ACTORES CRIMINALES Y DESARROLLO DE SUSTITUCIÓN:
METODOLOGÍA DE PROBLEMÁTICAS


 Jean Rivelois*

 

RESUMEN

 

Si bien todas actividades criminales son ilegales, todos los ilegalismos no son criminales y ciertos pueden hasta ser legítimos. Ésta es la base de la distinción entre la delincuencia criminal ligada a los tráficos en bandas organizadas y la delincuencia financiera ligada al lavado de dineros. Hoy en día, las drogas, en su calidad de soporte de una actividad ilegal (de producción, de transformación, de tráfico, de lavado-reciclado, o de consumo) existen en la mayoría los países del mundo. De hecho, si bien la droga no es el único soporte de las actividades ilegales (proxenetismo, contrabando, tráficos diversos de obras de arte, de seres humanos, de armas) lo que la droga pone en juego en el ámbito político y económico, al igual que su impacto social, hacen de ella una de las grandes problemáticas de nuestro tiempo. Aunque banales, estas observaciones desembocan en la definición de un objeto pertinente de estudio científico pues plantean el problema de la relación entre el centro y el margen de los sistemas políticos. Dicho de otra manera, las actividades criminales ligadas a la droga no se desarrollan de la misma forma en todos los países pues algunos sistemas políticos son más permeables que otros a la tolerancia de la ilegalidad. Más aún, los actores de los márgenes pueden condicionar, de manera diferente dependiendo del país, la orientación de los sistemas políticos y económicos. ¿Pueden estos actores lograr una legitimidad política en cuanto impulsan un desarrollo local de sustitución?

 

Por oposición a una interpretación dualista de la realidad, nosotros nos cuestionaremos si aquellos que defienden los valores de la legalidad no son los mismos que mantienen lazos de connivencia con ciertos actores que controlan las actividades ilegales subterráneas, ofreciendo a estos últimos la posibilidad de interferir en los sistemas políticos, económicos y sociales al punto de contribuir a su transformación o a su desestabilización. Convendría entender el término de connivencia en su triple acepción: de proximidad, de complicidad, y de simultaneidad, teniendo cuidado de distinguir entre ellas con el fin de no confundir la concomitancia de dos fenómenos con una relación de causa efecto. No obstante, la proximidad territorial, aunque no implique una complicidad, revela ciertas afinidades que nosotros trataremos de precisar entrecruzando las redes de actores, las alianzas entre Estados y las rutas de los tráficos. Efectivamente, no es por puro azar que los diferentes actores son cercanos los unos a los otros en momentos coincidentes. Para comprender estos enlaces, es necesario construir un esquema explicativo que se acerque más a la complejidad de lo real. Un esquema que, por estar fundado en la observación y el análisis de diferentes modalidades de interacción entre los márgenes y los centros de los sistemas políticos, permita comprender y criticar el dinamismo " funcional" que la margen puede infundir a los sistemas políticos en el seno de Estados clientelistas reales. Según esto, el clientelismo de Estado se percibe, no ahogando el problema de las relaciones entre los márgenes y los centros dentro de una mundialización desencadenada, sino retornando al anclaje local o nacional de estas relaciones. De tal manera, la orientación de los Estados clientelistas se torna relativamente previsible, teniendo en cuenta la definición que los actores asignen al enemigo interno o externo y la necesidad que tengan de ligar alianzas (entre el centro y el margen) con el fin de disminuir las tensiones contrapuestas a la reproducción o a la extensión de su poder.

 

La frontera entre lo legal y lo ilegal permanece por lo tanto desdibujada en un sistema en el que el respeto total y sistemático de las leyes es imposible y en el que los individuos que conciertan las transgresiones o se benefician de elles siempre llevan el ropaje de su estatus de representantes de una clase (poder político o poder económico). En efecto, si el control estatal es ejercido concretamente por la administración pública, ésta se convierte en un lugar en el que se desdoblan una dimensión puramente institucional de "servicio público" y una dimensión sociológica de actores que son funcionarios que operan bajo el influjo de determinaciones individuales, sus instituciones de pertenencia puestas al servicio de un enriquecimiento personal completamente ilegal. El problema radica entonces en saber, antes que nada, lo que, en un momento dado y determinado territorio, puede o no ser tolerado en lo que se refiere a la transgresión de las leyes con el objetivo de satisfacer sus objetivos de legitimación y de reproducción de poderes. Y, de ahí, saber de quién proviene dicha tolerancia y a quién beneficia, con el fin de delimitar los actores dominantes y sus estrategias de alianzas entre amigos, o de confrontación con sus enemigos. En últimas, si la norma misma no depende de que tolere su propia transgresión y, si éste es el caso, ¿hasta qué punto es posible transgredir todo sin desestabilizar el sistema global (los ámbitos sociales, políticos, institucionales y económicos insertados en lo legal y lo ilegal)? Y si éste se ve desestabilizado por el crimen, ¿cuál será el nuevo equilibrio hacia el cual tenderá? ¿Puede uno imaginarse que estas actividades ilegales desemboquen en un desarrollo de sustitución al interior de los territorios que abrigan producciones o tráficos ilícitos y, ante todo, de espacios de pertenencia o regiones perdedoras, es decir, de regiones geográficamente encerradas o desligadas del crecimiento económico? Para intentar responder a esta última pregunta, definiremos el desarrollo de sustitución como un desarrollo que escapa parcialmente a la legalidad; aleja la sociedad de la instauración de un Estado de Derecho; complementa o reemplaza las políticas de desarrollo (en particular a través del uso de la corrupción); se refiere a las sociedades (rurales, urbanas y regionales); implica poderes políticos constituidos; y alimenta las economías tanto el Sur como del Norte (a través del lavado de las ganancias de la corrupción y de las actividades criminales). En éste caso, los cultivos ilegales de la droga contribuyen a reducir la pobreza o reproducen ellas las ilegalidades preexistentes al igual que las relaciones de dominación preexistentes (entre élites locales y grupos dominados)?

 

Traducido del francés por MM Moreno

Mama Coca www.mamacoca.org

 


* Investigador  Instituto de Investigación sobre el Desarrollo (IRD, en sus siglas en francés).

 


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