Declaraciones de Marco Cappato, miembro del Parlamento Europeo y coordinador de los Parlamentarios para la Acción Antiprohibicionista, y Marco Perduca, director ejecutivo de la Liga Internacional Antiprohibicionista:
"Elogiamos la iniciativa de nuestros amigos colombianos, quienes, en un clima político desfavorable, han decidido lanzar una propuesta legislativa tan valiente. También nos alegramos del hecho de que el proyecto presentado sea fruto de discusiones en las que han participado todos los sectores de la sociedad colombiana, en un debate abierto, pacífico y democrático, lanzado con el objetivo de presentar una respuesta liberal y progresista a los fracasos del prohibicionismo en el país que es el mayor productor mundial de coca. Se trata de una iniciativa digna de aplauso que debería ser considerada como ejemplo de metodología de trabajo y de posiciones pragmáticas.
"A pesar de que hoja de coca no equivale a cocaína, ambos productos fueron ilegalizados en la Convención Única de la ONU sobre Drogas Narcóticas de 1961. La legalización de la producción y el consumo de hoja de coca, según este proyecto de ley, podría llevar a la creación de nuevos segmentos de mercados que hoy por hoy permanecen en la sombra o son desconocidos, sea en el área de la alimentación (tés, harinas, condimentos, golosinas, chicles, etc) y de la farmacia, o en otros segmentos industriales, haciendo posible una revolución económica en varias regiones colombianas que hoy en día se hallan en severa necesidad de apoyo financiero (internacional) para alcanzar niveles de vida aceptables. Por otra parte, según afirmaron los padres del proyecto de ley, "el derecho a los usos tradicionales lícitos de la planta de la coca se considera sagrado bajo las normas nacionales e internacionales de aplicación en Colombia"; el control legal de la producción de un artículo de consumo "sagrado" podría también hacer justicia para con culturas milenarias indígenas y prácticas religiosas ampliamente ignorados hasta la fecha.
"En su proyecto de ley, los legisladores colombianos también expresan su preocupación por cuestiones de orden medioambiental; es un hecho que la legalización de la hoja de coca puede ser entendiada también como una manera de proteger el medio ambiente, haciendo una contribución, si no impulsando directamente, prácticas de desarrollo sostenible. La redución del número de hectáreas de coca ilegales podría reducir el impacto medioambiental provocado por el uso de pesticidas y agentes químicos sobre el suelo y los recursos hídricos en el cultivo de coca ilegal, por no mencionar el impacto de las fumigaciones aéreas llevadas a cabo por el Gobierno colombiano con apoyo extranjero. "Deseamos la mejor de las suertes a nuestros amigos colombianos y les ofrecemos nuestro apoyo desde Europa de todas las formas que estén a nuestro alcance.