EL PAPEL DE LA COCA _

Presentación General_borrador_2008

 

El Papel de la Coca es una alternativa propuesta para poner fin a las fumigaciones y erradicar los monocultivos de coca por medio de un proyecto productivo sostenible que se implantaría a escala nacional. La erradicación por fumigación química, el monocultivo y procesamiento químico de la hoja de coca están impactando de manera irreversible el equilibrio de ecosistemas frágiles e inmensamente biodiversos que actualmente constituyen el mayor potencial comercial de Colombia en los mercados internacionales Este proyecto se propone como una alternativa de erradicación sostenible, participativa, transparente y  autofinanciable . Su propósito es que es la erradicación de los monocultivo de coca se haga a través de la fabricación de pulpa y productos de papel de coca. La producción con la mata de coca es la mejor forma de garantizar que la erradicación sea masiva manual voluntaria y permanente. Adicionalmente, la producción con la coca existente evitaría su desvío hacia actividades ilícitas y permitiría ejercer un control efectivo sobre el uso de la coca a partir de los volúmenes de producción de pulpa y papel. La siembra, paralelamente a la erradicación de los extensos monocultivos de coca a cocaína, y su sustitución por cultivos semillas de plantas fibrosas aptas para fabricar pulpa y papel garantizará la prosecución y expansión del proceso productivo.

 l Papel de la Coca es un proyecto integral que consta de 3 ejes:

1.     La reconversión de los monocultivos de coca

2.     La realización de estudios y análisis

3.     Talleres de capacitación

1.    La reconversión de los monocultivos de coca y sus cultivadores a alternativas productivas legales-

Según un estudio reciente de la DNE y UNODCP, en Colombia existen 340,000 personas dedicadas al cultivo de hoja de coca. Las 68,000 familias que componen facilitarían las 244,000 toneladas métricas de hoja seca (más 57% de humedad para hoja verde) que se procesan para fabricar las 650 toneladas de cocáina pura que exporta Colombia. Los precios para la hoja de coca en Colombia, en el 2004, oscilan entre US $0.4/Kg y US $ 1.8/Kg. El estudio de la UNODC estima los ingresos anuales de estas 340,000 personas a US 2,500 per capita, poco por debajo del promedio nacional que, según el DANE, es de US $2,700/mes pero seis veces el salario mínimo vigente en Colombia. El mercado global de la cocaína mueve unos US $71 mil millones anuales de los cuales el cultivo de la hoja colombiana representa unos US 843 millones, lo que equivale a 6% del PIB del sector agrícola. Comparativamente, el café representa un 13,5% del PIB agrícola y su cultivo asocia a cerca de medio millón de familias cultivadoras, la mayoría pequeñas productoras.  

La existencia de la coca, necesidad de “deshacerse” de las 80.000-140.000  hectáreas de coca proscrita; el ahorro de los costos de erradicación por fumigación; y colaterales ahorros en guerra, salud y conservación ambiental son un valor agregado de este proyecto productivo. El importe de esta propuesta radica asimismo en el respeto de la sacralidad de la Hoja de Coca y de nuestra tierra y en el hecho de enfrentar —con un proyecto rentable, viable y sostenible— el abuso que de ellas hace el narcotráfico. La ventaja de productividad e ingresos inmediatos (aprovechar la coca sin el riesgo de la incriminación) mientras las semillas sustitutivas dan fruto;  de poder erradicar sin el riesgo de la fumigación; y la posibilidad de articularse a un proceso productivo legal y de largo aliento son los mejores incentivos para poder contar con la colaboración de los cultivadores y así garantizar la erradicación masiva, permanente, a menor costo y sin daños colaterales.

La coca cultivada y fumigada con químicos no permite usos alimenticios. Sin embargo, las virtudes nutritivas de la coca son considerables. La Constitución de 1991 y legislación nacional y convenciones internacionales vigentes exigen el respeto de los cultivos de coca indígenas. El estimulo a la producción de alimentos a base de coca orgánica indígena permitiría fortalecer a Colombia en un mercado promisorio e impedir el avance del narcotráfico al interior de las comunidades indígenas. La erradicación del monocultivo químico y producción campesina con coca por huertas (hasta 20 plantas por Ley 30 de 1986), permitiría a las Comunidades Indígenas vigilar que se dé el debido respeto a la Hoja de Coca. Los pueblos indígenas son el actor natural para regir el control responsable de los cultivos de coca. Hacemos acá un llamado especial a la benevolencia de aquellas comunidades de la coca que desean conservar el uso tradicional del Hayo.

A fin de que la coca “química” sea efectivamente erradicada de manera permanente, se buscaría fabricar la pulpa y el papel con la planta y no sólo con la hoja. La mata se compraría con todo y raíz; podría ser por peso para que no interese “rasparla” antes. Al momento de compra, se haría un trueque por semillas de plantas aptas para hacer papel (estropajo, guadua, coca orgánica, mango de hilacha, corozo, entre otros). Habría que prever la garantía de compra de estas matas para la expansión del proceso productivo en volumen y variedades de pulpa y papel. La venta de las plantas de estas semillas/sepas alternativas se convertirá en fuente continuada de ingresos para el cultivador. Por otra parte, los volúmenes de pulpa y papel darán cuenta de las cantidades de coca utilizada. La compra de la mata con todo y raíz, y siembra de otras plantas, como por ejemplo el estropajo que se puede cosechar a las 6 semanas, no sólo son incentivos sino que también permiten medir el cumplimiento de la erradicación.

El actual gobierno sostiene que la erradicación manual de una hectárea cuesta aproximadamente COP 400,000*. Este costo ahorrado sería la inversión inicial a plazos para las bases investigativas, promoción, formación de los cocaleros y proyecto piloto del Papel de la Coca. Para el proceso de erradicación productiva, la mata de coca se compraría a un precio estimado con base en las 4 a 6 cosechas que generaría al cultivador en el año de compra única. No es para nada oneroso competir con los precios pagados por el narcotráfico que son bastante bajos, y menos si se considera los costos propios a, y colaterales de, la erradicación forzada. A muy grandes rasgos, podemos estimar que hay 100,000 hectáreas de coca química y, mientras en el Putumayo por ejemplo, se siembran 3000 matas por hectárea, en la Sierra Nevada de Santa Marta se siembran 2000 matas por ha. Se indica que el rendimiento de la hoja varía según la región, en el sur del Bolívar es de 1.960 Kg/hectáreas mientras que en la región Pacífico el promedio es de 964 kg/hectáreas.  Estas estimaciones requieren estudios de terreno enfocados para poder proyectar la producción por municipios, departamentos y a escala nacional.

En el 2005, el Presidente Uribe se tropezó con su propuesta de comprar la coca. El Papel de la Coca prevé que el camino —u hoja de ruta de la compra, transporte y uso de la coca para papel— se sometea a los Cabildos Indígenas y autoridades nacionales e internacionales. Que se establezca un cuerpo colegiado para fiscalizar el uso adecuado de los insumos, en particular, el acato al uso legal transitorio y limitado de la hoja de coca químicamente cultivada y fumigada. Para facilitar el transito hacia la economía legal y formal, se establecerán mecanismos que permitan a los cultivadores estimar sus cultivos y cosechas sin temor a auto incriminarse. (Ver anexo “Marco Legal”).

Algunas de las ventajas de la erradicación productiva:

*                Permitir a Colombia cumplir con las exigencias de erradicación sin violar las normas ambientales y de Derechos Humanos

*                La erradicación, en lugar de ser una carga para el fisco, se conviertirá en una fuente de ingresos.

*                La productividad incentiva la erradicación e involucra a los cultivadores en el proceso.

*                Permitir a las instancias antidrogas censar y ejercer un control sobre la coca.

*                La pronta articulación de los cultivadores de coca a la economía legal facilita su autonomía en el conflicto

*               Es un paso decisivo hacia el pronto desmantelamiento del narcotráfico y la reconversión de sus ‘militantes’.  

*               El desarrollo de un proceso comercial de largo aliento recuperará las semillas de la biodiversidad que se han ido perdiendo a razón de las siembras de monocultivos y devastación de bosques y plantas nativas de la región.

*               Contribuir, con los artículos de papel de coca, de estropajo, mango, corozo, guadua y otras especies nativas de la rica tierra de biodiversidad colombiana, a la articulación del campesinado a mercados de producción limpia a nivel internacional para ayudar a liberarlo del acoso de la guerra.

*               La visibilidad de este proyecto contribuirà a fortalecer la legitimidad de Colombia frente a la Comunidad Internacional y permitirá asimismo al país mismo entender la diferencia entre coca y cocaína y todo lo que implica esta enorme diferencia.

*               Con este proyecto, Colombia estarà solicitando un acompañamiento económico para procesos ambientales productivos y no para la guerra.

 

La sensibilidad de la Comunidad Internacional

Uno de los escollos a la paz en Colombia es la dificultad para hacer claridad sobre el papel que juega el narcotráfico en la guerra, la política y la economía nacional. De tal suerte, el cultivo y la erradicación de la coca se han convertido en otra faceta del conflicto sempiterno en el que el campesinado está al centro del combate mientras la dirigencia firma pactos horizontales y alianzas estratégicas. Con demasiada frecuencia, alianzas para delinquir y consolidar su concentración de la riqueza. En aras de evitar que el campesinado se quede por fuera del este nuevo intento por salir del conflicto y  obrar para que la desmovilización no se limite a los altos mandos de los paramilitares, se hace necesario agilizar la erradicación de la coca. Es imperativo hacerlo de manera concertada y con alternativas económicas de largo aliento para el campesino cocalero y sus regiones, muchas de ellas económicamente dependientes de la coca, su procesamiento y comercio. Estas son consideraciones de primer orden que, si no se tienen en cuenta, pueden dar a traste con cualquier proceso de desarme.

La Comunidad Internacional es sensible al dilema del campesino colombiano y a la contradicción entre las expectativas de vocación ambiental para Colombia y la imposición de políticas y medidas oficiales netamente destructoras del legado natural del país, como son las fumigaciones. Con este proyecto, Colombia está dando una clara señal de la búsqueda de respuestas que tomen en consideración los derechos de sus campesinos y comunidades indígenas, la protección del medio ambiente y las protestas que suscita la medida de fumigaciones en todos los sectores (nacionales e internacionales). Está indicando la voluntad de proyectarse en el largo plazo para que la coca proscrita no sea la única alternativa para miles de campesinos en la miseria.

Este proyecto productivo busca acogerse a los programas de USAID y al  Programa de Desarrollo Alternativo y promovido por la Comunidad Europea. Con el objetivo de fundamentar la erradicación manual voluntaria masiva del monocultivo de coca y garantizar la conservación de la coca como parte de nuestro legado natural y cultural, se hace necesario llevar a cabo una serie de estudios que articulen, con conocimiento de la biodiversidad propia del país y de Convenciones internacionales ambientales y de estupefacientes, esta alternativa productiva.

La propuesta de consolidar una industria nacional de papel y pulpa cruda requiere práctica e investigación estratégica y se encomienda al apoyo, veeduría y comprensión de la Comunidad Internacional frente al sufrimiento y destrucción generadas por la erradicación química de la coca, el respeto debido al pueblo colombiano y los pasos que debe dar el país para alcanzar los objetivos del Convenio de Diversidad Biológica (CDB) y expectativas de satisfacer su vocación ambiental y economía de paz. El equilibrio entre el desarrollo del agro y sostenibilidad de los recursos radica en fomentar procesos empresariales amigables con la biodiversidad que articulen organizaciones productivas de las comunidades locales y sociedad civil, la empresa privada e instancias estatales competentes.

La Comunidad Internacional podrá valorar las ventajas que justifican la aprobación y expedición de un permiso transitorio para la producción con coca. En particular, si se tiene en cuenta la importancia de agilizar la erradicación de la coca para el fortalecimiento del actual proceso de desmovilización y desmantelamiento del narcotráfico en Colombia. Entre otras, para evitar que los nuevos frentes paramilitares que se han rearmado en Las Águilas Negras se nutran y fortalezcan con el procesamiento de la coca. La erradicación pronta y voluntaria de los cultivos de coca contribuiría al éxito del proceso de desmovilización de los actores armados y el concomitante desmantelamiento del narcotráfico.

El actual director de la DNE, Carlos Albornoz, enfoca la necesidad de mejor administrar y aprovechar los bienes decomisados al narcotráfico para su reinversión a beneficio de la sociedad colombiana. Este viraje permitiría a los funcionarios antidrogas también dar el primer paso hacia el desmantelamiento del andamiaje antidrogas y la búsqueda de funciones que se ajusten a procesos de paz. La extensión social de la DNE permitiría construir los lazos que se requieren para conciliar frente a la tan impopular medida de fumigaciones y el manejo policial (y no de salud) del consumo. Esto facilitaría un mayor control y fiscalización de los procesos que sustentan la economía ilegal. Adicionalmente, legitimaría las medidas y prevendría la corrupción del gobierno nacional pues reclamaría una mayor transparencia en el manejo de los bienes incautados y en extinción de dominio.

El Papel de la Coca cumple múltiples propósitos. El más apremiante de ellos es el paso que implica en la búsqueda por sanar al país de su adición a los químicos (ver anexo “Tregua Química”) y afirmar en los hechos la voluntad de la actual administración de dar un verdadero giro al país con un proceso de paz que incorpore la paz con la coca, con el campesinado y con el medioambiente. La producción a escala nacional de papel orgánico se plantea como una alternativa para dar un uso licito (sin potencial “alucinógeno”) a los cultivos de coca fumigados, y paso a la paulatina reconversión del agro hacia técnicas de producción limpias y biodiversas, más ajustadas a las demandas de los mercados actuales.

La viabilidad de esta propuesta de alternativas no químicas depende ante todo de nosotros los colombianos. Podemos ganarnos el respeto de la Comunidad Internacional mostrando que todavía logramos hacer acopio de la suficiente dignidad y amor patrio como para proponer salidas acordes con nuestra patética realidad. Claro que también podemos seguir el soberbio camino de autodestrucción haciendo caso omiso del llamado a construir un proyecto productivo conjunto. La coca química está destinada a desparecer. Entre otras, por la arremetida de las drogas de diseño cuyas incautaciones (según la DEA) se han incrementado en un 656% desde 1999. Por otra parte, la pésima calidad de la cocaína actual y alto contenido químico del cultivo de coca ya están incidiendo en la salud y preferencias de los consumidores, a semejanza de lo que sucedió con la fumigación de la marihuana que se trasladaron a USA. La reconversión es tan concomitante como lo fue la sustitución de la marihuana por la coca. Entre más rápido, mayores las ganancias para todos. Está por verse si somos capaces de destetarnos del narcotráfico con alternativas de paz, enriquecimiento y futuro.

Los colombianos tenemos el derecho y deber de poner en las mesas de negociación la exigencia de alternativas regionales que permitan realmente enfrentar la producción y elaboración y, ante todo, la economía de guerra por las drogas.  El agua que estamos contaminando, por ejemplo, es de lejos mucho más valiosa al presente y futuro que el mercado de los transgénicos, al que posiblemente nos veremos abocados si insistimos en modalidades de erradicación y cultivo químico. Eso lo tiene claro hasta la Monsanto y cara o sello gana pues, al igual que Argentina (la segunda productora mundial de (OGMs), los cobros de regalías por sus semillas no tardarán en hacerse sentir pero si en liberarse de ellos. eso lo tiene muy claro hasta la Monsanto. Con toda seguridad, más de una de las agencias internacionales de fiscalización de las drogas estaría agradecida de encontrar alternativas para evitar que Colombia siga siendo la mayor amenaza química de la sociedad mundial.  

Actualmente, Bolivia y diversas organizaciones sociales internacionales se aprestan a presentar una moción para el retiro de la Hoja de Coca de la lista de plantas proscritas. Se espera que la reunión de UNGASS del 2008 evalué y avance una solución para que no se viole el derecho espiritual, y natural de la cultura andina a explotar este recurso cuyos valores nutricionales y propiedades curativas se podrían aprovechar en el mercado doméstico y comercio internacional. Por su parte, el Presidente Alan Garcìa anunció que Perú sólo aceptará ayuda económica "fundamentalmente en la apertura de mercados", para promocionar los productos alternativos a la hoja de coca y rechazó la idea de pedir ayuda militar antidrogas.

Bolivia confirma la viabilidad de competir con el narcotráfico en el terreno económico como una manera de evitar que desvíe la coca hacia el procesamiento para la producción de cocaína. En Colombia también se hace cada día más evidente clara la necesidad de repensar las estrategias frente al narcotráfico dada la imposibilidad de desconocer su penetración en todos los procesos nacionales. El Papel de la Coca se plantea dentro de esta idea de restituir a la coca sus usos naturales a fin de retirarla de manos del narcotráfico; entre otras, compitiendo con él en el terreno económico y, sobre todo, en el social.

La demanda de los mercados internacionales se encamina hacía los productos naturales. La aplicación de los conocimientos existentes para proyectar el futuro ha conllevado a una conciencia de los consumidores y ellos seguramente dirigirán la evolución de las productoras de químicos hacia futuros comercial y socialmente viables.  El ciudadano de los países del Norte ha entendido realmente el mensaje de globalización y solidaridad y busca la forma de promover y apoyar el Comercio Justo, y por una visión de futuro, tiene clara la necesidad de construir mercados limpios. La Comunidad Europea fijó junio 2006 como fecha límite para que los productos etiquetados como de producción orgánica cumplan los estrictos requisitos y estándares que ésta exige. La CE y demás países que componen la Comunidad Internacional han ido asimismo desfasando y controlando el uso de agroquímicos en su agricultura por la variedad de epidemias animales (ej: vacaloca) que se vienen presentando y que son atribuibles, entre otras, al uso indiscriminado de pesticidas. Los cultivadores colombianos, como en el caso de las bananeras, reconocen la necesidad de reducir el uso intensivo de agroquímicos para poder cumplir con las exigencias internacionales y seguir exportando. La fabricación del papel de coca se enmarca dentro de esta dinámica de producción y mercados limpios.

La industria del papel:

La industria del papel constituye el 2.5% del PIB de Colombia. La participación de Colombia en este mercado, que a nivel mundial es de US $98 mil millones, es del orden del 0.1%. El crecimiento de dicho mercado mundial es de 5.4% y en Colombia durante los últimos 10 años el crecimiento de producción de papel ha sido de 3.4%. La balanza comercial de Colombia en papel y cartón es deficitaria. La producción de celulosa con procesamientos químicos es uno de los grandes consumidores de energía, contaminantes de aguas y suelos y, cuando no se basa en la reforestación con plantaciones de crecimiento rápido (i.e. pino y eucalipto), es una gran depredadora de bosques. Vemos así como protestas recientes de ecologistas en acción y sus consideraciones ambientales forzaron la mano de las instancias de financiación públicas españolas e internacionales llevando a ENCE a renunciar a la implantación de su fábrica de celulosa en Uruguay.

La industria mundial de papel y de pulpa cruda se ha basado en maderables sólo desde finales del s XIX y actualmente está ávida de materia prima de producción sostenible para satisfacer las necesidades de este mercado en expansión (un crecimiento del 50% entre el 2002 y 2010). En un estudio del 2005, Araujo Ibarra Asociados S.A. señala el gran potencial de exportación que representa la industria del papel para Colombia. Este potencial debe y puede ser desarrollado de manera a garantizar el desarrollo sostenible, conservación, restauración o sustitución del legado natural de los colombianos. Colombia cuenta con un gran número de fibras para la producción de papel y pulpa cruda dentro del respeto de las normas establecidas por el comercio sostenible y en cumplimiento de la obligación del país de generar recursos para el fortalecimiento del sector agrícola.

El papel es uno de los pocos productos que encuentra preferencias bajo el Tratado de Libre Comercio (TLC). Las organizaciones ambientalistas suenan la alarma sobre la escalda de celulosa y sus repercusiones ambientales en la región. La producción de papel orgánico a gran escala es un renglón prácticamente inexplorado. El mercado de las semillas de la biodiversidad sería otro renglón con enorme potencial para el país. Las mismas productoras de agroquímicos se beneficiarían al convertirse a las necesidades de un país cuyo mayor producto de exportación y mercado nacional de futuro es la biodiversidad. Su participación en el mercado de semillas no modificadas es un renglón sin competencia en el país y en los mercados internacionales.

Se estima que los costos de montar una fábrica de producción limpia de pulpa y papel (TCF) son menores que los que se requieren para plantas más contaminantes. La industria papelera a base de madera es el quinto sector industrial en consumo de energía, con un 4% del uso mundial de energía. Comparativamente, la fabricación de papel reciclado puede representar más de un 50% de ahorro a nivel de consumo de agua y energía y tiene un gran potencial para cubrir internamente su demanda de energía. Mediante la utilización de la biomasa residual del proceso de fabricación o consumo de combustible renovable e instalaciones de cogeneración, el 80% de la energía de refinación puede recuperarse en forma de vapor y utilizarse para secar el papel sin necesidad de más vapor. Otra de las ventajas económicas es el aprovechamiento y generación de residuos útiles.

2.    La realización de estudios y análisis (ver anexo Bases Investigativas)

*                   La evaluación y estudio del mejor uso dable a la pulpa de coca y otras plantas fibrosas no maderables para la producción de pulpa cruda y papel. Determinar la fibrosidad exacta de la hoja y del arbusto de coca y el tipo de papel al que mejor se adecuan y hacer un inventario de las otras plantas de las regiones que serían útiles a este proceso (pulpa, combustible para el proceso, colorantes y fijadores naturales).

*                  Plasmar estimativos sobre las toneladas de coca de las que dispondríamos tanto en las regiones cocaleras del país.

*                  Abrirnos campo en los mercados nacionales e internacionales. Por ejemplo, la coca parece particularmente adecuada para el papel periódico para lo cual Colombia importa pulpa para surtir estas necesidades.

*                  Precisar cuáles son las otras fibras, componentes y proporciones exactas así como el precio por kilo/bulto, las épocas de cosecha y fijar las necesidades para mantener una constancia en la demanda/precio. Enfocar en particular las cosechas que se pierden por falta de mercado e infraestructura situando las fábricas de papel y pulpa en sitios estratégicos.

*                  Ubicar los residuos útiles existentes y los que podríamos generar para utilizar como compost, abonos y plaguicidas orgánicos.

*                  Los análisis académicos de la economía del narcotráfico y su proyección dentro de los procesos sociales y productivos nacionales encauzarían un máximo aprovechamiento de esos recursos y la precisión de los derechos y necesidades del país frente a los bienes y dineros incautados a los extraditados. La participación de la academia, organizaciones sociales y cultivadores en un proceso integral frente a la coca contribuiría a la transparencia y concreción del proceso de desarticulación del narcotráfico en cumplimiento de las exigencias de la Comunidad Internacional y apoyo a las instancias internacionales de fiscalización de drogas.

*                  sobre la economía del narcotráfico, las medidas contra de la coca y su costo e impacto social, ambiental y político: los procesos económicos,

*                   Estudios de fondo sobre el importe de la hoja de coca en la economía nacional; las cifras de químicos consumidos por la agricultura, el narcotráfico y en fumigación y los costos comparativos de alternativas a la erradicación química.

*                   Análisis que se centren en las desmovilizaciones en lo que se refiere a la apropiación y uso legal de los dineros y bienes incautados al narcotráfico para el fortalecimiento económico y social del país y, en particular, para la necesidades de la Comisión de Reparación y Reconciliación Nacional en la reparación de las víctimas.

3.   Talleres de capacitación

Para el personal del DABS encargado del actuar con los usuarios de “drogas”, recreativos y en dificultades; talleres de capacitación en conservación ambiental y Derechos Humanos en unión con la DNE para los productores que integran el proyecto.

*                  La formación del personal del Departamento Administrativo de Bienestar Social (DABS) en la aplicación de Programas de Reducción de Daños (más evolucionados, ajustados a la realidad, y con resultados tangibles frente al consumo) permitiría conocer y tratar el verdadero alcance del uso de “drogas” en Colombia.

*                  Propuestas de inversión en conservación de la fauna y flora local y en deportes extremos no sólo sería una atracción adicional para el turismo sino que también fortalecería a las comunidades locales brindando sus jóvenes espacios para ocuparse y probarse. Los deportes extremos son de hecho una de las fórmulas utilizadas en Francia frente al abuso de drogas.

*                  La hoja de coca, en bebida, pastillas y forma de Padú también ha sido ya utilizada para controlar el abuso de cocaína. Las instancias responsables del manejo del consumo de sustancias alteradoras de conciencia requieren la participación de personas con conocimientos en el tema como son los consumidores recreativos y en dificultades y expertos en Reducción de Daños. Esto permitiría el diseño de formulas políticas consensuadas que concilien entre lo que “debería ser” y lo que “es” para realmente enfrentar el dilema de las “drogas”.

*                  La capacitación en aprovechamiento y respeto ambiental y Derechos Humanos en unión con la DNE, cuyos conocimientos sobre los daños ocasionados por el cultivo químico y fumigación, nos serían de gran utilidad. 

El proyecto piloto:

El desarrollo de un proyecto piloto, de la mano de los estudios de terreno, permitirá precisar los costos reales y estimar las proporciones de coca y cantidad de pulpa y toneladas de papel que podríamos producir a fin de proyectar el negocio a escala. Esto, a su vez, nos permitirá determinar el montaje y personal que podríamos articular en el largo plazo. Inicialmente, se propone la fabricación de papel membreteado y tarjetas para empresas, organizaciones sociales y entidades oficiales con el propósito de promover y buscar apoyos para la visión futura dEl Papel de la Coca. La producción a gran escala de papel a base de fibras vegetales puede convertirse en un ejemplo de Producción Limpia a nivel internacional.

Tres elementos condicionan el éxito de este proyecto productivo y de erradicación masiva:

*                  La confirmación técnica del el mejor uso a dar a la pulpa de coca y precisión sobre las demás plantas fibrosas que permitan fabricar pulpas y papeles de calidad.

*                  La adecuada capacitación del personal administrativo, promotor y guía del proyecto y productores. .

*                  La inversión de capital para cubrir los costos de iniciación este proyecto piloto y llevar a cabo los estudios que se requieren para proyectarlo a nivel nacional y largo aliento.

El montaje de la infraestructura y la fabricación local de la maquinaria rudimentaria que se requiere para el proyecto piloto nos permitirá hacer la proyección de costos para las planta locales a nivel nacional. Para los cálculos iniciales, podemos partir del estimativo de la UNDOC de un mercado de hoja de coca de US $843 millones para el año 2007. Para poder sacar cálculos precisos del costo de fabricación del papel de coca y otras fibras vegetales nativas tendríamos que hacer los estudios correspondientes sobre los insumos e ir aprendiendo con la práctica. Esto es justamente lo que se pretende con los talleres de capacitación y el proyecto piloto de papel membreteado para las organizaciones sociales, empresas e instancias oficiales que requiere este proceso. Actualmente, tenemos un presupuesto tentativo de COP 51, 000,000 para un proyecto piloto de tres meses. El costo estimado de los equipos y maquinarias, fabricados en Colombia, es de COP 12, 000,000. Estos cálculos fueron hechos con base en una experiencia productiva desarrollada por Mama Coca en la Sierra Nevada de Santa Marta en el año 2005. (Ver anexo tabla de costos)

Para la fabricación del papel de coca se requiere antes que nada una inversión de tiempo y mano de obra. Este es el mayor costo y es importante que así sea pues significa la generación de ingresos para el productor a una baja inversión en la compra (auto siembra) de las materias primas. La materias primas utilizadas inicialmente son la hoja de coca y papel reciclado; fique; flores silvestres secas; cáscara de plátano; mango; aguacate; corozo; colorantes y aromatizantes naturales; sábila; yuca y otras especies nativas; agua, fuego y. Posteriormente, los estudios nos guiarán hacia las materias vegetales de mayor rendimiento, la producción de la propia pulpa y los procesos de producción más eficientes para el medio.

Considerando que los tres ejes (estudios, producción y capacitación ambiental y en DD HH) del proyecto son complementarios y necesarios los unos a los otros, se solicitan asimismo los apoyos iniciales que se requieren para emprender estos procesos paralelos. Con las ventas al por mayor, se proyecta la generación de los fondos propios necesarios que permitan al Papel de la Coca co-financiar los estudios y análisis académicos y talleres de formación en DDHH, ambientales y en programas de Reducción de Daños que perpetuarían el impacto de este programa integral. (Ver anexos de propuestas, presupuestos e indicadores).

La prioridad del proyecto es encontrar las asesorías, donaciones de equipos y fondos semilla para proceder a la formación de los cultivadores y a la producción a escala de papel con coca y otras plantas de la biodiversidad colombiana. (Ver anexo presupuesto Talleres de capacitación y anexo de costos generales del proyecto piloto).

El acompañamiento:

El Papel de la Coca, en su calidad de iniciativa social de apoyo a la labor de erradicación manual voluntaria del monocultivo de coca:

*                       Hace un llamado a una tregua química entre el Estado y los narcotraficantes, inicialmente allí adonde se implanten sus procesos productivos y, posteriormente, a nivel nacional;

*                       Solicita a la Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE) el permiso para trabajar con coca y, bajo la Ley 30 de 1986, el cultivo campesino en huerta de menos de 20 plantas. Por el momento se trabajaría con coca con químicos para ir procediendo al desfase del uso de los mismos y buscar la recuperación de la nativa Erythroxylum coca novogranatense.

*                       Solicita el apoyo de agrónomos para la recuperación de la semilla de la biodiversidad y los procesos pedagógicos sobre erradicación del uso de agroquímicos.

*                       Se propone facilitar, en lo que se le solicite y esté a su alcance, el proceso de vigilancia de la erradicación manual voluntaria de la coca excedentaria (ver anexo de marco propuesto);

*                       Se acoge a las autoridades indígenas. El dossier se presenta a consideración del Taita Lorenzo Almendra en su calidad de vocero de los Pueblos Indígenas de Colombia y autoridad del Pueblo Guambiano del Cauca.

*                       Solicita el acompañamiento de los integrantes de la Comisión Mundial Independiente (CMI) y del Foro Andino amazónico (FAA) en su calidad de expertos nacionales e internacionales en el tema;

*                       Solicita el beneplácito de la Comunidad Internacional y asesoramiento de los programas de Desarrollo Alternativo y Organizaciones Sociales de paz y desarrollo ambiental para facilitar el buen conducto, mercados y éxito financiero del proceso.

*                       Acude a las organizaciones campesinas de los territorios bajo el control de todos los grupos armados en conflicto para su apoyo en la consolidación del proceso de producción de los volúmenes de papel que se requieren para la exportación y para que acojan su llamado a una tregua química.

*                       Se acoge a las entidades oficiales competentes para los trámites para el sello ambiental colombiano y de exportación.

 

 

 

 

María Mercedes Moreno

Febrero 2007 _rev_nov_2008