EL PAPEL DE LA COCA

 

-Proceso de consolidación-

-VI-

EN PROCESO

 

Contexto

En agosto 28 del 2006, El Tiempo señaló que “... el sector agropecuario [colombiano] da reversazo y cae a niveles de hace ocho años. El artículo resalta los síntomas de este mal como “reducción del área, importaciones masivas, disminución del crédito, aumento del desempleo rural y desánimo en la inversión.” Numerosos analistas resaltan que el uso intensivo de agroquímicos; impulso a extensas explotaciones ganaderas y de monocultivos; y la dinámica de concentración de tierras están colocando al país al borde de una catástrofe alimentaria y ambiental e hipotecando el futuro económico de Colombia. La Administración Uribe ha afirmado su propósito de canje de deuda por naturaleza, se ha propuesto invertir 500 mil millones anuales en el agro y expresa el deseo de entablar un proceso de paz nacional. La conservación del los recursos nacionales en manos del país y el manejo transparente, productivo y sostenible de los fondos de inversión propuestos son condiciones sine qua non del éxito, perdurabilidad y trascendencia histórica de estas iniciativas gubernamentales y del actual proceso de paz y pacificación de Colombia.

 

Las necesidades

La meta central del Papel de la Coca es la reconversión del cultivo de la coca y sus cultivadores a la producción de papel orgánico y de productos de la biodiversidad para la exportación. La prioridad del proyecto es encontrar las asesorías, donaciones de equipos y fondos semilla para proceder a la formación de los cultivadores y a la producción a escala de papel artesanal con coca y otras plantas de la biodiversidad colombiana. Se requiere una financiación semilla para que el proceso productivo se concrete y se pueda dar el paso a la producción del papel a los volúmenes que se requieren para poder exportar y para la fase de recuperación de la semilla de biodiversidad. Considerando que los tres ejes del proyecto son complementarios y necesarios los unos a los otros, se solicitan asimismo los apoyos iniciales que se requieren para emprender estos procesos paralelos. Con las ventas al por mayor, se proyecta la generación de los fondos propios necesarios que permitan al Papel de la Coca co-financiar los estudios y análisis académicos y talleres de formación en DDHH, ambientales y en programas de Reducción de Daños que perpetuarían el impacto de este programa integral. (Ver anexos de propuestas, presupuestos e indicadores).

 

La iniciativa

El Papel de la Coca, una iniciativa del Colectivo Mama Coca (Asociación francesa Ley 1901) con el apoyo del campesinado de diversos territorios, es un proceso productivo con proyección a nivel nacional:

·         Se propone la articulación social del campesinado y su empoderamiento económico con el fin de propiciar su autonomía en el conflicto. La articulación se haría a través de un proyecto productivo bajo la modalidad de empresas con participación de los empleados en los beneficios.

·         Se integra al proceso de la erradicación manual voluntaria del monocultivo de coca y su sustitución por semillas de la biodiversidad.

·         Proyecta la producción, comercialización y exportación a gran escala de productos de papel, artesanías y otros dentro de la óptica de Mercados Limpios y Comercio Justo.

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Puesta en práctica

·         Se inicia con un proyecto piloto en La Sierra Nevada de Santa Marta en el 2005 y actualmente se encamina al trabajo con el Programa de Familias Guardabosques y la ANUC en el Putumayo y asociaciones campesinas del Cauca, Arauca y Guaviare.

·         En su primera fase, se centra en la producción de papel artesanal fabricado con coca campesina e indígena y otros productos de la biodiversidad colombiana y la compra y venta de artesanías.

·         Para la fabricación a mediana y gran escala de los artículos de papel orgánico se están constituyendo Empresas de Biodiversidad (Sierra y Putumayo).

·         La repartición de los beneficios de las ventas se enmarca dentro de lo estipulado por las normas del Comercio Justo (ver anexo “Proyección Comercial”).

·         Las artesanías y comestibles de fabricación orgánica indígena y campesina con sello ambiental y licencia de exportación serán compradas directamente a quienes las fabrican en diversas regiones del país (Chocó, Sierra Nevada de Sta Marta, Cartagena del Chairá, Guaviaré, Putumayo…)

·         El trueque y venta de los artículos de papel y artesanías por parte de MamaCoca Cooperación Sur-Norte se hará inicialmente a través de su sitio de comercio en línea (MamaCoca Coop www….)

·         La consolidación en curso de procesos de producción de papel a una mayor escala permitirá a MamaCoca Coop cumplir en el exterior con las propuestas de distribución y pedidos de compra dentro del marco de los Mercados Verdes (ver anexos de Cartas de Intención).

·         El plan piloto a tres meses está actualmente desarrollando un estrategia de fabricación de tarjetas de Navidad y papelería membreteada

·         Se propone la venta/trueque de las tarjetas de Navidad y otros productos a organizaciones sociales, empresas y entidades oficiales contra:

o        Servicios (asesorías financieras, talleres de DDHH, ambientales y formación en procesos más avanzados en fabricación de papel..)

o        Equipos de comunicación y otros con miras a la inclusión de un creciente numero de cultivadores y la fabricación más tecnificada del papel orgánico.

·         Posteriormente, con las asesorías del caso y adquirida la maquinaria para un mayor tecnificación de la producción, se fabricarán empaques de cartón corrugado, papel higiénico, servilletas, papel para editoriales y otros productos de papel orgánico.

·         La recuperación de la semilla de la biodiversidad será guiada por agrónomos, ambientalistas y proyecciones de mercados.

·         Se espera que las ventas en línea, que se iniciarán en octubre del 2006, perfilen las preferencias del mercado y afinen la proyección comercial del proceso. 

Acompañamiento

El Papel de la Coca, en su calidad de iniciativa social de apoyo a la labor de erradicación manual voluntaria del monocultivo de coca:

·         Hace un llamado a una tregua química entre el Estado y los narcotraficantes, inicialmente allí adonde se implanten sus procesos productivos y, posteriormente, a nivel nacional;

·         Solicita a la Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE) el permiso para trabajar con coca y, bajo la Ley 30 de 1986, el cultivo campesino en huerta de menos de 20 plantas. Por el momento se trabajaría con coca con químicos para ir procediendo al desfase del uso de los mismos y buscar la recuperación de la nativa Erythroxylum coca novogranatense. Solicita el apoyo de los agrónomos de la entidad para la recuperación de la semilla de la biodiversidad y los procesos pedagógicos sobre erradicación del uso de agroquímicos. Se propone facilitar, en lo que se le solicite y esté a su alcance, el proceso de vigilancia de la erradicación manual voluntaria de la coca excedentaria (ver anexo de marco propuesto);

·         Se acoge a las autoridades indígenas. El dossier se presenta a consideración del Taita Lorenzo Almendra en su calidad de vocero de los Pueblos Indígenas de Colombia y autoridad del Pueblo Guambiano del Cauca.

·         Solicita el acompañamiento de los integrantes de la Comisión Mundial Independiente (CMI) y del Foro Andino amazónico (FAA) en su calidad de expertos nacionales e internacionales en el tema;

·         Solicita el beneplácito de la Comunidad Internacional y asesoramiento de los programas de Desarrollo Alternativo y Organizaciones Sociales de paz y desarrollo ambiental para facilitar el buen conducto, mercados y éxito financiero del proceso.

·         Acude a las organizaciones campesinas de los territorios bajo el control de todos los grupos armados en conflicto para su apoyo en la constitución de cooperativas justas para la producción de los volúmenes de papel que se requieren para la exportación y para que acojan su llamado a una tregua química.

·         Se acoge a las entidades oficiales competentes para los tramites para el sello ambiental colombiano y  de exportación.

 

La Justificación

La Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación incorpora nuevas figuras y pensamientos a fin de poder mejor representar “ante todo las víctimas” y en búsqueda de su autonomía. El cese de hostilidades en contra de los civiles, la reconstitución de una memoria de la violencia ejercida, la reparación del despojo económico y el fomento de las condiciones socio-económicas que propicien la incorporación social y prevención de nuevos crímenes por parte de los desmovilizados son sólo algunos de los aspectos por los que tiene que velar la CNRR.

 

Las desmovilizaciones de todos los grupos armados se tienen que encauzar hacia:

a)     alternativas sociales y pluralistas de pensamiento en la forma de organizaciones sociales y procesos políticos transparentes

b)     la generación de fuentes estables y duraderas de ingresos.

 

La única forma de cimentar la reconciliación nacional es mediante el diálogo e intercambio entre diversos estamentos oficiales, la sociedad civil y los actores armados de “derecha” e “izquierda”. El fenómeno y complejo dilema de la “droga”  tiene que discutirse y enfocarse desde las mesas de diálogo de paz y de allí deben salir los acuerdos y conciliaciones sobre las políticas y medidas para el control del uso y cultivo de estas plantas y sustancias. Las políticas y medidas tienen que incorporar el pensamiento y experiencia de usuarios y cultivadores y quienes con ellos trabajan y estudian.  El tema de la coca no puede ser ni “blanqueado” de  las mesas de diálogo como si no existiera, ni puede ser competencia única de las instancias gubernamentales. Bajo la vigilancia de instancias oficiales nacionales y transnacionales sí, pero no bajo la exclusiva competencia decisoria de agencias policiales. Las Convenciones Internacionales y Constitución, legislación y Sentencias de las Altas Cortes colombianas estipulan la participación de los sectores sociales (ambientales, consultativos y otros) en las decisiones del Estado. Este contenido social en las políticas públicas es lo que las legitima y da viabilidad. 

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El actual proceso de desmovilización del paramilitarismo no ha sido legitimado por la sociedad civil colombiana y amplios sectores de la Comunidad Internacional exigen una mayor transparencia y alcance. Entre otras, que se establezca asimismo un intercambio con los grupos guerrilleros. La incorporación social de los alzados en armas –y de los millones de colombianos vinculadas a diversas actividades económicas del narcotráfico– de todos los sectores ideológicos y regiones del país, exige una reconversión productiva para que sea realmente eficaz y de largo aliento. Las estadísticas que se manejan no logran concordar sobre el número de hectáreas de coca sembradas en Colombia. Colombia cuenta con 11 millones y medio de campesinos de los cuales sólo 4 millones 800 mil tienen algún tipo de empleo y un reciente estudio de la DNE y UNODCP afirma que unas 340,000 personas viven del cultivo de coca, precariamente puesto que es una actividad ilegal y ni las tierras ni los cultivos son propios. Numerosas iniciativas han propuesto nuevos rumbos para la economía con la consciencia de que los mercados de futuro de Colombia están en el agro; en su conservación ambiental y rápida adaptación a las demandas y competencias del comercio internacional. Para poder explotar  el potencial natural y capital social del país hay que poner la tierra a producir la materia prima para la exportación de productos biodiversos y fortalecer al campesinado para sacarlo de la guerra. Esto sólo se logra reconvirtiendo el campo hacia formas de producción ambientalmente sostenibles, rentables para sus cultivadores y la nación.

 

La producción con coca por huertas, y erradicación del monocultivo químico, permitiría a las Comunidades Indígenas vigilar que se dé el debido respeto a la Hoja de Coca. La formación del personal del Departamento Administrativo de Bienestar Social (DABS) en la aplicación de Programas de Reducción de Daños (más evolucionados, ajustados a la realidad, y con resultados tangibles frente al consumo) permitiría conocer y tratar el verdadero alcance del uso de “drogas” en Colombia. Los análisis académicos de la economía del narcotráfico y su proyección dentro de los procesos sociales y productivos nacionales encauzarían un máximo aprovechamiento de esos recursos y la precisión de los derechos y necesidades del país frente a los bienes y dineros incautados a los extraditados. La participación de la academia, organizaciones sociales y cultivadores en un proceso integral frente a la coca contribuiría a la transparencia y concreción del proceso de desarticulación del narcotráfico en cumplimiento de las exigencias de la Comunidad Internacional y apoyo a las instancias internacionales de fiscalización de drogas. 

 

 

 

 

María Mercedes Moreno

nov 2008