la subversión en el Perú ha movilizado y radicalizado al campesinado cocalero nacional, perfilando para la región una “bolivianización” del movimiento social ligado a los cultivos ilícitos en la región andino amazónica, dado que la violencia de los agentes públicos no parece posible de ser empleada en Ecuador y Venezuela.

Los procesos de movilización y radicalización de los campesinos y marginalizados del campo no ligados a los cultivos ilícitos se verán acentuados por el deterioro que ha estado causando la  crisis agrícola en general, tanto por las políticas agrícolas de los países desarrolladas, como por las políticas agrícolas locales debido al “sinceramiento” impuesto por la cooperación financiera multilateral, tal es el caso de México, Brasil, Bolivia, Ecuador, Centro América, etc.

En México – así como en Guatemala y Centroamérica - la crisis agrícola está induciendo a sus campesinos y empresarios agrícolas a incursionar en los cultivos ilícitos para remunerar los factores que poseen o a los cuales tienen acceso: trabajo, recursos naturales –tierra- y capital. Ellos también están aprendiendo que sólo la movilización social en defensa de sus intereses es la única manera de no verse condenados a la marginalidad urbana, su pobreza y sus cárceles.

 

2.3.  Criminalización campesina

La criminalización de los campesinos que cultivan materias primas para la producción de drogas  se ha visto acentuada con el recrudecimiento de la guerra en Colombia impuesto por el gobierno del Presidente Uribe Velez, mientras que la administración del Presidente Bush le está exigiendo a los gobiernos de la región, en particular a Bolivia y Perú, una postura cada vez más dura frente a los cultivadores de sustancias ilícitas.

Esta situación puede verse agravada luego del derrumbe del régimen de Sadam Hussein  en Irak, ya que la desestabilización del Medio Oriente y la pérdida de legitimidad de la ONU puede llevar a los Estados Unidos de América a un mayor aislamiento en su hemisferio; asimismo, los pocos resultados militares en Colombia – Plan Colombia - pueden llevar a un mayor comprometimiento militar de los EUA en ese país y en la región andino amazónica – Iniciativa Regional Andina.

Por su parte la inestabilidad previsible en el cercano y medio oriente debido a la presencia directa estadounidense en la región – ocupación de Afganistán e Irak – y el “intifadamiento” de la resistencia musulmana revalorizará a los cultivos ilícitos como formas de financiar la lucha política y la resistencia militar. Bien puede suceder que los aliados locales de las fuerzas anglosajonas también recurran a los cultivos ilícitos para financiar sus actividades y controlar socialmente a la población local, de la misma manera como acontece actualmente en Colombia, sucedió en el Líbano en la década de los 70 y en Afganistán en los 80.

El Gobierno de Colombia se ha propuesto acabar tanto con el narcotráfico como con los cultivos ilícitos de aquí al año 2006, una política de control de drogas y de control de los cultivos ilícitos que se proponga esas metas como logros está condenada al fracaso.

Plantearse la reforestación de las zonas de la selva que han sido intervenidas para instalar allí cultivos ilícitos, lo que es un propósito encomiable para la protección del medio ambiente, la defensa de los recursos naturales y el resguardo de los bosques tropicales. Pero la reforestación de las zonas intervenidas por plantaciones de coca, amapola o marihuana  está condenada al fracaso, porque la silvicultura es una actividad de lenta maduración y muy poco intensiva en trabajo, quienes emigraron y se instalaron en la selva para conducir cultivos ilícitos, trabajar en ellos u otras actividades asociadas o dependientes, y quienes han invertido en ellos son muchos y  están esperando recuperar la remuneración a sus factores productivos rápidamente.

El único éxito posible para la sustitución de los cultivos ilícitos por la reforestación es la expulsión de la población allí asentada, esa función la esta cumpliendo la guerra y sus resultados se llaman: los desplazados, que en Colombia llegan a un millón de personas.

Las constantes y repetidas fumigaciones de los cultivos ilícitos tienen por objetivo específico desalentar a los campesinos en la conducción de lo mismos, el fracaso comercial de los cultivos lícitos tradicionales o alternativos,  por las razones antes explicadas y siempre soslayadas por las autoridades nacionales de la región andino amazónica y la cooperación técnica internacional bilateral y multilateral, solo les deja a los productores agrícolas la alternativa de la migración a las ciudades o a los países desarrollados.

 


 

NOTAS

[1] Entiendo por Nuevo Imperio a la caracterización hecha por Neri en Imperio.

[2] La delocalización es el traslado de una producción agrícola referida a un mercado a otro medio natural pero siempre para aquel mercado, por ejemplo, durante el siglo XIX el traslado de la producción de aceite desde Europa a Africa pero para el consumo europeo.

[3] La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefaciente, máxima autoridad de la ONU en el asunto de las drogas, encargada de vigilar el cumplimiento de las convenciones por parte de los estados y de hacer recomendaciones para tal propósito.

[4] De Rementería, Ibán:"Depredación, Subsidios y Cultivos Ilícitos: la Lógica Perversa", Qué Hacer # 77, Lima, 1992.
     De Rementería, Ibán: "La Guerra de las Drogas: Cultivos Ilícitos y Desarrollo Alternativo" Editorial Planeta, Santa de Bogotá, 2001.

[5] Sachs, Jeffrey: Politica de EEUU lleva a Bolivia al colapso, Los Tiempos, Cochabamba, 10 abril 2003.

 


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