Criterios e indicadores ambientales para la conversión productiva de zonas de cultivos ilícitos 
El caso de Puerto Asís, Putumayo


Bernardo PÉREZ SALAZAR*

 

El único censo agrícola colombiano relativamente completo y útil corresponde a 1960. Desde entonces los estudiosos de la estructura agraria han sido obligados a confiar en evidencia catastral (conceptualmente no comparable con un censo agrícola) y en otras fuentes de información parciales y dispersas. Además, la frontera agrícola se ha estado desplazando continuamente y en los últimos años, la inseguridad rural ha dificultado pensar siquiera en la recolección de dicha información en grandes zonas del país, lo que acentúa la muy defectuosa imagen de la estructura y la concentración de la tierra. Sin embargo, cuando no existía este último problema, la clara falta de interés del gobierno en estos datos, que se reflejó en la decisión de no emprender o llevar a cabo censos agrícolas, plantea la pregunta de si la decisión de abstenerse de hacerlos puede haber sido estratégica en algún sentido. 

Albert BERRY[1]        

Presentación

Un reportaje aparecido recientemente en El Espectador [2] acerca de la situación de los cultivadores de coca en Puerto Asís, Putumayo, afirma que luego de las fumigaciones aéreas de sus cultivos de coca realizadas en diciembre de 2002, los campesinos se están “conscientizando” en una granja demostrativa de la UMATA de ese municipio. Según el informe periodístico, allí pueden observar cómo en tres hectáreas con una inversión de Col $5 - 6 millones financiada por ONGs  –hay US $ 45 millones del Plan Colombia para que decenas de miles de familias puedan hacerlo en el Putuamyo  es posible montar una finca que produzca ganancias. ¿Cómo? Dedicándola a la cría de pollos, cerdos, cachamas, cuyes y borugas, y a la siembra de maíz, plátano, yuca y soya. “Sin ninguna duda, una finca de estas es más rentable para una familia campesina que un sembrado  de hoja de coca. Y lo bueno de esto es que la platica se puede empezar a ver a los tres o cuatro meses", afirma el ingeniero Juan Carlos Bravo de la Alcaldía de Puerto Asís.

 Infortunadamente el reportaje no refiere indicador alguno que permita confirmar o desmentir esta apreciación acerca de la viabilidad ambiental de una granja de estas características. Acerca de lo que sí ofrece indicadores precisos es en torno a la efectividad de las fumigaciones: el año pasado se fumigaron 88.141 hectáreas de hoja  de coca en el Putumayo y Caquetá, y en los procesos de verificación de zonas fumigadas realizados en diciembre pasado por la Policía Antinarcóticos,“se pudo constatar que siempre la efectividad de  muerte de las plantas de hoja de coca superó el 90%”.[3]

 ¿Por qué no se dispone de un sistema de criterios e indicadores para valorar la viabilidad ambiental de los proyectos que fomenta y financia el programa de desarrollo alternativo del Plan Colombia en las zonas de cultivos ilícitos del Putumayo? Probablemente por un motivo análogo al que sugiere el profesor Albert Berry en el epígrafe que encabeza este escrito: quizás el Estado en Colombia considera que el mantenimiento de una imagen defectuosa de la realidad de las zonas de cultivos ilícitos de la frontera agrícola resulta estratégico.[4]

 Sin embargo, el desenvolvimiento de los acontecimientos en el agro colombiano durante el último cuarto del siglo XX indicaría que mantener una imagen defectuosa de la realidad no resulta del todo estratégico. La expansión de la frontera agrícola en el país con base en cultivos ilícitos y su incorporación a una dinámica de economía de guerra, subordinada a grupos armados ilegales, sugiere que el calificativo de “miope” le vendría mejor a la política de opacar la realidad agraria. Entre otras razones, por la manera negativa en que ha afectado la capacidad de las autoridades oficiales para aprender de las lecciones del pasado en relación con este campo de política pública.

 El Plan Colombia en el Putumayo ilustra apropiadamente la tozudez de las autoridades en ese sentido. Quienes en la actualidad orientan la inversión del rubro de “desarrollo alternativo” del Plan Colombia en ese Departamento, parecen ignorar el reiterado fracaso de programas como los que hoy impulsan para “conscientizar” a los campesinos en Puerto Asís. Esfuerzos muy semejantes se realizaron ya a mediados de la década de los 80, cuando el Programa de las Naciones Unidas para la Fiscalización Internacional de las Drogas –UNCDP– y el Plan Nacional de Rehabilitación –PNR– invirtieron cerca de US $25 millones en 21 municipios con zonas productoras de coca en Putumayo, Guaviare, Caquetá, Nariño y Cauca. En ese entonces, la inversión se hizo con la misma visión de corto plazo que hoy –más de 15 años después– se imparte a los campesinos en la granja demostrativa de Puerto Asís: el fomento de la producción agropecuaria en pequeñas parcelas para abastecer la demanda de consumo local, complementada con la creación de algunas organizaciones de productores y la financiación de pequeñas obras de infraestructura, salud y educación.[5]             

 Pero las autoridades encargadas el desarrollo alternativo no sólo han sido recalcitrantes a aprender las lecciones que ha dejado la expansión de la frontera agrícola en el pasado reciente. También han hecho caso omiso de la experiencia de programas de desarrollo campesino en zonas rurales al interior de la frontera agrícola. Entre 1976 y 1980, en el marco de la primera fase del programa de Desarrollo Rural Integrado –DRI–, el Estado ejecutó una inversión del orden de US $280 millones. Entre los hallazgos importantes de las múltiples evaluaciones que se hicieron de este programa, se destaca el hecho que aún con el nivel relativamente generoso de recursos invertidos por el DRI en esa primera fase, los beneficios como el incremento de rendimientos y producción, la cualificación de los conocimientos y destrezas productivas de los agricultores, como también las mejoras en la nutrición, salud y educación de las familias, se vieron restringidos allí donde la cantidad, calidad y localización de las tierras constituyeron limitantes importantes para la producción y la generación de ingresos.[6]  

 ¿Puede superarse la incapacidad de aprendizaje de los programas de “desarrollo alternativo”? Como sucede en cualquier campo de política pública, en zonas de cultivos ilícitos por lo general no es muy buena la comprensión inicial de fenómenos como la la dimensión y naturaleza de la demanda en los mercados locales, o la calidad de la base de recursos naturales disponible para soportar la producción agropecuaria, o la combinación estratégica de renglones productivos y configuración tecnológica y organizacional de las unidades de producción requeridas para que los ingresos de los productores locales dejen de depender de los cultivos ilícitos. Por ello, puede resultar de utilidad el compendio y análisis  de datos acerca de aspectos más allá de los que dan cuenta del comportamiento de la superficie de cultivos ilícitos en estas zonas. Así quizás también se podría   desarrollar la capacidad de autoridades, técnicos y productores para aprender, modificar y refinar las iniciativas de conversión productiva que fomentan y financian, y mantener el impulso de aquellas que arrojen buenos resultados.

 El propósito de este artículo es presentar un marco conceptual relativamente convencional para analizar la situación de las zonas rurales que dependen de los ingresos provenientes de cultivos ilícitos en el municipio de Puerto Asís, a fin de ilustrar el tipo de criterios e indicadores ambientales que podrían resultar útiles para mejorar la comprensión que tienen autoridades y técnicos de la realidad en zonas de cultivos ilícitos donde pretenden adelantar esfuerzos de conversión productiva. Para hacerlo, el análisis se basa en las fuentes de información disponibles localmente en el Departamento del Putumayo para inferir algunos elementos claves que permiten caracterizar la estructura y dinámica ambiental de las zonas de cultivos ilícitos. Como cabe esperar, esta caracterización  presenta innumerables vacíos, los más ostensibles en relación con la estructura de actividades no agrícolas. Sin embargo, se hace un esfuerzo por sistematizar las variables y atributos que habría que compilar para refinar la comprensión de los condicionantes que inciden en el éxito de cualquier intervención que pretenda reducir la dependencia de los cultivos ilícitos que tiene una economía local como la del municipio de Puerto Asís.[7]   

 

Puerto Asís, Putumayo:  Contexto general

El municipio de Puerto Asís está localizado en el Departamento del Putumayo, en el suroccidente colombiano. Se ubica al oriente de la Cordillera de los Andes,  a menos de un grado de latitud al norte del ecuador geográfico, entre los 350 y los 180 metros de altitud sobre el nivel medio del mar. Su territorio tiene una extensión superficial aproximada de 2.660 km2. Al sur tiene límites fronterizos con Ecuador, sobre los ríos San Miguel y Putumayo. Al oriente limita con el municipio de Puerto Leguízamo y al norte con los municipios de Puerto Guzmán y Puerto Caicedo. Al occidente limita con los municipios de Orito, Valle del Guamués y San Miguel. (Ver Figura 1)

La principal ruta de acceso por vía aérea es el aeropuerto nacional situado en su cabecera municipal. Por vía terrestre está conectado con Mocoa, capital del Putumayo, Pasto, capital de Nariño, Pitalito en el Huila y Lago Agrio en la provincia de Sucumbios, Ecuador.

Presenta un clima ecuatorial lluvioso con una precipitación media anual superior a los 2.800 mm., un brillo solar promedio cercano a las 1000 horas anuales y una temperatura promedio de 27 . En términos generales, su situación climática representa una limitación para la productividad biológica natural, pues la alta nubosidad y el bajo nivel de horas de brillo solar propios de la franja de desplazamientos de la zona de convergencia intertropical, determina que la actividad de fotosíntesis en esta posición geográfica equivalga entre 50 y 75% del nivel alcanzado en otras zonas climáticas del planeta.

 

Ocupación  y organización territorial

El territorio putumayense, al cual pertenece el municipio de Puerto Asís,  tuvo una ocupación de baja densidad poblacional hasta la década de los años 70. A partir de entonces inició un período de crecimiento intercensal acelerado, cuya tasa promedio anual ha oscilado entre 7 y 12%, como lo ilustra la siguiente gráfica:

 

Gráfica  1

Cuadro de texto: Fuentes: * DANE – Censos de ajustados población 1938 –1985
DASALUD Putumayo – Censo de población 1990, 1995 y proyecciones 2000

 

 

Mocoa se erigió  como municipio capital de la Comisaría del Putumayo en 1958, cuando su cabecera aún no tenía 2.000 habitantes. Un año después, la Ley 2 de 1959 declaró prácticamente a todo el territorio de la Comisaría parte de la extensa Reserva Forestal de la Amazonia. En el curso de los cinco años siguientes se realizaron en el Putumayo sucesivas sustracciones de la Reserva Forestal de la Amazonia para permitir la exploración petrolera en la parte occidental de su territorio, de la cual resultó el descubrimiento y desarrollo de campos petroleros en las cuencas de los ríos Orito, Guamués y San Miguel. En el 1967 Puerto Asís se segregó de Mocoa para organizarse como municipio, y en 1968 el Putumayo se convirtió en Intendencia Nacional.

Hacia finales de la década de los 70, cuando en Colombia estaba en auge la migración interna del campo hacia las ciudades, se establecieron de manera clandestina las primeras plantaciones comerciales de coca en el Putumayo. Detrás de la coca llegaron sucesivas oleadas de migrantes provenientes de los principales departamentos expulsores de población, entre ellos, Nariño, Cauca y Caldas.  Villa Garzón se segregó de Mocoa y erigió en municipio en 1977, Orito se segregó de Puerto Asís y erigió en municipio en  1978. Sibundoy se erigió en municipio en 1982, Valle de Guamués en 1985, y Santiago, Colón y San Francisco en 1989. Con la Constitución de 1991 el Putumayo se convirtió en Departamento, y desde entonces se han formado los municipios de Puerto Caicedo en 1992, Puerto Guzmán en 1993 y San Miguel en 1995.

 

Estructura económica

El estimativo más reciente del producto regional de la economía putumayense data de un estudio realizado por el DANE en 1985. En ese entonces la minería, principalmente la extracción de petróleo –que alcanzaba un nivel entre 16 y 17 mil barriles diarios–, representaba cerca del 55% del valor del producto de la economía de la Intendencia del Putumayo. Los siguientes rubros de importancia eran el agropecuario y forestal con un poco más del 15% del producto, seguido por servicios de gobierno (cerca del 10%), construcción y comercio (cerca del 5% cada uno), industria (3%), servicios financieros y alquiler de viviendas (2% cada uno) y transporte (1%). El 2% restante estaba distribuido entre las demás actividades, entre ellas, servicios personales, comunicaciones, servicios domésticos  y energía.[8]

Desde entonces, es probable que la participación del ingreso agropecuario haya incrementado a raíz de la expansión de los cultivos ilícitos desde 1985. También es plausible que en el presente la participación de la extracción de petróleo en el producto departamental se haya reducido, como resultado de las bajas presiones de los yacimientos de los campos putumayenses que vienen siendo explotados desde hace ya varias décadas. Otro factor que ha contribuido a la baja en producción petrolera es la demora en las inversiones programadas para el desarrollo incremental de estos campos.

 

En los últimos años las actividades relacionadas con energía eléctrica y las telecomunicaciones han mostrado mucho dinamismo como resultado de las inversiones realizadas en los últimos cinco años para integrar al Putumayo al sistema de interconexión eléctrica nacional. Los servicios, particularmente aquellos de salud y educación a cargo del gobierno, al igual que el comercio, transporte y la construcción también han mostrado un comportamiento dinámico, estrechamente vinculado con la demanda sostenida por la actividad de cultivos ilícitos. Un sector de actividad donde es probable que se presente una baja sensible en la participación del producto departamental es en la rama de servicios financieros formales, debido a la baja demanda que califica para acceder a crédito formal en el departamento. Sin embargo el Departamento continua siendo un captador neto de recursos para el sector financiero.[9]

 Sin duda los mercados más grandes de la región están localizados en Puerto Asís, donde probablemente se concentran el 40% de las transacciones económicas que se realizan en el departamento. El consenso regional es que Mocoa le sigue en importancia, con alrededor de  un 25% de las transacciones, y luego La Hormiga, donde pueden realizarse entre un 15 y 20% de las transacciones. Orito representa un centro comercial de tercer orden, donde quizás pueden realizarse entre 5 y 8 % de las transacciones económicas, en un nivel similar al que puede encontrarse en el conjunto de los municipios del Valle de Sibundoy.

 

Demografía

 La fuerte migración de los últimos decenios ha determinado que el Departamento del Putumayo presente en la actualidad una población predominantemente mestiza. La población indígena representa cerca del 10% de la población  y está integrada por étnias autóctonas (Ingas, Camëntsa, Kofanes, Sionas, Murui, Muinane) y venidas de otras partes de Colombia (Awa de Nariño, Embera de Caldas, Paez de Cauca). Cerca del 40% de las comunidades indígenas del Putumayo  están asentadas en el Valle de Sibundoy, en la zona andina del departamento. Entre los demás municipios con población indígena importante se encuentran Mocoa (@ 4,000), Orito y Leguízamo (@ 3,000 en cada uno)  y Villa Garzón (@ 2,100), entre otros. También hay en el Putumayo una población negra que representa cerca del 3% del total, proveniente principalmente de la costa nariñense. Inicialmente el grueso de estos migrantes se asentó en las riberas del río Caquetá y posteriormente han poblado sectores del municipio de Orito, entre otros.

 En 1999 los municipios con mayor grado de urbanización eran Mocoa y Sibundoy (58%), Colon (53%) y San Francisco (48%), seguidos por Puerto Asís (41%), Orito (30%), San Miguel (28%)  y Valle del Guamués (24%).  Ninguna de estas cabeceras alcanza los 50.000 habitantes, siendo Puerto Asís la mayor con cerca de 25.000.[10] Sin embargo, el crecimiento de estos asentamientos ha mantenido tasas del orden de 5% anual, lo cual ha traído su expansión desordenada principalmente a través de zonas subnormales.

En la zona rural el crecimiento poblacional también ha sido  acelerado durante los últimos 15 años, pero este se ha manifestado predominantemente a través de la densificación, con poca ampliación de la frontera agrícola. La población rural de Puerto Asís asciende a cerca de 35.000 habitantes, lo que equivale a cerca de 7.000 hogares con promedio de 5 integrantes. Particularmente en las zonas asociadas con el cultivo y procesamiento de coca, la densidad poblacional promedio se estima por el orden de 40 habitantes por Km2. Esta densidad resulta muy alta en relación con la que correspondería para la zona, según los parámetros fijados por el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria – INCORA–. Para la zona de llanura amazónica  a la cual pertenece el municipio de Puerto Asís, la Resolución 041 de 1996 de la Junta Directiva del INCORA establece un  área para unidades agrícolas familiares comprendida en el rango de 70 a 90 hectáreas ( 5 – 10 habitantes por Km2).

 

Patrón de cobertura de la tierra en el municipio de Puerto Asís

Todo el territorio del municipio de Puerto Asís pertenece al piso basal amazónico.(Ver Figura 2). Un poco menos del 65% de del territorio municipal (1.730 km2) aún mantiene características de selva basal amazónica.[11] En su mayoría esta cobertura se encuentra localizada al sur y al oriente del municipio, y coincide con un paisaje caracterizado por la presencia de complejos de mesones con pendientes menores del 7% rodeados por vallecitos periódicamente inundables, con suelos muy ácidos y baja fertilidad.[12] 

 El agro ecosistema basal fragmentado cubre un poco más del 25% de la superficie del territorio municipal (665 km2). Su fisonomía característica es la de una matriz de bosque natural intervenido que encierra parches de cultivo y rastrojo que en su conjunto llegan a representar cerca del 50% de la superficie total de esta unidad de cobertura. Los rastrojos altos y bajos, producto del abandono de áreas de cultivo y potreros, son indicativos del fracaso tecnológico de los sistemas de producción empleados en la ampliación de la frontera agrícola durante los últimos decenios en Puerto Asís.[13]

 

El agro ecosistema basal fragmentado se encuentra al sur y oriente del municipio, en las zonas de transición entre la llanura aluvial del río Putumayo y el complejo de mesones rodeados de vallecitos inundables cubierto por selva basal amazónica. Se estima que la tenencia de la tierra en el agro ecosistema basal fragmentado está distribuida entre una mezcla de zonas abandonadas al rastrojo y bosques pertenecientes a predio grandes (entre 100 y 1.000 has.), y zonas de cultivo, potreros, rastrojo y bosque pertenecientes a  predios medianos  entre 20 y 100 hectáreas.

El agroecosistema basal, se caracteriza por la presencia de potreros y cultivos limpios con parches pequeños y corredores de bosques y ocupa alrededor del 10% de la superficie territorial de Puerto Asís (225 km2). Esta cobertura coincide con los suelos de llanura aluvial de fertilidad moderada, particularmente al norte de la cabecera municipal, y está asociada con los terrenos aledaños a la red vial que conduce a las cabeceras municipales de Puerto Caicedo y Orito. Se estima que en el agroecosistema basal la tenencia de la tierra está distribuida entre las zonas de potrero pertenecientes a los  predios mayores de 100 hectáreas, y áreas de potreros y cultivo limpio pertenecientes  una mezcla de predios pequeños y medianos. [14]

Estructura de  la producción e ingreso agropecuarios de Puerto Asís

La superficie dedicada a actividades agropecuarias en el municipio de Puerto Asís en 1999 fue de aproximadamente 61.100 hectáreas.[15] Los renglones productivos más significativos por su participación como proporción de esta superficie total fueron, en su orden, pastos (62%); rastrojos (20%); coca (11%); y plátano (3%) y maíz (2%). Ninguno de lo demás  renglones productivos, entre ellos, yuca, caña, piña, chontaduro para fruto y para palmito, caucho y piscicultura, alcanzó a representar más de 1% del área total dedicada a la producción agropecuaria.

Al analizar la participación de la superficie por renglón agropecuario registrada en Puerto Asís como proporción de la correspondiente superficie total en el Departamento, se constata la significativa importancia económica regional de productos asiseños como la piña (77% de la superficie cultivada en el Departamento se encuentra localizada en Puerto Asís ), caña (35% de la superficie cultivada en el Departamento localizada en Puerto Asís), piscicultura (34% de la superficie cultivada en el Departamento localizada en Puerto Asís),  plátano (28% de la superficie cultivada en el Departamento localizada en Puerto Asís), maíz y pastos (23% de la superficie cultivada en el Departamento localizada en Puerto Asís) y coca (12% de la superficie cultivada en el Departamento localizada en Puerto Asís).[16] 

Estos guarismos ofrecen una medida preliminar de la importancia relativa que tienen estas actividades agropecuarias para el municipio y el departamento del Putumayo. De otra parte, al contrastar la participación del volumen de producción obtenido por renglón  como proporción del volumen total departamental, se destaca la productividad por encima del promedio en el caso de la piña (84% de la producción departamental en el 77% del área total cultivada en el departamento), la piscicultura (37% de la producción departamental en el 34% de la superficie total cultivada), el plátano (30% de la producción departamental en 28% de la superficie total cultivada) y la caña (36% de la producción departamental en 35% de la superficie). Llaman la atención los rendimientos por debajo del promedio departamental en el caso de la leche (16% de la producción en 23% del área total de pastos), maíz ( 20% de la producción en 23% del área total cultivada), yuca (7% de la producción en 11% del área cultivada), y chontaduro (4% de la producción en 7% de área cultivada). Finalmente, al analizar la relación costo de producción / precio de venta para aquellos renglones cuya información de costos de producción es aparentemente confiable, se destaca la rentabilidad bruta del plátano (costos de producción representan el 49% del precio de venta), el chontaduro ( costo de producción representan el 52% del precio de venta) y la piscicultura ( costos de producción representan el 67% del precio de venta). En cambio, es visiblemente insatisfactorio el rendimiento del maíz (costos de producción representan el 136% del precio de venta del producto), y de la yuca ( costos de producción representan el 91% del precio de venta del producto).

Con base en las estadísticas anteriores, se puede estimar que a grosso modo el ingreso bruto agropecuario de Puerto Asís para 1999 fue del orden de los $70 mil millones de pesos a precios corrientes de ese año, de los cuales el ingreso bruto correspondiente al procesamiento de pasta de coca representa cerca del 60%. Los siguientes renglones en orden de importancia como fuente de ingresos son carne (21.5%), leche (7%), piña (5.2%),  plátano (4.3%) y piscicultura (2.8%). Con base en estos datos y asumiendo un promedio ponderado de rentabilidad del orden del 30% del precio de venta de la producción en el mercado, de manera preliminar puede aproximarse el ingreso neto agregado de origen agropecuario de los hogares rurales del municipio en 1999 por el orden de $21 mil millones de pesos.[17]    

 

Criterios e indicadores ambientales  para la conversión productiva de zonas de cultivos ilícitos 

Un análisis elemental como el anterior a partir de las fuentes que se han citado, no está más allá de la capacidad técnica de los programas de desarrollo alternativo para zonas de cultivos ilícitos. Más allá de los reparos que puedan hacerse en torno a la precisión de los resultados, un análisis de esta naturaleza aporta elementos de juicio relevantes para dimensionar el orden de magnitud del reto que plantea la conversión productiva de un municipio como Puerto Asís, cuyo ingreso agropecuario depende en un 60% del cultivo de ilícitos. ¿Es realista plantear que ese ingreso se puede reemplazar con la producción de pollos, cerdos, cachamas, cuyes y borugas, y a la siembra incremental de maíz, plátano, yuca y soya en unidades de producción de 3 hectáreas, como  los propone el técnico de la UMATA en el reportaje citado al inicio de este artículo? Para contestar ese interrogante, sería conveniente que los programas de desarrollo alternativo soportaran los renglones productivos que promueven y financian, con base en criterios referidos a la dimensión y características de la demanda en los mercados locales, susceptible de ser atendida con ventaja con el producto de esos renglones de actividad.

Otro factor que afecta la viabilidad de sustituir el ingreso generado por cultivos ilícitos en municipios como Puerto Asís, es la calidad de la base de recursos naturales disponible para generar ingreso agropecuario. La calidad de esta base condiciona la cantidad de mano de obra que puede ser absorbida económicamente por actividades agropecuarias. Como los hogares rurales devengan parte de su ingreso de actividades no agrícolas – entre otras, la pesca, caza, extracción de maderas, mazamorreo de oro de aluvión, el comercio al detal–, la dependencia de estas actividades puede incrementar en los casos en que la baja productividad de los recursos empleados en la producción agropecuaria reduce su capacidad económica  para absorber la mano de obra de los hogares rurales. Desde este punto vista, los cultivos ilícitos representan una actividad muy particular. El riesgo asociado con el carácter ilegal de estos cultivos genera un margen de ganancia extraordinario, que soporta económicamente el uso intensivo de insumos y la absorción de una cantidad significativa de mano de obra por unidad de área de cultivo, a pesar de la baja productividad natural del suelo. La inviabilidad económica de sostener un nivel comparable de insumos y de mano de obra por unidad de área de producción con otros renglones de actividad, sugiere que no será posible sustituir el ingreso de los cultivos ilícitos exclusivamente con base en actividades agropecuarias realizadas en pequeñas unidades de producción, sin economía de escala alguna. Por lo tanto, sería prudente que los programas de desarrollo alternativo también respaldaran las metas de ingresos que pregonan para los campesinos usuarios de los paquetes  productivos que promueven, con base en criterios referidos al análisis de la calidad de la base de recursos naturales disponible para generar ingreso agropecuario en zonas de cultivos ilícitos. Entre otras ventajas que derivarían de hacerlo, se encuentra la posibilidad de calcular y fijar metas sobre la proporción del ingreso de las familias rurales que debería programarse con base en actividades no agrícolas, de acuerdo con las condiciones particulares de la oferta de recursos naturales en cada zona en proceso de conversión productiva.[18]         

Por último, es conveniente reconocer que el ingreso proveniente de los cultivos ilícitos actualmente se genera dentro del marco de un sistema de agricultura por contrato. Es decir, dentro de una cadena productiva organizada por el narcotráfico con capacidad para ofrecer al grueso de los productores de cultivos ilícitos la prestación oportuna y eficiente de asistencia técnica, provisión de semillas, suministro de agroquímicos, financiación, pago oportuno de las cosechas y protección personal, entre otros servicios. Por lo tanto, también convendría que los programas de desarrollo alternativo sustentaran la combinación estratégica de renglones productivos y configuración tecnológica y organizacional de las unidades de producción que fomentan y financian, con base en criterios referidos al análisis sobre su capacidad para llegar competitivamente a mercados finales extra-regionales, a los cuales es clave tener acceso para soportar el crecimiento sostenido del ingreso local.

A continuación se presentan los resultados preliminares de la aplicación de una muestra de indicadores diseñados para analizar la viabilidad ambiental de las propuestas del programa de desarrollo alternativo del Plan Colombia en Puerto Asís. Los indicadores se han organizado para permitir el análisis desde los tres criterios mencionados, a saber: 1) la estructura de la demanda en los mercados locales para los productos de los renglones de actividad que se fomentan y financian; 2) la calidad de la base de recursos naturales disponibles localmente para soportar la actividad en esos renglones de actividad productiva, y 3) combinación estratégica de renglones productivos y la configuración tecnológica y organizacional de las unidades de producción que se encargarán de desarrollarlos.

 

Estructura de la demanda en los mercados locales de consumo [19]

De partida es evidente que al dejar de depender de los ingresos provenientes de los cultivos ilícitos, las unidades familiares que en el presente representan la unidad de producción que predomina en el sector rural de Puerto Asís, sólo estarían en capacidad de producir algunos excedentes de bienes de consumo simple,  luego de atender algunas de sus necesidades de consumo familiar. Es decir que la producción generada dentro del marco de las pequeñas unidades de producción que está fomentando y financiando el Plan Colombia en Puerto Asís, está limitada por la demanda en los mercados locales de bienes de consumo simple.

Para caracterizar la naturaleza y dimensión de esta demanda es necesario complementar y mejorar la información estadística acerca de entre otros, los siguientes aspectos de la economía local de Puerto Asís:

-      niveles, fuentes y distribución del ingreso y el empleo
-
      composición sectorial de la producción económica
-      interdependencias entre los diversos sectores y subsectores
-
      características, intensidades y consecuencias de la interacción de flujos económicos con compradores y suministradores externos al ámbito local
-      patrones de cambio cuantitativo en estas relaciones económicas en el pasado reciente
-      análisis comparativo de la economía local con la de otros ámbitos periféricos y el ámbito nacional

No cabe duda que el compendio estadístico y cartográfico de esta clase de información requeriría de un censo socio-económico completo. Pero aún sin disponer de esta información, provisionalmente se pueden adelantar las siguientes observaciones con base en las estadísticas analizadas hasta aquí:

-      el ingreso neto de origen agropecuario por hogar en el ámbito rural de Puerto Asís en 1999 (libre de gastos de producción) podría oscilar entre uno y tres salarios mínimos mensuales, y provino en un 60% de la coca

-      comúnmente los hogares pertenecientes al nivel de ingreso más bajo de este rango, destinan más del 50% de sus ingresos a alimentos; sin embargo por tratarse de hogares rurales en los cuales también se produce alimentos, no es de esperar que esa demanda acuda en su totalidad al mercado local alimentos

-      contrastando estimativos de la UMATA de Puerto Asís de la demanda de alimentos en el mercado local del municipio[20] con la producción registrada en 1999, se encuentra que la demanda es inferior a la oferta en muchos casos; este fenómeno se refleja en el nivel de precios de la mayoría de los  productos agropecuarios en el ámbito de Puerto Asís, generalmente uno de los más bajos  comparado con los de los demás municipios del Departamento ( Ver Tabla 3 en el Anexo)

-      una reestructuración abrupta de las fuentes de ingreso de la población rural del municipio unida a un súbito incremento de la oferta de productos agropecuarios como pollo, cerdo, cachama, maíz, yuca y plátano conduciría a reducir el precio local de estos productos, deteriorando aún más la remuneración de los factores de producción en la economía local

-      el comportamiento de los volúmenes y precios de la piña y la caña panelera en el mercado local de Puerto Asís parece indicar que existen flujos importantes de estos productos hacia mercados distintos al local a precios competitivos; sin embargo sería conveniente identificar esos mercados y establecer las especificaciones de la demanda antes de promover la ampliación de la producción en estos renglones.

-      también es conveniente analizar con detenimiento los guarismos de la producción pecuaria de Puerto Asís: en el caso del mercado de productos piscícolas, los datos consignados en el referido documento de trabajo de la UMATA que señalan una significativa demanda local insatisfecha, no son consistentes con el precio relativamente bajo del producto en el mercado local según los datos consignados en la evaluación agropecuaria de la URPA para 1999; y en el caso de los renglones de carne y leche de bovinos, el nivel de oferta muy superior a la demanda que se registra no es consistente con los precios de mercado local de estos productos, que alcanzan a triplicar los precios en otros sitios del departamento registrados por la URPA.

-      adicionalmente sería conveniente compilar, verificar y procesar estadísticas acerca de los demás renglones pecuarios así como de la actividad forestal y pesquera en el municipio, a fin de establecer la importancia local de su demanda de mercado, la dimensión de la capacidad productiva y  la productividad asociada con estas actividades

 

Calidad de la base de recursos naturales disponibles[21]

La importancia relativa tanto de los cultivos ilícitos como de la ganadería en la estructura económica agropecuaria del municipio de Puerto Asís, ha llevado a una sobreutilización de los suelos dedicados a estas actividades. La sobreutilización en el caso de la ganadería se manifiesta en la presencia generalizada de procesos erosivos moderados a severos, que en la actualidad probablemente afectan alrededor del 60% de la superficie en pastos. También se refleja en la baja productividad de esta actividad (100 Kg. de carne y 144 litros de leche / ha./ año, que a precios corrientes de 1999 representa una producción por hectárea de $530 mil por año) (Ver en el Anexo, la Tabla 4)[22].

En el caso de la coca, la sobreutilización se manifiesta en la dependencia del uso intensivo de insumos agropecuarios para mantener la producción de las plantaciones, cuyo costo sería insostenible de no ser por el alto nivel de precios de la pasta de coca derivado del alto riesgo asociado con las actividades relacionadas con el narcotráfico. Además de la sobreutilización de la tierra, el ingreso bruto relativamente alto de la producción / ha. /año (aproximadamente $6,1millones, según la Tabla 4) ha soportado la densificación poblacional en áreas productoras de coca. De manera preliminar, se calcula que en las zonas donde predominan unidades de producción de menos de 3 hectáreas con presencia de cultivos ilícitos, alrededor del 75% de la demanda de mano de obra agropecuaria local derivaría ingresos de esos cultivos[23].

De otra parte, llama la atención la situación de las áreas dedicadas a piscicultura –cuya producción en 1999 se calcula en $16.5 millones por hectárea–, y a piña –cuya producción ascendió a $12 millones por hectárea con un requerimiento de 0,7 trabajador / ha. /año­–, tal como lo indica la Tabla 4. Es interesante constatar que estos valores superan ampliamente al de la producción de coca por hectárea. Sin embargo vale la pena analizar con más detenimiento la localización, manejo y estado de conservación de los suelos y aguas  involucrados en estos renglones de producción, para evaluar la sostenibilidad de estas actividades en las condiciones ambientales de Puerto Asís.      

Los requerimientos de mano de obra de los demás cultivos semi-permanentes y permanentes también son del orden de 0,7 trabajador / ha. / año. Como regla general  la Tabla 4 expresa que a precios de 1999, estos cultivos rindieron / ha. /año apenas el 25% del ingreso bruto  rendido por el cultivos de coca. Los bajos valores de la producción por ha. del maíz ($250 mil), pastos ($530 mil), chontaduro ($1,2 millones), yuca ($1,25 millones) y plátano ($1,5 millones), pueden ser indicativos de  la subutilización de estas tierras, o de la carencia de la infraestructura y adecuaciones necesarias para hacer económica su utilización más intensiva. Sobretodo en el caso del maíz ( 0,6 trabajador / ha./año) y la yuca (1,3 trabajador / ha./ año), llaman la atención los requerimientos de mano de obra relativamente altos  en relación con el valor de la producción que rinden estos cultivos,  lo cual podría indicar una sobreutilización de los suelos dedicado a estos usos, que a su vez, exigiría mayores aportes de mano de obra en compensación.

A manera de conclusión preliminar conviene señalar que con base los cálculos presentados en la Tabla 4, cuando en 1999 había 6.560 ha. en cultivos ilícitos en Puerto Asís, la mano de obra ocupada en actividades agropecuarias  –sin incluir datos relativos a la ganadería ni la piscicultura– habría ascendido  a un poco más de 7.500 años-hombre, guarismo que representaría cerca del 75% de la población económicamente activa           –PEA– residente en el área rural del municipio.[24]

La evaluación del potencial productivo de la base de recursos naturales de Puerto Asís y su capacidad económica para absorber mano de obra en actividades agropecuarias en un escenario sin cultivos ilícitos, requerirá complementar y mejorar la información estadística y cartográfica compilada hasta aquí para permitir la  realización  entre otros, de los siguientes análisis:

- localización y caracterización de los principales atributos de los recursos naturales claves para la producción agropecuaria y no agropecuaria en el municipio y su contorno

-      clasificación de la idoneidad técnica y económica de los recursos naturales localizados en Puerto Asís para usos productivos agropecuarios y no agropecuarios

-      análisis de la propensión comparativa al agotamiento de los principales recursos naturales de interés productivo localizados el  municipio y su contorno

-      sensibilidad de parte de los diversos sectores de producción a variaciones en la oferta y calidad de los recursos naturales claves localizados en el municipio y su contorno

-      localización de la población vinculada productivamente con las principales actividades económicas que dependen de recursos naturales claves, así como de la población que demanda localmente los productos de estas actividades

-      tipificación del patrón de localización y jerarquía de asentamientos que ofrecen funciones socioeconómicas de apoyo a las actividades económicas basadas en recursos naturales claves 

-      estudio y análisis de principales centros de mercado de la producción local basada en recursos naturales claves     

Sin embargo de manera provisional, con la base en la información analizada hasta aquí pueden adelantarse las siguientes observaciones en relación con la calidad y potencial productivo de la base de recursos naturales disponibles en el municipio de Puerto  Asís:

-      en el pasado, la ganadería jalonó la economía rural del municipio pero ahora está en franca decadencia debido al deterioro de los suelos dedicados a esta actividad: la actual producción de carne y leche podría obtenerse con el 30 % del hato presente (33 mil cabezas) en un área equivalente al 10% de la superficie actual de pastos  (38 mil hectáreas) con un manejo semi-intensivo

-      las zonas de pasto y cultivo limpio pertenecientes a los  agroecosistemas basal y basal fragmentado en el municipio de Puerto Asís (ver Figura 2), presentan signos de sobreutilización moderada a severa, debido a la erosión causada por la exposición de los suelos de lomerío y complejos de mesones al pisoteo por ganado, así como a los efectos de la gran precipitación y radiación solar propios de zonas ecuatoriales.

-      las tierras ganaderas son las de mejor accesibilidad en área rural municipal, gracias a la red de carreteables secundarios y terciarios que las sirven; sin embargo, su conversión productiva probablemente requeriría permitir el avance de los procesos de sucesión natural para restaurar la fase orgánica de estos suelos, lo cual también puede impulsarse artificialmente mediante el establecimiento de cultivos semi-permanentes y permanentes que conformen diversos estratos vegetativos para proteger el suelo de excesos  de radiación solar y precipitación

-      por las razones anteriores es previsible que el uso productivo recomendado para estos suelos estará basado en arreglos agroforestales orientados a la producción, beneficio y procesamiento de alimentos y materias primas provenientes tanto de especies maderables como de otros productos forestales de interés económico

-      las áreas de colonización donde predominan pequeñas unidades de producción  con cultivos de coca presentan desventajas competitivas para el establecimiento de estos mismos arreglos agroforestales, entre ellas, la alta acidez y baja fertilidad de los suelos y las dificultades para su drenaje, carencia de infraestructura de acceso, el pequeño tamaño de cada unidad de producción y la alta concentración de mano obra por área de cultivo 

-      en general los cultivos semi-permanentes y permanentes, entre ellos la coca,  demandan 0,7 trabajador/ha./año; sin embargo a excepción de la piña y la piscicultura, todos los demás renglones productivos agropecuarios generan un ingreso bruto por trabajador /ha. /año equivalente a menos de una cuarta parte del obtenido con la coca

-      por eso se estima que entre 60 y 75% de la oferta de mano de obra disponible en estas áreas depende económicamente de los cultivos ilícitos

-      la eliminación súbita de cultivos ilícitos y sus sustitución por los renglones productivos que fomentan y financian los programas de desarrollo alternativo, implicaría por lo tanto reducir significativamente el ingreso de muchos hogares, – el ingreso neto familiar mensual en el área rural de Puerto Asís actualmente oscila entre uno y tres salarios mínimos mensuales–, con lo cual muchas de ellas probablemente quedarían situadas por debajo de la línea de pobreza

-      por consiguiente, para mantener constante el ingreso neto de los hogares rurales en un escenario sin cultivos ilícitos, los programas de desarrollo alternativo deberían fomentar y financiar renglones de producción para sustituir el ingreso proveniente de la coca, cuyo ingreso neto proyectado por trabajador/ ha. /año fuese significativamente mayor al que hoy se obtienen actualmente con rubros como el maíz y la yuca en Puerto Asís (Ver Tabla 2 en el Anexo)

-      más aún, mientras la demanda de mercado para productos agropecuarios de consumo local permanezca inelástica, es previsible que todo aumento en el ingreso neto por trabajador / ha. /año en estos rubros se reflejará en una reducción proporcional de la demanda de mano de obra agropecuaria localmente

-      la circunstancia anterior implica que con las mejoras en productividad de las actividades agropecuarias tenderán a absorber menos mano de obra local, y por consiguiente los crecientes excedentes de mano de obra rural buscarán ocuparse   en actividades no agrícolas.

 

Configuración tecnológica y organizacional de nuevas unidades de producción [25]

Un escenario productivo en el que tanto la oferta de mano de obra rural, como el poder adquisitivo de su ingreso agropecuario se mantengan cercanos al nivel de 1999 en Puerto Asís, requeriría del establecimiento de condiciones técnicas, organizativas y redes de infraestructura y servicios que soporten el aprovechamiento competitivo de las oportunidades de mercado de orden local, regional y extra-regional. Una configuración económica para hacerlo podría visualizarse como una combinación estratégica de unidades de producción de diverso tamaño, encadenadas entre sí. Los componentes básicos de una configuración de esta naturaleza serían:

-      por una parte, unidades de producción empresariales, con capacidad de producir competitivamente bienes con destino a mercados extra-regionales y generar  encadenamientos locales que permitan incrementar el efecto multiplicador de sus  ingresos en la economía local;

-       por otra parte, pequeñas unidades de producción familiar que dispongan de una base de activos y conocimientos mínimos para alcanzar el umbral de productividad y calidad necesarios para competir en los mercados locales de alimentos y materias primas simples, con algún grado de procesamiento técnico básico.

 Por consiguiente, para que la sustitución del ingreso proveniente de los cultivos ilícitos sea sostenible y pueda soportar una productividad mínima / trabajador / ha. / año en zonas antes dedicadas a cultivos ilícitos en Puerto Asís, resulta útil concebir la implantación de zonas operacionales de desarrollo, en las que puedan integrarse complejos de actividad productiva para el conjunto de la mano de obra de los hogares rurales, con base en la combinación articulada de unidades de producción empresariales y familiares. Una notoria ventaja de la noción de zonas operacionales, concebidas como un sistema integrado por unidades de producción de naturaleza diversa pero complementarias, es que favorece la programación más focalizada y eficiente de inversiones en redes de infraestructura y servicios –entre ellos, investigación aplicada, desarrollo y transferencia de tecnología, financiación, formación vocacional, servicios de control de calidad, mantenimiento y reparación, redes de comunicación, información e inteligencia de mercados– requeridas para soportar la articulación competitiva del potencial productivo local y generar ingresos con base en una combinación estratégica de productos y servicios en mercados locales, regionales y extra-regionales.

 La identificación y delimitación de zonas operacionales de desarrollo puede realizarse con base con las condiciones ambientales y el tipo de tratamiento que debe contemplarse para desarrollar su potencial de generar fuentes competitivas y sostenibles de ingreso para los hogares rurales. En la Figura 3 se presenta un esquema hipotético construido con base tres clases de zonas operacionales que podrían ser aplicables a las condiciones ambientales descritas hasta aquí para el caso del municipio de Puerto Asís:

-      zonas de desarrollo empresarial
-
      zonas de presión ambiental crítica
-
      zonas de reserva

 

Zonas operacionales de desarrollo empresarial

Dados los requerimientos de economía de escala asociados con la explotación sostenible y rentable del potencial productivo de la base de recursos naturales en zonas de frontera agropecuaria, resulta prioritario el desarrollo de formas estables para organizar la concurrencia, interacción y aprendizaje continuado por parte de  hogares campesinos técnicos y empresarios. Por ello es conveniente fomentar el desarrollo de unidades de producción empresariales pequeñas y medianas en las zonas que ofrezcan condiciones propicias de acceso a la red vial y demás servicios públicos. El propósito principal de la zona de desarrollo empresarial es dinamizar oportunidades de encadenamiento entre estas empresas y las unidades de producción existentes en la economía local, tanto en actividades agropecuarias como no agropecuarias.

Aparte de la programación de inversiones en redes de infraestructura y servicios   requeridas para soportar la articulación competitiva de estas empresas y la generación de ingresos en mercados extra-regionales, el tratamiento de una zona operacional de desarrollo empresarial podría contemplar entre otros componentes:

-      fuentes de financiación diseñadas para establecer y sostener proyectos productivos con una estructura de costos recurrentes de mediano (10 a 20 años) y largo plazo (20 a 50 años), como son los proyectos productivos basados en sistemas de manejo silvicultural de la oferta ambiental de los bosques


-      investigación aplicada acerca de sistemas de ‘domesticación’ y manejo productivo sostenible  de la base de local recursos naturales, con base en conocimientos y saberes  empíricos locales de manejo cultural y ecológico, así como acerca de la adaptación local de tecnologías de manejo pre y pos-cosecha, de destilado, extracción y embalaje para el procesamiento intermedio y final de los productos no maderables, y su apoyo permanente mediante esfuerzos de investigación aplicada y extensión.[26]

-      el compendio de información confiable y sistemática acerca de la localización al igual que del estado del conocimiento científico-técnico acerca de la cantidad, calidad y posibilidades de explotación económica que brinda la oferta ambiental regional, a fin de asegurar una preinversión ajustada a la magnitud y horizonte temporal necesarios para mantener la productividad del capital natural y garantizar una renta anual sostenida y sostenible.[27]

-      la negociación y desarrollo de un arreglo técnico, organizacional, económico y culturalmente sostenible entre los productores locales en las áreas de explotación y transformación de la oferta ambiental y sus socios empresarios[28]

-      la adopción de estándares de manejo y calidad de productos, sistemas para su control y leyes para proteger la propiedad de derechos intelectuales asociados tanto con los sistemas de manejo para la ‘domesticación’ de los recursos para su uso comercial sostenible como de las tecnologías asociados con su procesamiento.

 

Zonas operacionales de presión ambiental crítica

 La presencia de una zona operacional de desarrollo empresarial en el entorno áreas de concentración  de pequeñas unidades de producción antes dedicadas a cultivos ilícitos, sólo tiene justificación en la medida en que dicha zona opere como núcleo de soporte para que otras unidades de producción empresarial dispongan de soporte y respaldo para establecerse a manera de “ejes motrices” del proceso de conversión productiva, en estas áreas ambientalmente degradadas caracterizadas por 1) una alta densidad de mano de obra agropecuaria dependiente del ingreso de cultivos ilícitos; 2) el pequeño tamaño de las unidades de producción,  3) suelos afectados por procesos erosivos de moderados a severos, y 4) una deficiente cobertura de redes de infraestructura y de servicios básicos.

 En un área con estas condiciones ambientales, el tratamiento como zona operacional de desarrollo podría contemplar:

 -      la afectación de los predios existentes en estas zonas a fin de formar nuevas unidades de producción –tanto de tipo familiar como empresarial–, que propicien el establecimiento de encadenamientos locales, el fomento de oportunidades de generación de ingreso en actividades no agropecuarias, e incrementen el efecto multiplicador de los ingresos generados en mercados extra-regionales sobre la economía local.

-     fuentes de financiación diseñadas de manera apropiada para que familias de bajo ingreso y patrimonio precario, puedan adquirir y establecer de manera sostenible pequeñas unidades de producción económica y técnicamente viables[29]

-      la programación de inversiones para la integración  de las redes de infraestructura y servicios sociales básicos requeridos para garantizar la inserción competitiva de actividades productivas, tanto agropecuarias como no agropecuarias, en los mercados de bienes y servicios del orden local y regional.

 

 Zonas de reserva y preservación

 Los procesos de concentración de tierra por medio de procesos políticos y económicos, representan una amenaza para la seguridad de los pequeños productores así como para estabilidad social y económica en zonas de frontera agrícola. Por consiguiente, resulta conveniente algún mecanismos para regular eficazmente el tamaño máximo de los diversos tipos de unidades de producción, para así controlar la amenaza representada por las ambiciones de los aspirantes a grandes propietarios en zonas de frontera. Por eso también es prudente considerar la delimitación de zonas operacionales de reserva y preservación, en las cuales se incluyan no solo aquellas áreas cuyas condiciones biofísicas y características de singularidad ameriten su protección, sino también aquellas áreas severamente degradas que de igual modo requieren de estricta protección temporal para permitir su estabilización y recuperación por medio de procesos naturales de sucesión vegetal. Las tierras incluidas dentro de estas zonas de reserva y preservación, pueden servir además como un “fondo de previsión” a través del  cual se pueda garantizar para el futuro un banco de tierras, cuya distribución de acuerdo con los topes fijados durante varias décadas hacia el futuro gradualmente contribuya a aminorar la desigualdad en el acceso a la tierra  y a fomentar un desarrollo más equitativo en de la frontera agropecuaria de nuestro país.[30]     

 

Comentarios  finales

 Nada de lo expuesto hasta aquí representa aporte novedoso. Simplemente constituye un esfuerzo relativamente sistemático de aplicación al caso particular del municipio de Puerto Asís, de un modelo de análisis convencional sobre temas de desarrollo rural y reforma agraria. De no ser porque estos análisis han sido reiteradamente ignorados por los programas de desarrollo alternativo en Colombia durante ya más de 3 lustros, habría sido superfluo el gasto de papel y tinta empleado para imprimir esta contribución. Por desgracia, la información sobre la situación agraria del país es tan limitada, –como bien lo señala el profesor Albert Berry en el epígrafe a este escrito– que acentúa la tendencia general a apoyarse en modelos simplistas y alejados de la realidad para lidiar con problemas tan complejos como la expansión explosiva de la frontera agrícola con base en cultivos ilícitos, hoy día subordinados a una economía de guerra dominada por grupos armados ilegales.

 Los estimativos señalan que cerca de 40% de los 100.000 cultivadores de ilícitos situados en zonas de frontera agropecuaria, tienen menos de 7 años de presencia allí y casi todos ellos llegaron con la intención de sembrar coca. Las estrategias de desarrollo alternativo no pueden ignorar que el deterioro de las condiciones de producción y de vida en zonas campesinas al interior de la frontera agrícola, convierten la migración a zonas de cultivos ilícitos en un alternativa atractiva para resolver rápidamente los problemas de ingresos de muchas familias campesinas.[31] Ojalá no sean necesarios otros tres lustros de descalabros, antes que las autoridades de gobierno se convenzan que la única alternativa que queda es  soportar las decisiones de política agraria sobre la base de la evidencia empírica aportada por censos agrícolas periódicos, veraces  y completos...

  

Bogotá, Febrero  de  2003

 


 

Anexos

 

Tabla 1
Superficie dedicada a producción agropecuaria.
Puerto Asís 1999

 

Estadísticas URPA 1999 a

Estadísticas Ajustadas1

Renglón Productivo

Área (has.)

% mpio.

Área (has)

% mpio.

Transitorios

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Maíz

1.000

2%

1.000

2%

 

 

 

 

 

Semi-permanentes y Permanentes

Yuca

350

1%

350

1%

Caña

330

1%

330

1%

Plátano

1.950

5%

1.985

3%

Piña

300

1%

300

0%

Chontaduro

68

0%

68

0%

Chontaduro para palmito

112

0%

112

0%

Caucho

29

0%

29

0%

Coca b

-

-

6.560

11%

Otros

Piscicultura

84

0%

84

0%

Pastos

38.060

90%

38.060

62%

Rastrojos c

-

 

12.220

20%

 

Total

42.318

100%

61.098

100%

 

1 El ajuste adiciona a las cifras de la URPA 6.560 has. de cultivos ilícitos que la Policía Antinarcóticos calculaba para el municipio de Puerto Asís en 1999 y 12.220 has. de terrenos enrrastrojados temporalmente, cuya extrapolación se hizo a partir de un muestreo de predios realizado por la UMATA de Puerto Asís a mediados de 2000 según el cual el área en rastrojo equivale entre 20 y 30% de la superficie dedicada a otras actividades de producción agropecuaria.  Con este ajuste, la superficie dedicada a la producción agropecuaria en Puerto Asís coincide en orden de magnitud con los datos de superficie en pastos, cultivos limpios y rastrojo bajo que se derivan del análisis de coberturas de la tierra  en Puerto Asís, realizado por IDEAM en 1999 a partir de imágenes de sensores remotos. Según ese análisis, el área rural de Puerto Asís presentaba 27.000 has. en pastos, cultivos limpios y rastrojo bajo en la cobertura clasificada como agro ecosistema basal y entre 30.000 - 35.000 has. de pastos, cultivos limpios y rastrojos entremezclados con parches de bosque natural en la cobertura clasificada como agroecosistema basal fragmentado.

Fuentes: a Evaluación agropecuaria  y análisis de coyuntura segundo semestre 1999 – Secretaria de Agricultura del Putumayo, Mayo de 2000; b Policía Antinarcóticos, 1999;  c Seguridad nutricional para la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos en el Municipio de Puerto Asís  UMATA  Agosto 2000;  IDEAM Cobertura de la Tierra 1:500.000; 1999.  y cálculos del autor.


 

Tabla 2 
Renglones agropecuarios: Importancia económica regional
Puerto Asís 1999 

 

Áreaa

Producción a

Renglón Productivo

(has)
 
(1)

% Depto.1

Kg / Ha
(2)

Ton
(1*2)

% Depto.2

Valor a,c
($ millones)3

 %

$Costo/
 
$ Venta a,c

 

Transitorios

Maíz

1.000

23%

800

800

20%

250

0%

1,36

Semi-permanentes y Permanentes

Yuca

350

11%

5.000

1.750

7%

437,5

1%

0,91

Caña

330

35%

3.300

1.100

36%

871,2

1%

N.D.

Plátano

1.985

28%

6.790

13.475

30%

2,958,4

4%

0,49

Piña

300

77%

12.000

3.600

84%

3,600,0

5%

N.D.

Chontaduro

68

7%

4.000

250

4%

81,6

0%

0,52

Chontaduro (palmito)

112

61%

N.D.

N.D.

N.D.

N.D.

-

N.D.

Caucho

29

10%

N.D.

N.D.

N.D.

N.D.

-

N.D.

Coca b (Pasta)

6.560

12%

7,5

50

N.D.

40.393,20

57%

N.D.

Otros

Piscicultura

84

34%

4.470

375

37%

1.984,70

3%

0,67

Pastos (Carne)

38.060

23%

100

3.806

N.D.

15.224,00

22%

N.D.

            (Leche)

      

23%

144

5.480

16%

4.932,00

7%

N.D.

Rastrojos c

12.220

N.D.

 

-

-

-

 

-

 

Total

61.098

 

 

 

 

70.982,60

100%

 

 

1 Participación de la superficie dedicada a cada renglón  productivo en Puerto Asís como proporción de la superficie total dedicada al renglón correspondiente en el Departamento del Putumayo.
2
Participación del volumen de producción obtenido por renglón en Puerto Asís  como proporción del total de la producción departamental en el renglón correspondiente
.
3 Valor de la producción del 1999 de por renglón productivo en Puerto Asís a precios corrientes de 1999 en el mercado local de Puerto Asís.

Fuentes: a Evaluación agropecuaria  y análisis de coyuntura segundo semestre 1999 – Secretaria de Agricultura del Putumayo, Mayo de 2000; b Policía Antinarcóticos, 1999;  c Seguridad nutricional para la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos en el Municipio de Puerto Asís  UMATA  Agosto 2000;  d estimativos  del autor, y IDEAM Cobertura de la Tierra 1:500.000; 1999. 

 

 

Tabla 3
Oferta y demanda de productos agropecuarios

Puerto Asís 1999

 Producto

Oferta a
(Ton.)

 
(1)

Demanda c
(Ton.)
(2)

 %
(1 / 2)

$ venta / Ton 1

Pto Asís a
(3)

Mocoa a
(4)

%
(3 / 4)

Transitorios

Maíz

800

584

137%

312.500

600.000

52%

Semi-permanentes y Permanentes

Yuca

1.750

852

205%

250.000

400.000

62%

Caña

1.100

584

188%

800.000

800.000

100%

Plátano

13.475

852

1.581%

219.500

592.000

37%

Piña

3.600

341

1.055%

1’000.000

1’000.000

100%

Chontaduro

250

N.D.

 

300.000

666.000

45%

Chontaduro (palmito)

N.D.

N.D.

 

 

 

 

Caucho

N.D.

N.D.

 

 

 

 

Coca (Pasta) b

50

N.D.

 

N.D.

N.D.

 

Otros

Piscicultura

375

1.226

31%

3’700.000

4’500.000

82%

Pastos (Carne)

3.806

1.226

310%

4’000.000

1’150.000

347%

            (Leche)

4.932

3.833

129%

900.000

280.000

321%

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1 Según el Plan de ordenación acuícola de Putumayo y Caquetá (CORPOAMAZONIA, 1999) en 1999 el precio de por  tonelada de carga  terrestre de Puerto  Asís a los siguientes destinos era: Pasto: $40.000; Neiva $60.000; Bogotá: $80.000. 

Fuentes: a Evaluación agropecuaria  y análisis de coyuntura segundo semestre 1999 – Secretaria de Agricultura del Putumayo, Mayo de 2000; b Policía Antinarcóticos, 1999;  c Seguridad nutricional para la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos en el Municipio de Puerto Asís  UMATA  Agosto 2000;  y cálculos del autor.

 

 

Tabla 4
Rendimiento y empleo por renglón productivo
 

 

 

Renglón Productivo

Rendimiento a

Demanda de empleo agropecuario c

(Has)
(1)

Total
producción
($ millones)
(2)

$ / Ha.
($ miles)
(2 / 1)

Demanda de trabajadores  por Ha./año1
(3)

Demanda Total  trabajadores  por./año*
(1 * 3)

 %

Transitorios

Maíz

1.000

250,0

250,0

0.6

600

8%

Semi-permanentes y

Permanentes

Yuca

350

437,5

1.250,0

1.3

455

6%

Caña

330

871,2

3.332,5

0.7

231

3%

Plátano

1.985

2.958,4

1.490,0

0.7

1.389

18%

Piña

300

3.600,0

12.000,0

0.7

210

3%

Chontaduro

68

81,6

1.200,0

0.7

48

1%

Chontaduro (palmito)

112

N.D.

N.D.

0.7

78

1%

Caucho

29

N.D.

N.D.

0.7

20

 

0%

Coca (Pasta) b

6.560

40.393,2

6.157,5

0.7

4.592

60%

Otros

Piscicultura

84

1.984,7

16.539,0

N.D.

N.D.

-

Pastos (Carne)

38.060

15.224,0

400

N.D.

N.D.

-

               (leche)

      

4.932,0

130

N.D.

N.D.

-

Rastrojos

12.220

-

-

-

-

-

 

Total

61.098

70.982,6

 

 

7.623

100%

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1 Se asume  una disponibilidad de 200 jornales anuales por  trabajador

Fuentes: a Evaluación agropecuaria  y análisis de coyuntura segundo semestre 1999 – Secretaria de Agricultura del Putumayo, Mayo de 2000; b Policía Antinarcóticos, 1999;  c Estimativos del autor;  IDEAM Cobertura de la Tierra 1:500.000; 1999.

 


 

* Observatorio del Manejo del Conflicto - Universidad  Externado de Colombia - obsconflicto@uexternado.edu.co

[1] 2002 “¿Colombia por fin encontró una reforma agraria que funcione? En Revista de Economía Institucional  Vol. 4 No. 6  p. 52

[2] “La coca: negocio maldito” en El Espectador, Enero 20, 2003.   

[3] Quienes confían en indicadores como este para juzgar el éxito de la lucha contra los cultivos ilícitos en el Putumayo, olvidan que durante la guerra de Vietnam EE.UU. también se valió de un indicador de efectividad militar para juzgar el avance de esfuerzo bélico norteamericano en ese país: la proporción de bajas inflingidas al enemigo frente a las soportadas por las propias fuerzas. Al final, a pesar que las bajas estadounidenses apenas llegaron a 50.000 frente a más de 2 millones de Vietcongs muertos, EE.UU. tuvo que aceptar la derrota.

[4] Contrasta la precisión de las cifras de cultivo de hoja de coca fumigadas en el 2002 en Caquetá y Putumayo –no fueron 88.000, ni 88.100, ni siquiera 88.140, sino 88,141 hectáreas, con lo cual se denota un margen de error de la superficie fumigada de apenas algunos cientos de metros cuadrados– con las cifras que maneja la Unidad Regional de Planificación Agropecuaria –URPA– del Putumayo en las evaluaciones agropecuarias y análisis de coyuntura  que prepara semestralmente. Generalmente estas cifras –levantadas mediante “consensos” de las opiniones de los técnicos acerca del área en producción para cada renglón de actividad agropecuaria–  no guardan siquiera proporción de orden de magnitud con las áreas de cobertura de la tierra identificadas y caracterizadas como “agroecosistemas” por el IDEAM –es decir, aquellas areas identificadas con la producción agropecuaria como pastos, cultivos limpios y rastrojos bajos– , con base en el análisis  imágenes de satélite. La calidad de la información y el conocimiento sobre  la actividad agropecuaria, al igual que de las decisiones para fomentar su desarrollo, se podría mejorar notablemente si el gobierno aportase a los responsables de la política agropecuaria para el Departamento la información pertinente que podría desprenderse del análisis de las imágenes de satélite que utiliza el Estado para programar y monitorear la erradicación de cultivos ilícitos.

[5] Ver César Ortiz 2001 “La estrategia del Desarrollo Alternativo en Colombia” en Cultivos ilícitos en Colombia Bogotá: Universidad de los Andes – Fundación Compartir –UNDCP. Según Ortiz, si bien estas inversiones no tuvieron impacto significativo para desalentar la producción de cultivos ilícitos en ese entonces, generó “un importante aprendizaje en cuanto a orígenes y aproximaciones sobre la problemática del desarrollo alternativo”. Sin embargo, en adelante la política tuvo una “evolución lenta”: en 1995 se  creó el Plan de Desarrollo Alternativo PLANTE para realizar la erradicación forzosa de cultivos ilícitos en 10 departamentos, complementada con básicamente el mismo modelo de inversión del decenio anterior, para lo cual obtuvo un empréstito internacional por US $90 millones, cuya ejecución no superó el 20%.(p. 175)     

[6] Al respecto, Berry, op.cit., cita evaluaciones del Departamento Nacional de Planeación: 1982 (a) Diagnóstico del subsector campesino o tradicional. Bogotá: DNP; y 1982 (b) “Experiencias obtenidas en la fase I y recomendaciones para la fase II”,  Bogotá : DNP – División de Evaluación DRI, mecanografiado. También refiere las evaluaciones contenidas en  Richard Lacroix 1985 “ Integrated Rural Development in Latin America” World Bank Working Paper 716, Washington; Darío Fajardo 1986 Haciendas, campesinos y políticas agrarias en Colombia, 1920 –1980: Universidad Nacional de Colombia: CIDS; y Mariano Arango, Alonso Cardona, Conrado Duque, Efraín Estrada, Luz Elena López y Saúl Mesa 1987 Economía campesina y políticas agrarias en Colombia: Una evaluación del Programa DRI.Medellín: Universidad de Antioquia – Centro de Investigaciones Económicas. Sin embargo, reitera Berry que la falta de datos adecuados para evaluar el impacto del DRI hace imposible saber cual fue su impacto global (p. 48-49). 

[7] Una versión inicial de este artículo se preparó en el Putumayo en el último trimestre de 2000, durante el paro armado que paralizó durante dos meses y medio a ese Departamento. Las cifras y estimativos que se presentan son las que había disponibles en esas condiciones. Para la presente versión no se ha actualizado ni corregido ninguna información, dado que su propósito es solamente ilustrar el tipo de criterios e indicadores que podrían ser útiles para comprender la estructura y dinámica de la actividad productiva en el ámbito de zonas de cultivos ilícitos. 

[8] Ver DANE 1989 Boletín de Estadísticas No. 434 Bogotá: DANE.

[9] Ver Banco de la República 2001 Anuario estadístico del Putumayo 1999 San Juan de Pasto: Centro Regional de Estudios Económicos.

[10] Departamento Administrativo de Salud –DASALUD– Putumayo, Sección de Epidemiología 

[11] El IDEAM caracteriza la selva basal amazónica como la  cobertura del 30 % de la superficie del territorio nacional y la sitúa aproximadamente entre los 90 y los 600 metros de altitud sobre el nivel medio del mar. Su composición florística es muy heterogénea y se caracteriza por la presencia de numerosas especies de palmas y de plantas con hojas megáfilas y macrófila y presenta una diversidad hábitats. En las zonas poco intervenidas de bosque primario pueden encontrarse entre 200 - 350 árboles por hectárea con alturas superiores a 30 metros y diámetros a la  altura del pecho  –DAP– (1,30 m sobre el suelo) de más de 40 cms. En zonas de bosque de crecimiento secundario pueden encontarse hasta 600 árboles por hectárea, con alturas menores de 30 metros y DAP entre 25 y 40 cms.  Ver www.ideam.gov.co

[12] IGAC 1999 Paisajes fisiográficos de Orinoia y Amazonia –ORAM–  Bogotá: IGAC.  

[13] En los rastrojos más altos se encuentran de 800 a 1000 individuos con alturas superiores a los 10 metros y entre 10 y 25 cms de DAP. En los rastrojos más bajos  se encuentran entre 1500 y 2000 individuos con alturas menores de 10 metros y DAP menores de 10 cms.

[14] La fuente de información acerca del tamaño de las unidades de producción rural en Puerto Asís son las estadísticas catastrales del Instituto Geográfico Agustín Codazzi –IGAC–. Para el caso del área rural de Puerto Asís, a Agosto de 2000 estas estadísticas registraban 2.357 predios con escritura y planos registrados en la Oficina de Instrumentos Públicos. De ese total, 74 (3%) se encuentran en el rango de extensión comprendido entre 100 y 1000 has., y en su conjunto ocupan una superficie de 15.035,25 has., lo que equivale aproximadamente a 150 km2. En el rango de predios entre 20 y 100 has, se encuentran 669 predios ( 28%) que en su conjunto ocupan una superficie de 27.360,25 has., lo que equivale un poco menos de 275 km2. En el rango de 5 a 20 has. había 621  predios (26%) y en su conjunto ocupan una superficie de 7.197,5 has., o el equivalente un poco más de 70 km2. Los predios en el rango entre 1 y 5 has ascienden a 233 (10%) que en su conjunto ocupan 689,9 has., equivalentes a cerca de 7 km2. Finalmente hay 740 predios menores de 1 ha. (31%), que en su conjunto ocupaban una superficie de 90,5 has., o el equivalente a menos de 1 km2.

[15] En el Anexo, la Tabla 1 presenta la información preparada por la Unidad Regional de Planificación Agropecuaria   —URPA— del Putumayo sobre la superficie dedicada  a la producción por rubro de actividad agropecuaria estimada para el municipio de Puerto Asís en 1999. En una columna separada, la tabla presenta un estimativo que ajusta las cifras de la URPA con área de cultivos ilícitos calculada por la Policía Antinarcóticos para el municipio 1999 y una extrapolación del área cultivable temporalmente enrrastrojada, basada en un muestreo realizado por la UMATA de Puerto Asís a mediados de 2000.

[16] En el Anexo, la Tabla 2 presenta el análisis detallado de la importancia económica regional de los diversos renglones  agropecuarios de Puerto Asís.

[17] En el Anexo, la Tabla 2 presenta los datos con base en los cuales se consolidó este estimativo del ingreso agropecuario en Puerto Asís.

[18] Según la Unidad de Desarrollo Rural Alternativo –UDRA–, del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura  –IICA–, en el campo las actividades agrícolas generan no más de la mitad del empleo: “O sea que la unidad típica de producción no necesariamente tiene que ser una parcela. En cambio, debería ser más bien la cantidad de actividades diversas que una familia realiza por unidad de tiempo. Luego la productividad no siempre se puede medir por hectárea, sino más apropiadamente por la mano de obra familiar referida a un complejo de actividades.”  Ver IICA 2001 Centro Regional Andino (CreA) -Unidad de Desarrollo Rural Alternativo (UDRA) Lima: IICA. Mimeo.     

[19]  Esta sección se basa en el enfoque y propuesta metodológica de BENDAVID-VAL A. 1991  Rural area development planning: principles approaches and tools of economic analysis  Rome: FAO 2 Vol. 267pp.

[20] Ver UMATA – Puerto Asís 2000 “Seguridad nutricional para la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos en el Municipio de Puerto Asís” Mimeo.

[21] Esta sección se basa en el enfoque y propuesta metodológica de Strauss E. 1969 Metodología de evaluación de los recursos naturales  Santiago de Chile: ILPES pp. 78

[22] En el Anexo, la Tabla 4 presenta datos acerca del valor de su producción por hectárea a precios corrientes de 1999, un estimativo de los requerimientos de trabajadores / año / hectárea por cultivo, y finalmente, el cálculo de la demanda de mano de obra requerida para atender el total del área cultivada en 1999 de cada renglón de producción agropecuaria examinado aquí.

[23] Se calcula que las labores relacionadas con labores culturales, cosecha y procesamiento de la pasta de coca requieren 150 jornales por hectárea al año. Asumiendo una disponibilidad de 200 jornales anuales por  trabajador, la demanda de mano de obra por hectárea de coca al año representa cerca 0.75 trabajador. Tomando como base de cálculo que el 30% de la población rural es económicamente activa, puede asumirse que en una zona con predios en promedio de 3 hectáreas de extensión hay asentadas 30 familias de en  promedio 5 integrantes por km2 (100 hectáreas), que representan una oferta de mano de obra de 50 trabajadores año. Si el 50% del área de estos pequeños  predios está dedicada al cultivo de coca, está demandaría  37.5 trabajadores / año, (50 has. X 0.75 trabajador /año), es decir el 75 % de la oferta de 50 trabajadores años disponibles. Aplicando supuestos semejantes, se estima que en áreas donde la oferta de  mano de obra es del orden de 10 trabajadores / año / Km2, la coca podría demandar entre el 30 al 40% de la mano de  obra, y en zonas donde la oferta sea del orden de 20 trabajadores / año / Km2  la coca podría ocupar hasta el 60% de esa oferta. 

[24] Tomando como base una población rural del orden de 35.000 habitantes en el municipio de Puerto Asís para 1999 y calculando que el 30% de la población es económicamente activa en zonas rurales, entonces la  PEA rural en Puerto Asís habría sido del orden de 10.500 personas en disposición para trabajar.

[25] Esta sección se basa en el enfoque y propuestas metodológicas de  GARCÍA A. 1985  Modelos operacionales de reforma agraria y desarrollo rural en América Latina  San José: IICA 198 pp.

[26] Para garantizar una participación equitativa de los hogares campesinos en el ingreso generado por medio de este tipo de actividad, resultaría conveniente desarrollar criterios y mecanismos prácticos y fácilmente verificables para valorar los aportes innovadores de conocimiento e información útiles realizados tanto por miembros de hogares rurales y como por técnicos y empresarios, que contribuyan a incrementar la productividad o al desarrollo de nuevos productos o procesos.

[27] Entre las categorías acuñadas para la tipificación del conocimiento técnico-científico disponible acerca de un recurso natural específico, se habla de RECURSO POTENCIAL en aquellos casos en que puede deducirse su presencia local, dadas ciertas características naturales de una región. Dependiendo de la disponibilidad o no de estudios de prospección que permitan una valoración preliminar de sus características específicas, la dimensión de las existencias del  recurso pueden ser inferidas, indicadas  ó medidas, dependiendo del grado de confiabilidad de la información disponible acerca de localización, cantidad y calidad específicas, tanto desde un punto de vista científico como tecnológico. En cuanto  a las  nociones empleadas para tipificar las  condiciones económicas  de explotación de un recurso natural, las posibilidades pueden clasificarse como subeconómicas para aquellos cuyas condiciones de explotabilidad técnico-económicas son cuestionables o francamente inviables,  y  económicos  para aquellos que reúnen características que soportan la factibilidad del diseño técnico económico del proyecto. Ver SIMON A. 1998 “Eventos pertinentes para una gestión comprehensiva de la fenomenología ambiental de una región. El primer escollo: Los conceptos de regionalización, planificación, ordenación y gestión ambiental.”   Opción Amazónica, 3, Suplemento Especial No. 2    Bogotá: CORPOAMAZONIA pp. 42-43.

[28] Esto implica el desarrollo de mecanismos sociales viables y legítimos para acordar, aplicar y modificar normas de regulación y sanción del uso y manejo de los ecosistemas delimitados para la explotación económica. Para ello puede resultar de gran utilidad el desarrollo de sistemas de información de apoyo a la toma de decisiones, diseñados para monitorear permanentemente tanto de los costos y beneficios globales e individuales generados por las actividades productivas de las unidades de producción localizadas dentro del área de manejo, como sus externalidades positivas y negativas. Entre los parámetros claves para informar a las decisiones de manejo productivo de la base de recursos naturales en estas áreas, cabe destacar los referidos a:

-        flujos y valores promedios previsibles de unidades de recurso que se espera obtener en el futuro de una determinada área de explotación, bajo un régimen de aprovechamiento adoptado

-        variabilidad estimada en el flujo de unidades de recurso extraídas, bajo el régimen de aprovechamiento adoptado

-        variabilidad estimada en la calidad de las unidades de recurso extraídas, bajo el régimen de aprovechamiento adoptado

-        plazo durante el cual el área de explotación delimitada mantendrá la capacidad de renovar el recurso, bajo el régimen de aprovechamiento adoptado

-        tendencia evolutiva de los conflictos generados por la apropiación social del recurso en el área de explotación delimitada, bajo el régimen de aprovechamiento adoptado: ¿tienden a reducirse, mantenerse o incrementarse en relación con el nivel de conflicto presente?

Ver E. OSTROM 1990 Governing the commons. The evolution of institutions for collective action  Cambridge: Cambridge University Press pp. 183-216

[29] Pedir dinero en préstamo para comprar tierra, – aún en una situación de mercados perfectos y una tecnología neutra a la escala– requiere al deudor reducir su consumo por debajo de lo que se podría sostener vendiendo directamente su fuerza de trabajo en el mercado. Una porción sustancial de nuevos propietarios rurales está en riesgo de perder su tierra nuevamente, debido a condiciones de endeudamiento excesivo o una situación de escaso margen de seguridad. Es decir, que un pequeño productor que fácilmente podría conservar su tierra si fuese su patrimonio, probablemente requerirá de subsidios muy altos y/o  un sistema de soporte bueno para poder pasar de  campesino sin tierra a propietario sin tener riesgo  de caer nuevamente a su situación inicial en un futuro. No reconocer este hecho  puede implicar tasas de supervivencia entre beneficiarios pequeños menores de las que esperan “los reformadores de mercado”. En zonas de frontera agrícola dependientes económicamente de cultivos ilícitos y subordinadas a economías de guerra dominadas por grupos armados ilegales, parece que la relevancia de subvenciones directas para atender este resultado sub-optimo del  mercado debería juzgarse  más a la luz de consideraciones de índole geopolítica que meramente económicas o financieras. Ver Hans Bingwanger 1987 Impact of government policies and legal provisions on land use and agrarian structure: Analytical framework, hypotheses and terms of reference. Mimeo. Washington D.C.: World Bank; citado por A. Berry op.cit p. 58.                        

[30] “Si se acepta que en Colombia nunca pudo ocurrir una importante redistribución de la tierra, quizá la mejor alternativa habría sido el desarrollo equitativo de la frontera cuando esta se puso gradualmente en cultivo, esencialmente una media preventiva en vez de una media curativa...  Lo que es bastante claro es la necesidad, también allí, de un sistema de topes a la tierra que suprima la amenaza  de esa concentración, dé mayor seguridad a los pequeños propietarios, y no sin razón, enfrente al gobierno con el hecho de que su tarea es la de intervenir y apoyar a los pequeños propietarios. En muchos países esto se hará con dedicación, únicamente cuando no haya ninguna alternativa clara” Ver A. Berry op.cit  p. 61     

[31] Ver Rafael Echeverri 2000 “Cultivos ilícitos, drogas y desarrollo rural” en  Cultivos ilícitos, narcotráfico y agenda de paz. Bogotá: Mandato Ciudadano por la Paz, La Vida y la Libertad. Pp. 101- 114